Por Agroempresario.com
El invierno se consolida con fuerza sobre el Cono Sur tras el ingreso de una potente masa de aire polar que ha desencadenado heladas generalizadas, temperaturas extremas y lluvias escasas, afectando gran parte del área agrícola clave de la región. Según el Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), el fenómeno impactará directamente sobre la planificación y el desarrollo de los cultivos de invierno, como el trigo y la cebada.
El frente frío se ha intensificado en los últimos días, provocando un marcado descenso térmico, con mínimas de hasta -5°C en áreas cordilleranas y serranas del NOA y Cuyo, mientras que en la Región Pampeana, el sur de la Mesopotamia, Uruguay y sectores del norte argentino las heladas se tornan generalizadas, con registros por debajo de 0°C.
La situación se ve agravada por la persistente ausencia de lluvias. La entrada del aire frío no estuvo acompañada por humedad significativa, lo que ha derivado en precipitaciones escasas o nulas en casi toda la región agrícola. Las únicas excepciones se dan en zonas marginales del norte y noroeste, como el oeste del NOA, Paraguay y Misiones, donde se esperan lluvias moderadas, con acumulados entre 10 y 25 milímetros y probables tormentas aisladas.
En la Cordillera Sur, en tanto, se prevén nevadas de intensidad moderada a fuerte, un alivio puntual pero insuficiente frente al estrés hídrico que afecta al grueso de las zonas productivas.
El patrón térmico del Cono Sur mantiene un fuerte contraste. Mientras el norte de Paraguay, el este de Salta, el Chaco oeste y el norte de Misiones registran temperaturas máximas por encima de los 20°C, el centro y sur del área agrícola —incluyendo el sur de Cuyo, la Región Pampeana y Uruguay— continúan con valores por debajo de la media, con máximas que no superan los 15°C.
La débil influencia de los vientos tropicales, que retornan con baja intensidad y sin capacidad de avanzar hacia el sur, refuerza este escenario desigual, con un invierno más crudo en el sur del continente y condiciones más benignas en el norte.
Este escenario climático invernal plantea desafíos concretos para el sector agropecuario. El frío extremo y el déficit hídrico podrían comprometer no solo el estado de los cultivos implantados, sino también las decisiones de siembra en las próximas semanas. La falta de agua superficial y las heladas tempranas podrían limitar la adopción de tecnología, generar estrés fisiológico en los cultivos y afectar los rindes esperados.
La planificación agrícola en regiones como la Región Pampeana, Cuyo, el NOA y el NEA dependerá de cómo evolucionen los patrones climáticos en las próximas semanas. La mirada está puesta en los pronósticos de julio y agosto, que definirán el rumbo de la campaña de invierno y el inicio de la primavera.