Por Agroempresario.com
El consultor y experto en ganadería Juan Elizalde afirmó que la reciente baja en los derechos de exportación tendrá un efecto "muy marginal" en la producción ganadera argentina y no cambiará de forma significativa la vida en los pueblos ganaderos. La declaración la realizó en el marco del Congreso Ganadero de Rosario, donde abordó la histórica meseta productiva que atraviesa el sector y las dificultades para generar un salto productivo en los próximos años.
Juan Elizalde aclaró que no está en contra de la reducción de retenciones, pero explicó que “el impacto de las retenciones va a ser muy marginal en cuanto a cambiar el incentivo a la producción y en cambiarle la vida a los pueblos. Va a ser muy bajo”. Esta afirmación se fundamenta en la estadística que muestra que la producción de carne por hectárea en el país se mantuvo estable durante más de 20 años, desde 2001 hasta la actualidad.
Según Elizalde, el promedio de producción de carne por hectárea ronda los 103 kilos en la mayoría de los productores, mientras que en grupos más tecnificados, como CREA y Cambio Rural, ese número llega a 165 kilos. Esto significa que existe una brecha productiva de hasta un 70 %. Sin embargo, ninguno de los grupos ha mostrado una mejora significativa en el largo plazo.
El especialista señaló que la razón principal por la que la ganadería no crece está vinculada a la falta de un desafío tecnológico o productivo para los productores. “No se sienten desafiados a un nuevo cambio tecnológico. A lo mejor son campos que pasaron del 60 % al 70 % de destete o del 75 % al 85 % y no lo ven mal. Es un perfil muy cómodo y no se anima a aumentar el resultado”, explicó Elizalde.
El problema no sería sólo económico, sino también una cuestión cultural y de convicción. Para que la ganadería logre un salto productivo, el cambio debe venir por la vía del desafío y la innovación, no solo por la mejora en la rentabilidad generada por la baja de retenciones.
Elizalde ejemplifica cómo el estancamiento productivo afecta a la calidad de vida en los pueblos ganaderos: “Vas a los pueblos ganaderos y te das cuenta de que el pueblo es agrícola o ganadero. En los pueblos ganaderos querés buscar un restaurante y no hay. Si el nivel de gasto es bajo, nadie pone un restaurante o un cine porque la población está acostumbrada o conformada a vivir con lo que tiene”.
Esto refleja que incluso si se bajan las retenciones, la mejora en la economía local y la vida social serán limitadas, porque el perfil de consumo y desarrollo local no cambia. Por lo tanto, el especialista considera que la baja de retenciones “no va a cambiar el mundo” ni a revolucionar el sector.
Para cerrar, Juan Elizalde sostuvo que “se debe cambiar la convicción de hacerlo”, y que este cambio podría llegar con una renovación generacional o con la adopción de nuevas tecnologías. “A la ganadería la veo muy quieta haciendo lo que hace y no creo que cambie por las condiciones, sino por las situaciones que realicen”, concluyó.