Por Agroempresario.com
En un contexto de creciente tensión estratégica, Estados Unidos y China retomaron el diálogo bilateral durante la cumbre de ministros de la ASEAN celebrada en Kuala Lumpur, Malasia. El encuentro clave entre el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el canciller chino, Wang Yi, se centró en los principales temas de la agenda geopolítica y comercial que afectan la región Asia-Pacífico y que marcan la posible reunión entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping.
La cumbre regional no solo reunió a las naciones del Sudeste Asiático, sino también a potencias como Australia, Japón, Corea del Sur, la Unión Europea y Rusia, en medio de una creciente disputa que abarca desde las barreras comerciales hasta la presión militar en el mar Meridional y la crisis en Ucrania.
Al término de la reunión, Marco Rubio calificó el encuentro como “constructivo y positivo” y confirmó el interés mutuo para que se concrete la cumbre entre Trump y Xi Jinping. “No ha sido una negociación, sino una reunión positiva que fortalece la comunicación regular entre ambas potencias”, indicó Rubio, subrayando la importancia de mantener contactos productivos en momentos de alta competencia estratégica.
El secretario de Estado señaló que Trump ha sido invitado formalmente a visitar China y que la administración estadounidense está trabajando para fijar la fecha del encuentro presidencial. “Estoy seguro de que sucederá porque ambos presidentes quieren que así sea”, afirmó Rubio, en un gesto que podría representar un primer paso hacia una desescalada parcial en la guerra comercial y política que mantiene Washington y Beijing.
Uno de los puntos más delicados en la negociación fue el tema comercial. Desde enero, ambas potencias retoman su contienda arancelaria: Estados Unidos elevó los gravámenes a productos chinos hasta un 145%, y China respondió con tarifas del 125% a bienes estadounidenses. En mayo, se acordó una reducción temporal, descrita por Trump como un “reinicio total”, pero la tensión sigue latente.
Rubio enfatizó que la estrategia arancelaria de Estados Unidos amenaza con imponer gravámenes del 20% al 50% a más de 20 países del Sudeste Asiático que no concreten acuerdos comerciales bilaterales antes del 1 de agosto. Países como Vietnam, Tailandia y Malasia han sido los más afectados por esta política, generando preocupación en la región.
El primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, criticó estas medidas calificándolas de “instrumentos afilados de rivalidad geopolítica”. Por su parte, Wang Yi defendió la necesidad de un orden internacional “más justo y razonable” y denunció el uso de “proteccionismo unilateral y coerción arancelaria” por parte de Estados Unidos, argumentando que estas acciones violan las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y distorsionan el comercio internacional.
Otro tema central fue la posición de China respecto al conflicto en Ucrania. Rubio expresó preocupación por el “apoyo indirecto” de Beijing a Rusia, señalando que, aunque China no suministra armamento letal, sí provee asistencia económica y tecnológica que permite sostener la capacidad bélica rusa.
Washington acusa además a China de proteger a Moscú en organismos multilaterales, obstaculizando sanciones y esfuerzos internacionales para frenar la agresión. La escalada bélica en Ucrania se mantiene, con intensos ataques aéreos rusos contra ciudades ucranianas, y Estados Unidos busca desincentivar cualquier respaldo que prolongue el conflicto.
La reunión también abordó uno de los temas más sensibles: la situación en el estrecho de Taiwán. China reclama la isla como parte integral de su territorio y ha incrementado su presión militar, lo que genera inquietud en Washington y sus aliados.
Aunque Estados Unidos no reconoce oficialmente a Taiwán como estado soberano, mantiene con la isla relaciones no diplomáticas y es su principal proveedor de armas. El secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, advirtió en mayo que el Ejército Popular de Liberación se entrena diariamente para una posible invasión y que está preparado para alterar el equilibrio militar en la región.
El régimen de Xi Jinping acusó a Washington de “jugar con fuego” y utilizar el tema de Taiwán como pretexto para contener a China, en un claro mensaje de advertencia ante cualquier intervención externa.
Además de Taiwán, la disputa territorial en el mar Meridional fue otro foco de la reunión. China reclama amplias zonas marítimas que también son reclamadas por varios países de ASEAN, incluidos Filipinas, Vietnam y Malasia.
Estados Unidos ha reforzado su apoyo a las naciones del Sudeste Asiático y su adhesión al derecho internacional marítimo, incrementando los patrullajes navales para desafiar las reclamaciones unilaterales chinas. Esta estrategia busca mantener la libertad de navegación en una de las rutas comerciales más importantes del mundo, vital para el comercio global.
Rubio afirmó que Estados Unidos “no tiene intención de abandonar Asia-Pacífico” y que su presencia en la región es “estratégica y permanente”. La visita a Malasia forma parte de una agenda para reafirmar el compromiso estadounidense con el Sudeste Asiático frente al avance de la influencia china.
Esta postura marca un claro desafío a las ambiciones chinas y revela que, pese a los contactos diplomáticos, la competencia por la influencia geopolítica y comercial en Asia seguirá siendo intensa en los próximos meses.
El diálogo entre Marco Rubio y Wang Yi en Kuala Lumpur representa un intento crucial de contener las tensiones y abrir canales de comunicación en un momento de múltiples frentes conflictivos: la guerra comercial, la disputa en Taiwán, la crisis en Ucrania y las reclamaciones territoriales en el mar Meridional.
Aunque ambos países mantienen posturas enfrentadas, la voluntad expresada para concretar una cumbre entre Trump y Xi Jinping podría ser el punto de partida para acuerdos que reduzcan el riesgo de confrontaciones abiertas.
Sin embargo, las presiones internas, las diferencias estratégicas y la fuerte competencia geopolítica sugieren que la relación Estados Unidos-China seguirá siendo compleja y con momentos de alta tensión.