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Por Agroempresario.com
En una decisión clave para su reestructuración estratégica, el directorio de YPF aprobó una nueva etapa del Proyecto Andes, una iniciativa que busca optimizar el portafolio de activos de la petrolera estatal mediante la cesión de campos maduros de crudo convencional y el redireccionamiento de inversiones hacia el shale oil y el desarrollo intensivo de la formación de Vaca Muerta.
Esta ronda incluyó la transferencia de 12 áreas, entre ellas el bloque Manantiales Behr en Chubut, los clústeres Chachahuen y Malargüe en Mendoza, así como áreas no operadas. Además, se formalizó el traspaso de los clústeres Neuquén Norte y Sur, y la cesión de las áreas El Tordillo, La Tapera y Puesto Quiroga, también ubicadas en Chubut.
En total, YPF ya transfirió 18 bloques, tiene 21 en proceso de cierre y 11 en etapa de negociación, como parte del rediseño impulsado por su Plan 4x4, que prioriza una asignación eficiente del capital para posicionarse como una empresa de shale de clase mundial.
El Proyecto Andes contempla la venta de 55 campos maduros ubicados en Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Aunque estos activos representan solo el 1% del EBITDA de YPF, constituyen cerca del 60% de su producción convencional de petróleo. Por su bajo margen de rentabilidad, su venta permitirá liberar recursos financieros e intensificar el desarrollo en activos de mayor proyección.
Desde YPF remarcaron que este proceso forma parte de una estrategia de largo plazo que busca modernizar la estructura operativa de la compañía y enfocarse en proyectos de alto retorno. En línea con la política energética nacional, este cambio también podría atraer nuevas inversiones privadas a las áreas cedidas, promoviendo así una mayor eficiencia sectorial.
