Conocimiento y tecnología: claves para maximizar el rendimiento del girasol con manejo inteligente

Por Agroempresario.com

Con precios internacionales en alza, híbridos cada vez más productivos y una demanda creciente, el cultivo de girasol vive un renovado auge en varias regiones argentinas. Así se evidenció en el Congreso Nacional Puro Girasol, realizado en la ciudad cordobesa de Río Cuarto, donde referentes del sector coincidieron en que el conocimiento técnico y la tecnología son herramientas fundamentales para lograr cultivos más eficientes y rentables.

El evento, que reunió a productores, técnicos, asesores y empresas semilleras, puso el foco en la necesidad de aplicar un manejo integral del cultivo, desde la elección del híbrido y el diagnóstico del suelo hasta la siembra, el monitoreo sanitario y la cosecha. Con esta visión, los especialistas brindaron claves prácticas y datos técnicos que confirman el gran potencial del girasol frente a otros cultivos, incluso en ambientes restrictivos.

Según datos oficiales, la campaña 2024/25 de girasol en Argentina alcanzó un récord de producción de 5 millones de toneladas, lo que representó un crecimiento del 28,2% respecto a la campaña anterior. Este dato refleja el interés creciente por este cultivo estratégico, que ofrece buenos márgenes y adaptabilidad a diversas regiones.

Uno de los exponentes más claros de esta tendencia es el sur de Córdoba, región históricamente girasolera, que ahora está recuperando superficie. Federico Morla, docente de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto, explicó que esta revalorización se debe a la combinación de genética más estable, contextos agronómicos favorables y mejores precios internacionales.

“Es un cultivo que vuelve con fuerza porque se adapta a zonas donde la soja tiene dificultades”, remarcó Morla. A su vez, destacó la anticipación de la cosecha como una práctica clave para evitar pérdidas de rendimiento. “El uso de desecantes como paraquat, aplicado cuando el grano tiene cerca de 38% de humedad y el envés del capítulo cambia de color, puede marcar la diferencia”, explicó.

Desde una visión técnica y práctica, Jonathan Damiani, asesor y productor, subrayó que el girasol nunca debería haberse ido de la región. “Detectamos que en suelos con pH alto, sodio y salinidad, el girasol tiene una respuesta mucho mejor que la soja”, sostuvo. En esos casos, la soja rinde 25 quintales y el girasol alcanza los 35 quintales por hectárea.

Damiani también resaltó el valor del manejo por ambientes. Gracias a estudios de suelos y herramientas de agricultura de precisión como la siembra variable, es posible ajustar la densidad de plantas por ambiente, elegir el híbrido adecuado y ahorrar insumos. “Trabajamos con todos los semilleros y tenemos convenios con el INTA para comparar materiales. Esa información nos permite tomar decisiones más rentables”, indicó.

Otro de los aspectos centrales fue la siembra y la mecanización. Ricardo Martínez Peck, consultor y experto en mecanización agrícola, señaló que el girasol es un cultivo especialmente sensible a la densidad de siembra. “Es crítico lograr una población uniforme, tanto en cantidad como en distribución y fecha de emergencia”, advirtió.

Martínez Peck detalló que muchas sembradoras modernas no están tan bien adaptadas como los sistemas más antiguos importados de Europa, diseñados específicamente para girasol. “Se necesita precisión en la dosificación, pero también en la ubicación y profundidad de siembra para evitar desuniformidad en la madurez, que afecta directamente la cosecha y la calidad del grano”, explicó.

En cuanto a la cosecha, indicó que suele haber complicaciones por la madurez despareja de los capítulos. Esto, sumado a condiciones de humedad y presencia de impurezas, puede generar descuentos importantes en la comercialización. “Una cosecha mal hecha puede representar una gran pérdida económica”, subrayó.

Desde el punto de vista genético, Julián Siri, gerente de Desarrollo de Producto en Advanta Semillas, presentó avances en híbridos que ofrecen mayor rendimiento en grano y aceite, junto a mayor estabilidad gracias a mejoras en sanidad. Además, detalló cómo la empresa desarrolla herramientas para facilitar el manejo por ambientes, como curvas de respuesta a densidad para cada híbrido.

“El girasol es muy plástico, pero eso no significa que cualquier densidad sirva. Hay un rango óptimo para maximizar resultados”, aseguró Siri. En ese marco, enfatizó que sembrar de más representa un gasto innecesario, mientras que sembrar de menos reduce el potencial de rinde. Advanta, según explicó, apunta a ofrecer híbridos específicos para cada ambiente productivo.

En síntesis, el Congreso Puro Girasol dejó en claro que el cultivo tiene un amplio margen de mejora, pero requiere conocimientos técnicos, diagnóstico preciso, genética adaptada y una planificación integral. Desde el tipo de suelo hasta la regulación de la sembradora, cada detalle cuenta para lograr cultivos más rentables y sostenibles.

Así, el girasol vuelve a posicionarse como un cultivo competitivo, versátil y estratégico, capaz de ofrecer muy buenos resultados económicos en zonas donde otros cultivos, como la soja, encuentran límites. Y lo hace de la mano de un enfoque profesional, colaborativo y basado en datos, como quedó demostrado en Río Cuarto.