Por Agroempresario.com
Daniel Herrero, uno de los ejecutivos más reconocidos del sector automotor argentino, vuelve a ser noticia. Tras liderar durante más de una década la expansión y consolidación de Toyota Argentina, ahora asume el liderazgo de Prestige Auto, la nueva sociedad que tomó control de las operaciones industriales y comerciales de Mercedes-Benz en el país. Con ambiciosos planes de inversión, crecimiento productivo y desarrollo de nuevos modelos, Herrero se propone transformar la planta de Virrey del Pino en un polo competitivo de exportación para Latinoamérica y, posiblemente, otros mercados.
El nombramiento de Herrero al frente de Prestige Auto no es una simple reincorporación. Marca el retorno de un perfil altamente respetado por su gestión al frente de Toyota, una empresa que dejó posicionada como líder del mercado nacional. Su decisión de volver al ruedo después de un retiro breve responde, según él mismo afirma, a una cuestión de “pasión” y al deseo de “hacer algo mejor cada día”. Su incorporación fue impulsada por Pablo Peralta, titular del Grupo ST, quien lo convocó como socio y CEO para liderar la transformación de Mercedes-Benz Argentina.
Herrero, junto al exministro Alfonso Prat-Gay, también accionista del grupo, tendrá a su cargo una etapa clave: mejorar la productividad, apuntalar la exportación y ampliar el portafolio industrial. La empresa, que operará bajo la marca Prestige Auto, mantendrá la producción del utilitario Sprinter hasta 2030 y proyecta superar las 20.000 unidades anuales antes de esa fecha.
La planta de Virrey del Pino, en el partido de La Matanza, tiene fortalezas y desafíos. Con una infraestructura sólida pero con aspectos que requieren modernización, Herrero apuesta a mejorar la competitividad con una inversión estimada en US$100 millones en los próximos tres años. Se buscará modernizar procesos, como la automatización de la cabina de pintura, e incorporar nuevas tecnologías para optimizar calidad y eficiencia.
“Hay desventajas logísticas, pero se pueden compensar con eficiencia operativa. Además, si se habilitan el puerto de La Plata y la autopista de la Ruta 6, eso cambia el panorama”, explica Herrero, quien considera clave mantener y ampliar la proyección exportadora de la planta.
El plan original para 2025 es producir al menos 16.000 unidades del utilitario Sprinter, superando el objetivo inicial de 14.000. Para 2026, la meta es alcanzar o superar las 20.000 unidades. Actualmente, el 60% de esa producción se destina al mercado externo, con Brasil como principal destino, seguido por Perú, Paraguay y Uruguay.
Además, Prestige Auto ya inició gestiones con Alemania para reactivar exportaciones a otros mercados, incluso extrarregionales como Estados Unidos, donde la planta supo enviar unidades hasta 2023.
El ambicioso plan de inversión contempla más que solo mantenimiento. En el corto plazo, se incorporará un segundo modelo dentro de la línea de vans, con el objetivo de diversificar la oferta y aprovechar capacidades ociosas. También se prevé potenciar el segmento de conversiones: motorhomes, ambulancias y furgones refrigerados que agreguen valor en origen.
Respecto al futuro del modelo Sprinter, el contrato con Mercedes-Benz garantiza la continuidad hasta 2030. La evolución natural será hacia una nueva plataforma global que combinará versiones convencionales y electrificadas. Para producirla localmente, se requerirían entre US$300 y US$400 millones de inversión adicional. “Si llegamos a ese momento con solidez y crecimiento, seguiremos fabricando”, afirma Herrero.
En el segmento de vehículos premium, Prestige Auto aspira a duplicar el volumen de ventas de 2024. El objetivo es alcanzar las 3000 unidades comercializadas, con foco en la experiencia del cliente. Para eso, la empresa mantendrá estándares de calidad auditados por Mercedes-Benz Alemania y sumará canales de atención directa y personalizada.
“El cliente de Mercedes no solo compra un auto, compra una experiencia. Queremos que se sienta respaldado por la marca, como siempre, pero con la flexibilidad que podemos ofrecer como filial local”, señala el flamante CEO.
Herrero mantiene una visión optimista sobre la evolución del mercado automotor argentino. Proyecta un piso de 600.000 unidades vendidas en 2025, impulsadas por dos factores clave: el retorno del crédito y la demanda insatisfecha, especialmente en sectores como transporte pesado, minería y petróleo.
“La demanda está. Si aparece el financiamiento, el mercado va a crecer. Apuesto a que en 2026 se sostenga este crecimiento”, asegura.
Para consolidar la competitividad, Herrero plantea una doble estrategia: mejoras internas en productividad y una reforma impositiva gradual que elimine tributos distorsivos como el impuesto al cheque, ingresos brutos y tasas municipales. Considera que no es posible pedir reducciones inmediatas, dada la necesidad fiscal del Estado, pero insiste en que una revisión será indispensable para impulsar las exportaciones.
“La ecuación es simple: producir más para bajar costos fijos. Pero también el Estado deberá trabajar en crear condiciones de competencia frente a vehículos que llegan subsidiados desde China”, remarca.
La planta de Virrey del Pino tiene margen para incorporar nuevas marcas o proyectos. Según Herrero, no existen restricciones para que en el predio se instalen otros fabricantes o proveedores, aunque aclara que la prioridad absoluta hoy es consolidar la operación de Mercedes-Benz.
“El primer paso es estabilizar lo que tenemos y hacerlo rentable. Después evaluaremos alianzas o nuevos proyectos. No cerramos ninguna puerta”, concluye.