Por Agroempresario.com
Un reciente estudio realizado por el INTA Pergamino arrojó resultados contundentes sobre el impacto productivo y económico que genera la producción agrícola sin el uso de agroquímicos. La investigación se focalizó en una zona de exclusión que fue impuesta por la Justicia en 2019 y que prohíbe la aplicación de fitosanitarios en un amplio perímetro cercano al ejido urbano de Pergamino, una medida que afectó a más de 6.000 hectáreas y a unos 100 productores agropecuarios de la región.
El estudio comparó cultivos manejados bajo dos sistemas: uno convencional, con siembra directa, uso de fitosanitarios y fertilización; y otro bajo exclusión, sin agroquímicos ni fertilizantes, y con labranza convencional. Los técnicos del INTA Pergamino analizaron promedios de seis campañas agrícolas y detectaron una caída significativa en los rendimientos.
Pese a la reducción en costos por insumos, el margen bruto cayó considerablemente, afectando la rentabilidad. En soja de primera, el margen promedio pasó de US$494 a –US$24 por hectárea, mientras que en trigo bajó de US$268 a US$167 por hectárea.
La prohibición de aplicar fitosanitarios cerca de Pergamino comenzó en agosto de 2019. La Justicia impuso zonas de exclusión de 1.095 metros para aplicaciones terrestres y 3.000 metros para aéreas, lo que superó ampliamente los límites que establecía la ordenanza municipal 8126/14, que permitía un máximo de 100 metros y un franja adicional con productos restringidos.
Este fallo judicial impactó también en parcelas experimentales del INTA Pergamino, brindando una oportunidad única para medir científicamente las consecuencias productivas y económicas de la agricultura sin agroquímicos en una región de alta productividad como el núcleo agrícola argentino.
El equipo técnico también evaluó otros sistemas productivos adaptados a zonas con limitaciones en el uso de insumos químicos. Analizaron producción de forrajes con extracción y engorde de bovinos a pasto con suplementación de grano, encontrando resultados interesantes.
Andrés Llovet, técnico del INTA Pergamino y referente en la investigación, explicó que “los menores gastos en exclusión no compensan la caída en rendimiento, por eso el margen bruto es menor.” Destacó también la necesidad de seguir evaluando combinaciones de cultivos, sistemas silvopastoriles y estrategias de comercialización adaptadas a zonas periurbanas con restricciones.
Además, mencionó que “no todos los periurbanos son iguales; en ciudades grandes como Pergamino, con más de 100.000 habitantes, los desafíos son mayores en comparación con pueblos más pequeños donde la ganadería puede ser más viable.”
El objetivo del estudio no fue cuestionar la validez de las restricciones sino proveer datos concretos para diseñar alternativas productivas sostenibles que respeten las normativas ambientales y judiciales vigentes.