Por Agroempresario.com
El Gobierno de Javier Milei enfrenta una semana decisiva tras la derrota legislativa sufrida en el Senado, donde fueron aprobadas tres leyes contrarias a su política fiscal. Lejos de reaccionar con inmediatez, el oficialismo opta por demorar los vetos correspondientes, con el objetivo de ganar tiempo y abrir una ventana de negociación con los gobernadores provinciales.
La estrategia se apoya en el calendario institucional que otorga diez días hábiles al Poder Ejecutivo para vetar leyes sancionadas. En ese marco, la postergación de los vetos permite explorar acuerdos políticos y buscar respaldos, especialmente en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo tiene una mayor capacidad de maniobra.
Uno de los eventos que podría facilitar este acercamiento es la tradicional Exposición Rural, que comienza esta semana en el predio de La Rural, en Palermo. Por primera vez, el evento incluirá un cóctel con la presencia de gobernadores de todo el país, una oportunidad que la Casa Rosada evalúa aprovechar para generar un canal informal de diálogo.
El Senado sancionó tres leyes que implican un aumento del gasto público: el incremento en las jubilaciones, la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad. Estas medidas van en contra de la política de ajuste que sostiene el presidente Milei, quien ratificó su “compromiso inquebrantable con el superávit fiscal” en un reciente acto en la Bolsa de Comercio.
“El déficit es inmoral”, expresó Milei en ese evento, mientras en paralelo el Senado sancionaba leyes que podrían afectar la estabilidad de las cuentas públicas. En la visión oficialista, el rechazo a estas leyes es fundamental para sostener el rumbo económico.
Sin embargo, el Gobierno no emitirá los vetos esta semana. Más allá del debate jurídico que podría incluir una referencia a la supuesta invalidez de la sesión del Senado, la razón principal es política: Milei y sus asesores buscan reordenar la estrategia y medir fuerzas en Diputados, el terreno donde podrían revertir el avance legislativo opositor.
En la Cámara baja, La Libertad Avanza (LLA) tiene más chances de bloquear un eventual rechazo al veto presidencial. Aunque necesita sostener al menos 86 votos para que el veto sea válido, en el Gobierno creen que pueden lograrlo incluso con menos, apelando a ausencias o abstenciones de algunos bloques opositores.
El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y su primo Eduardo “Lule” Menem, clave en la organización de LLA, encabezan la tarea de construcción política. Los acompaña el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien mantiene un canal abierto con varios mandatarios provinciales.
Entre los posibles aliados, el Gobierno observa con expectativa a los gobernadores Marcelo Orrego (San Juan) y Osvaldo Jaldo (Tucumán). Orrego ya apoyó en el pasado iniciativas del oficialismo, mientras que Jaldo, pese al distanciamiento reciente, podría contribuir con los votos de su bloque.
Por otro lado, el PRO aparece dividido. María Eugenia Vidal adelantó que votará contra la moratoria, aunque no se expresó sobre las otras leyes. El expresidente Mauricio Macri mantiene influencia sobre el bloque, y su postura será clave para definir la conducta de varios legisladores.
Mientras tanto, la Casa Rosada prepara movimientos tácticos en escenarios no convencionales. La Exposición Rural 2025, que se inaugura esta semana, contará con la participación de los 23 gobernadores y del jefe de Gobierno porteño.
Por primera vez, el evento incluirá un cóctel con los mandatarios provinciales, lo que abre la puerta a conversaciones informales entre representantes del Gobierno nacional y las provincias. Aunque Milei no tiene previsto asistir, podrían concurrir emisarios de alto perfil, como Francos, Caputo o Menem.
El oficialismo niega la posibilidad de una cumbre formal en Casa Rosada, al menos esta semana. Pero ve en La Rural un espacio “neutral” para relanzar el diálogo. La posibilidad de sentarse a conversar, sin cámaras ni actas, podría allanar el camino a entendimientos parlamentarios.
La actividad en torno a La Rural también incluye una reunión de alto nivel entre el presidente Milei y los representantes de la Mesa de Enlace. Participarán los titulares de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria Argentina (FAA) y Coninagro.
El presidente de la SRA, Nicolás Pino, anticipó que será una “reunión a agenda abierta”, aunque se tratarán temas claves como los cambios en el INTA, el futuro de las retenciones y las regulaciones sanitarias. “El camino es hacia el 0% de retenciones, y Milei va en esa dirección”, aseguró Pino.
Mientras se desarrolla esta estrategia de negociación, el oficialismo enfrenta tensiones internas. Santiago Caputo y los Menem lideran espacios con posturas diferentes dentro de LLA, y la falta de coordinación amenaza con debilitar la capacidad negociadora del Gobierno.
Desde algunas provincias señalan “falta de previsibilidad” y advierten que la confrontación constante del Presidente con los gobernadores —a quienes acusó de querer “destruir al Gobierno”— complica cualquier intento de construcción política.
Sin embargo, fuentes cercanas a Milei aseguran que existe voluntad de sostener los vetos y evitar que las leyes fiscalmente expansivas prosperen. “Nos tenemos fe”, afirmó un funcionario con llegada directa al Presidente.
Con la atención puesta en Diputados, el Gobierno evalúa distintos escenarios. Uno es lograr sostener los vetos con una mayoría simple. Otro, más arriesgado, consiste en negociar la ausencia o abstención de legisladores que prefieren no “ensuciarse las manos” en una votación sensible.
En cualquier caso, el tiempo que otorga la Constitución para emitir los vetos permite al oficialismo mover fichas y explorar alianzas. La oposición necesitará al menos 172 votos para rechazar los vetos y dejar sin efecto la decisión presidencial, una cifra difícil de alcanzar sin unificar fuerzas.
La demora en los vetos no es un gesto de debilidad, sino una jugada táctica del oficialismo para recomponer su posición. Con la vista puesta en La Rural y en los movimientos que puedan generarse entre los gobernadores, el Gobierno intenta relanzar el diálogo político y evitar una nueva derrota legislativa.
La semana que comienza será clave para definir si Milei logra sostener su programa fiscal o si la oposición avanza con medidas que tensan aún más las cuentas públicas. El escenario está abierto, y el campo —tanto en sentido literal como figurado— se convierte en el nuevo territorio de disputa.