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Por Agroempresario.com
En un contexto internacional marcado por la volatilidad geopolítica y los cambios en la oferta energética, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) revisó al alza su previsión de demanda mundial de crudo para 2024 y 2025. El nuevo informe mensual, publicado esta semana, proyecta que la demanda combinada de sus miembros y aliados de la OPEP+ alcanzará los 42,7 millones de barriles diarios (mbd) este año y subirá a 43,1 mbd en 2025.
Este incremento de 0,2% y 0,5% respectivamente sobre las estimaciones previas refleja una visión optimista de la economía global, sostenida en el crecimiento de países como India, China y Brasil, así como una mejora en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y otras potencias.
El documento evita referirse directamente al impacto del conflicto militar entre Israel e Irán, que ha generado incertidumbre en los mercados internacionales y ha hecho temer por la estabilidad de los suministros desde Oriente Medio. A pesar de que el precio del crudo ha subido en las últimas jornadas debido a estos riesgos percibidos, la OPEP considera que el “mercado está bien abastecido” y mantiene sus proyecciones casi sin cambios.
El reporte sí reconoce una caída del precio promedio del barril OPEP en mayo: 63,62 dólares, una baja del 7,8% respecto a abril. También se observaron disminuciones en los valores de referencia global: el Brent bajó 3,7% y el WTI (petróleo intermedio de Texas), un 3,2%, cerrando el mes en torno a los 64 y 61 dólares respectivamente. No obstante, hacia la segunda semana de junio, ambas referencias repuntaron hasta alcanzar sus valores más altos desde enero, según datos de Bloomberg.
La OPEP mantiene su previsión de que el consumo global de petróleo escalará hasta los 105 mbd en 2025, con una expansión de 1,3 mbd respecto a 2024, y que en 2026 alcanzará los 106,28 mbd. Esta expectativa está respaldada por una previsión de crecimiento económico global del 2,9% para 2025 y 3,1% para 2026.
El análisis de la organización destaca un primer trimestre mejor de lo esperado, con cifras robustas en economías emergentes como India, China y Brasil, una recuperación moderada en la zona del euro, y una expansión sostenida en Estados Unidos. En palabras del informe: “Se prevé que esta sólida base proporcione apoyo e impulso suficiente para un sólido segundo semestre”.
En lo que respecta a la oferta petrolera, el informe muestra que los 22 países de la OPEP+ produjeron 41,23 mbd en mayo, lo que representa un incremento de 180.000 barriles diarios en comparación con abril. Esta cifra, sin embargo, está muy por debajo del compromiso de 411.000 bd anunciado para los meses de mayo, junio y julio.
Los principales aportes a esta alza provinieron de Arabia Saudita, que sumó 177.000 bd hasta alcanzar los 9,18 mbd, seguida por Libia (+36.000 bd), Emiratos Árabes Unidos (+27.000), Nigeria y Sudán del Sur (+22.000 cada uno) y Guinea Ecuatorial (+12.000). En contraposición, hubo reducciones notables en países como Irak (-50.000 bd), Venezuela (-32.000), Irán (-25.000) y Kazajistán (-21.000).
Por su parte, la producción de países no OPEP se estima en 54 mbd para este año, sin variaciones respecto al mes anterior. Para 2025, esa cifra se ajusta ligeramente a la baja, quedando en 54,81 mbd, una disminución de 70.000 barriles diarios respecto a lo proyectado anteriormente.
Pese a que los recientes enfrentamientos armados entre Israel e Irán han captado la atención de los mercados, la OPEP evita mencionar el tema en su documento oficial. Muchos analistas consideran que esta omisión forma parte de una estrategia comunicacional destinada a no aumentar la percepción de riesgo, algo que podría disparar los precios del crudo y tensar aún más el mercado energético.
Sin embargo, la realidad es que el conflicto ya ha tenido consecuencias tangibles. El precio del Brent se ubicó en 78,32 dólares por barril el viernes pasado, su nivel más alto en cinco meses, mientras que el WTI alcanzó los 72 dólares. El temor a que se interrumpan los suministros desde la región del Golfo Pérsico, especialmente en un contexto de alta dependencia energética, ha devuelto la volatilidad a un mercado que parecía estabilizado.
A pesar de los riesgos latentes, la OPEP reafirma su confianza en la estabilidad del mercado petrolero. Sus proyecciones sugieren un balance entre oferta y demanda para lo que resta del año, aunque ese equilibrio podría alterarse si los conflictos geopolíticos se intensifican o si la economía global se desaceleró inesperadamente.
En ese sentido, los países exportadores se enfrentan a un doble desafío: mantener precios competitivos para sostener la demanda, y asegurar la estabilidad de su producción ante escenarios de tensión internacional. Lo que ocurra en los próximos meses con el conflicto en Medio Oriente, las negociaciones comerciales globales y el comportamiento del dólar será determinante para el rumbo de la economía energética mundial.
