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Por Agroempresario.com
En un mercado textil cada vez más competitivo y demandante de innovación, Luxo se posiciona como una de las marcas argentinas con mayor crecimiento sostenido y proyección regional. Fundada en 2015 por Matías Seijas, Julián Martínez Lenuzza y Martín Manini, Luxo nació con una inversión inicial de apenas US$ 35.000, una mesa de corte prestada y una idea disruptiva: crear moda sin género, sostenible y alineada con los valores de una generación que busca identidad más allá de las etiquetas.
A diez años de aquel primer paso en un departamento de Flores, la marca ya cuenta con más de 140 empleados, tres plantas de producción —una de ellas totalmente alimentada con energía solar—, 10 locales propios en Argentina y Uruguay, y una ambiciosa proyección de facturación de $7.000 millones para fines de 2025. Con una producción anual de 300.000 prendas, Luxo representa una fusión entre creatividad, inclusión y compromiso ambiental.
La historia comenzó con Seijas, quien ya tenía experiencia en el rubro mayorista de sweaters. Tras varios años en una pequeña empresa textil, decidió emprender junto a sus amigos de toda la vida. Aunque el primer semestre de operaciones resultó desastroso —perdieron gran parte del capital y debieron afrontar cheques rechazados—, su compromiso ético con el crédito y su determinación marcaron la diferencia.
“En este rubro, nos salvó una máxima: el crédito hay que cuidarlo más que la salud”, recuerda Seijas.
En 2016, la marca comenzó a ganar visibilidad al participar en la feria Puro Diseño, donde el feedback positivo del público los motivó a abrir su primer local en Palermo Soho. Le siguieron aperturas en Ramos Mejía, luego Villa Crespo, Lomas de Zamora, y el paso a una planta de 400 m² que sentó las bases del crecimiento industrial.
A diferencia de muchas empresas, Luxo encontró en la pandemia un acelerador de su crecimiento. Su presencia digital previa y experiencia con e-commerce les permitió capitalizar la explosión de ventas online en 2020. Además de lanzar barbijos, lograron mudar sus operaciones a una planta más grande de 1.500 m² en Flores, consolidando su capacidad de producción y contratación.
Uno de los hitos más destacados de Luxo fue la apertura en 2022 de Luxo Solar Park, una planta en La Rioja abastecida 100% con energía solar. Con 50 empleados y paneles que generan 30.000 kWh mensuales, este espacio fue financiado a través de un crédito verde de US$ 50.000 otorgado por el Consejo Federal de Inversiones.
El enfoque sustentable les permitió certificar como Empresa B en 2023, un aval clave en la industria de la moda, cada vez más presionada por reducir su huella ambiental. “Queríamos demostrar que es posible producir en escala sin comprometer el planeta”, asegura Seijas.
La apertura de nuevos locales en La Plata, Mar del Plata, el Dot Baires Shopping, y la exclusivísima tienda de La Barra en Punta del Este, consolidaron la presencia física de la marca en el Cono Sur. A diferencia de otras marcas emergentes, Luxo eligió no franquiciar: “Queremos que cada experiencia Luxo sea auténtica y controlada”, explica.
Además de operar más de 100 puntos de venta multimarca en Argentina, Luxo planea extender su presencia en Paraguay, Bolivia y Chile durante 2025, mientras refuerza alianzas B2B en la región. Para abastecer nuevos productos, comenzaron a tercerizar algunas líneas de producción en Asia, apuntando a accesorios y categorías que no fabrican localmente.
Más allá de la sostenibilidad, Luxo ha apostado fuerte por la inclusión identitaria. Su propuesta de “ropa sin género para humanos” conecta directamente con una generación de consumidores que no se siente representada por las etiquetas tradicionales. Camperas, remeras, buzos, ropa interior, accesorios y hasta cápsulas para DJs como Carl Cox o Michael Bibi son parte de su catálogo.
“Crecimos con nuestra audiencia. Hoy vestimos a hombres, mujeres y personas no binarias de entre 30 y 40 años que valoran la autoexpresión y la comodidad por encima de la moda rápida”, detalla Seijas.
El enfoque cultural también se reflejó en la colaboración con Disney, mediante una licencia exclusiva firmada en 2023. “Fue un salto de prestigio. Aprendimos a trabajar con una compañía global y eso elevó nuestro estándar de calidad”, reconoce el CEO.
Con roles bien definidos, cada uno de los socios lidera un frente estratégico: Martínez Lenuzza dirige los locales y el canal digital; Manini coordina la red mayorista y estrategia B2B; y Seijas se enfoca en producción, finanzas y expansión general. “Nunca buscamos inversión externa ni vendimos equity. Controlar la marca es lo que nos permite crecer con coherencia”, afirma.
Actualmente, Luxo opera con tres canales comerciales: venta directa en tiendas propias, e-commerce y canal mayorista B2B, lo que les permite diversificar ingresos, amortiguar riesgos y maximizar presencia nacional.
Para 2025, el objetivo es claro: consolidar los 10 locales actuales, reforzar las operaciones online y abrir nuevos mercados latinoamericanos. A la par, buscan diversificar categorías de productos sin perder su ADN de moda sin género y de triple impacto.
“Queremos que la ropa acompañe experiencias. Que sea útil, cómoda, duradera. Que conecte con lo que las personas son, no con lo que la industria dice que deberían ser”, concluye Seijas.
Lo que empezó con una mesa prestada y unos rollos de tela, hoy se transforma en un ecosistema textil, inclusivo y sostenible que lleva el sello argentino al mundo. Y aunque el camino fue desafiante, Luxo es prueba viva de que con propósito, ética y diseño, es posible construir una empresa desde cero y proyectarla hacia el futuro.
