Por Agroempresario.com
Cada 7 de julio se celebra el Día Mundial del Cacao, una fecha que no sólo homenajea el origen milenario de este fruto, sino que también invita a reflexionar sobre su potencial nutricional y terapéutico, respaldado por investigaciones científicas de instituciones reconocidas. Lejos de ser solo el ingrediente base del chocolate, el cacao puro es una fuente natural de compuestos bioactivos que pueden aportar beneficios significativos al organismo si se consume de manera adecuada.
En este contexto, es importante diferenciar entre el consumo de productos ultraprocesados con sabor a chocolate y la ingesta de cacao real, en presentaciones como polvo puro, nibs o chocolate negro de alta concentración. La ciencia ha confirmado que los componentes del cacao pueden contribuir positivamente a la salud cardiovascular, cerebral y metabólica, siempre que se elijan las presentaciones correctas y se respete la cantidad diaria recomendada.
Según la Mayo Clinic, el cacao, derivado del árbol Theobroma cacao, contiene más de 300 compuestos bioactivos, incluyendo flavonoides, polifenoles, teobromina, cafeína, magnesio, potasio y otros minerales. De estos, los flavonoles, un tipo de flavonoide, han despertado particular interés por su alto poder antioxidante y antiinflamatorio.
En comparación con otras fuentes populares de antioxidantes como el té verde o el vino tinto, el cacao supera ampliamente la concentración de flavonoides. Estudios realizados por la Cleveland Clinic indican que los flavonoles estimulan la producción de óxido nítrico, un compuesto que relaja los vasos sanguíneos, mejora la circulación y ayuda a reducir la presión arterial.
El efecto vasodilatador del óxido nítrico también beneficia la circulación cerebral, lo que explica por qué varias investigaciones relacionan el consumo regular de cacao con una posible prevención del Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Un estudio publicado en Frontiers in Nutrition subrayó además que los flavanoles del cacao participan en múltiples procesos del metabolismo: inhiben enzimas digestivas, favorecen la oxidación de grasas y mejoran la sensibilidad a la insulina.
De este modo, el cacao no solo es aliado de la salud cardiovascular, sino que también puede contribuir al control del peso, la regulación glucémica y la reducción de marcadores inflamatorios en el organismo.
Para aprovechar estos beneficios, es fundamental saber cómo y qué tipo de cacao consumir. Las presentaciones más recomendadas incluyen:
El chocolate con leche o los productos con bajo contenido de cacao suelen tener altos niveles de azúcar y grasas añadidas, lo que contrarresta cualquier posible efecto saludable. Leer las etiquetas nutricionales es clave para evitar ingredientes nocivos.
Expertos como Devon Peart, dietista de Cleveland Clinic, recomiendan consumir entre 10 y 30 gramos diarios de chocolate negro o cacao puro. La moderación es esencial para evitar un consumo excesivo de calorías y estimulantes como la cafeína.
Algunas formas prácticas y saludables de incorporar cacao a la dieta diaria incluyen:
Si bien el cacao tiene propiedades saludables, no es recomendable para todos ni en cualquier cantidad. Entre las precauciones que deben tomarse, destacan:
Más allá de su riqueza nutricional, el cacao tiene una profunda carga cultural e histórica, ya que fue considerado sagrado por civilizaciones como la maya y la azteca, que lo usaban en ceremonias y como moneda. Hoy, el interés en el cacao se ha revitalizado desde el ámbito de la nutrición científica y la alimentación consciente, que busca reconectar con alimentos naturales de alto valor biológico.
La celebración del Día Mundial del Cacao nos recuerda que los superalimentos no tienen por qué ser exóticos o nuevos: muchos ya estaban en nuestras culturas hace siglos. Consumido de manera inteligente, el cacao puede ser parte de una dieta equilibrada que promueve el bienestar y la prevención de enfermedades.