Por Agroempresario.com
En un paso inédito dentro del panorama municipal argentino, el distrito bonaerense de Tres de Febrero lanzó su propia versión del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), con el objetivo de atraer capitales, impulsar el empleo local y fomentar un entorno competitivo desde el punto de vista tributario. La medida fue celebrada por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien mantuvo una reunión con el intendente Diego Valenzuela para manifestar su respaldo al plan fiscal local.
Este modelo de RIGI municipal toma como referencia el marco nacional, pero adaptado a la escala y competencias de los gobiernos locales. La ordenanza fue aprobada por el Concejo Deliberante del municipio y establece incentivos concretos para empresas que desarrollen inversiones significativas en el distrito.
“Las ventajas de instalarse en Tres de Febrero ya son bien claras. Diego Valenzuela ha comenzado con la competencia impositiva, vía tasas sustancialmente más bajas que otras localidades, su propio RIGI y la ordenanza antibloqueo. Esto se va a traducir en mayor actividad y generación de trabajo para los vecinos”, expresó Caputo en redes sociales.
Según lo aprobado, las empresas que inviertan más de USD 20 millones y generen al menos 100 empleos directos serán eximidas del pago de la Tasa de Inspección de Seguridad e Higiene (TISH) durante el primer año. A partir del segundo año y por un período de 14 años, se beneficiarán con una reducción del 50% en esa misma tasa. La iniciativa apunta a ofrecer certidumbre y previsibilidad a largo plazo, valores fundamentales para fomentar proyectos productivos de envergadura.
“El desafío es cambiar los incentivos a favor de la inversión. Desde el municipio podemos contribuir generando reglas claras y estables. En Argentina, muchos emprendedores sufren porque les duplican las tasas después de instalarse. Con este régimen, eso no va a pasar en Tres de Febrero”, afirmó Valenzuela durante la presentación.
La TISH actualmente se calcula en base a la facturación declarada, con una alícuota base del 0,6% y un tope del 0,8%. Las compañías que ingresen al nuevo régimen pasarán a tributar un 0,4%, lo que representa una disminución significativa que mejora la competitividad local respecto de otros municipios.
Además de los beneficios para inversiones mayores, se introdujo un escalón intermedio para compañías que inviertan más de USD 10 millones. En este caso, se prevé una reducción sostenida de la TISH durante nueve años, aunque sin exención total inicial. La idea es acompañar proyectos industriales o de servicios intensivos que, aunque de menor envergadura, puedan generar dinamismo económico y empleo calificado.
Este nuevo marco se suma a otros programas ya vigentes en Tres de Febrero, como el régimen de créditos fiscales para pymes. Por ejemplo, una pyme que incorpore personal puede descontar el 50% del salario mínimo en concepto de tasas municipales, fomentando la generación de empleo genuino.
Junto con la ordenanza del RIGI local, el Concejo Deliberante aprobó otra medida de autorregulación tributaria: durante un lapso de 30 años, el municipio se compromete a no crear nuevas tasas ni incrementar las existentes. Solo se permitirán reducciones. “Esto es algo bastante revolucionario porque en Argentina nadie habla del mediano plazo. Nosotros queremos que quien invierta acá sepa a qué atenerse por tres décadas”, explicó el intendente.
La reunión entre Caputo y Valenzuela en la sede del Ministerio de Economía marcó un gesto político claro. En medio de la discusión nacional sobre el rol de los municipios en el proceso de estabilización macroeconómica, Tres de Febrero se posiciona como un modelo de gestión alineado con la inversión privada y la responsabilidad fiscal.
“Es muy importante que desde los municipios se acompañen las reformas que están en marcha. La consistencia económica no se logra sólo desde la Nación. Esta clase de medidas, como el RIGI local, ayudan a reconstruir la confianza y a crear condiciones reales para el desarrollo”, señalaron fuentes cercanas al Ministerio.
En este marco, la experiencia de Tres de Febrero podría funcionar como modelo replicable para otros distritos interesados en atraer inversiones y dinamizar sus economías locales. La combinación de seguridad jurídica, desburocratización y alivio fiscal puede resultar atractiva para sectores como la industria manufacturera, la logística, la tecnología y los servicios basados en conocimiento.
En un contexto nacional en el que los costos impositivos municipales suelen ser un obstáculo para el desarrollo productivo, esta iniciativa rompe con la lógica tradicional y apuesta a competir por inversiones. La competencia tributaria, largamente discutida a nivel internacional, se abre paso también en el ámbito subnacional argentino.
“Lo que estamos haciendo en Tres de Febrero es generar condiciones de estabilidad. La Argentina necesita crecimiento y empleo formal. El Estado no puede ser una traba, sino un facilitador del desarrollo. Con este régimen, queremos enviar una señal clara a los inversores”, concluyó Valenzuela.