Por Agroempresario.com
El Gobierno nacional se prepara para lanzar un ambicioso plan de obras viales con financiamiento privado, inspirado en el exitoso modelo chileno, y Río Negro será el primer caso testigo. Con una inversión estimada entre US$ 350 y 400 millones, este esquema busca aliviar la carga estatal en infraestructura, potenciar el desarrollo productivo de Vaca Muerta y convertirse en emblema de campaña electoral rumbo a octubre.
El proyecto se articula en tres tramos fundamentales: Ruta Nacional 22, Ruta 151 y la denominada “Barda Norte”, un camino estratégico detrás del eje productivo del Alto Valle. Estas obras, enmarcadas en el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), permitirán resolver el colapso vial derivado del crecimiento del transporte pesado vinculado al desarrollo energético y agroindustrial.
La idea central del plan es que el caso rionegrino funcione como vidriera nacional, mostrando que es posible construir rutas sin depender del gasto público. Así, el Gobierno espera que el modelo se expanda hacia otras provincias con alta rentabilidad para inversores, como las regiones petroleras, mineras y agrícolas.
Detrás del proyecto están trabajando en conjunto el presidente Javier Milei y la diputada Lorena Villaverde, quien planea su candidatura al Senado en 2025 con proyección a la gobernación provincial en 2027. “Hoy estamos midiendo 35 puntos en la provincia, pero proyectando indecisos pasaríamos los 40. Con eso metemos dos senadores y los dos diputados que están en juego”, aseguran desde La Libertad Avanza, confiados en el peso político del plan.
La primera fase contempla reactivar obras largamente demoradas. La Ruta Nacional 22, entre Villa Regina y Cipolletti, lleva más de una década paralizada. A su vez, la Ruta 151, paralela a Neuquén, es vital para canalizar el tráfico de camiones que abastecen a las petroleras. Finalmente, la “Barda Norte” se perfila como una arteria clave para los parques industriales del Alto Valle.
Estas rutas, además de ser estratégicas para el desarrollo energético, buscan mejorar la logística del transporte de arena y otros insumos clave para la actividad no convencional de Vaca Muerta. El modelo prevé que las empresas que integren el consorcio constructor recuperen su inversión a través de cánones aplicados al transporte pesado, replicando así el sistema de concesiones mixtas ya probado en países como Chile, Perú y Suiza.
En paralelo a la ingeniería vial, el equipo oficialista trabaja en el diseño legal y financiero del modelo. “Ahora estamos trabajando en el marco legal y en la estructura jurídica. Puede haber una combinación del modelo chileno, el peruano o el suizo, según la ruta. El juego está abierto para sacar la mejor versión”, explicaron desde el Ejecutivo.
La estructura prevé la creación de un Vehículo de Proyecto Único (VPU) que permita concentrar las inversiones y aplicar al RIGI, asegurando un tratamiento fiscal beneficioso para atraer capitales. Además, se contempla otorgar garantías en títulos públicos a las empresas constructoras frente a posibles cambios de reglas de juego a futuro.
Ya existen negociaciones avanzadas con compañías del sector Oil & Gas, construcción y turismo, interesadas en integrar el consorcio que construiría, operaría y mantendría las rutas por un período a definir.
En una segunda etapa, el plan se extendería para acompañar el crecimiento portuario vinculado al Gas Natural Licuado (GNL) y el oleoducto VMOS. En esa línea, ya se evalúa incluir en el esquema a la Autovía 3, y reformar tramos de las Rutas 251, 40 y 23, claves para la conexión del norte y sur provincial con los centros logísticos y puertos de exportación.