Por Agroempresario.com
Alemania lanzó una advertencia clara este domingo frente a la amenaza arancelaria de Estados Unidos. Altos funcionarios del gobierno alemán advirtieron que la Unión Europea (UE) deberá implementar “medidas decisivas” si no se alcanza un acuerdo comercial “justo” con Washington antes del 1 de agosto. Las declaraciones se produjeron un día después de que el expresidente norteamericano Donald Trump anunciara la imposición de aranceles del 30% a productos procedentes de Europa y México.
El ministro de Finanzas alemán, Lars Klingbeil, expresó en una entrevista con el diario Sueddeutsche Zeitung que aún hay margen para alcanzar una solución negociada, pero que la UE debe estar preparada para actuar si las conversaciones fracasan. “Nuestra mano sigue extendida, pero no aceptaremos cualquier cosa. Las contramedidas deben seguir preparándose”, afirmó.
Klingbeil también alertó que los aranceles unilaterales propuestos por Trump serían perjudiciales tanto para la economía estadounidense como para las empresas europeas. “Estos aranceles solo tendrían perdedores. Europa quiere un acuerdo justo, y si no es posible, entonces debe proteger empleos y empresas con decisión”, subrayó.
La advertencia de Alemania tiene peso adicional por tratarse de la mayor economía de Europa y uno de los principales exportadores del mundo. Tras dos años de estancamiento económico y recesión técnica, Berlín esperaba iniciar una recuperación en el segundo semestre de 2025. Sin embargo, los nuevos gravámenes propuestos por la administración de Trump podrían amenazar esa frágil recuperación, afectando sectores clave como el automotriz, la maquinaria pesada, productos químicos y la industria agroalimentaria.
El canciller alemán, Friedrich Merz, también se pronunció al respecto. En declaraciones a la emisora ARD, sostuvo que la entrada en vigor de los aranceles “superaría muchos de los esfuerzos que hemos estado haciendo” para reactivar la economía alemana, golpeando particularmente “a nuestros exportadores en lo más profundo”.
Merz confirmó que había conversado en los últimos días con el presidente francés, Emmanuel Macron, la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y con el propio Trump, para intentar evitar la escalada arancelaria. “Estoy realmente comprometido con encontrar una solución”, afirmó el canciller, señalando que las negociaciones están en una “fase bastante avanzada”.
Desde Bruselas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, confirmó que por el momento se ha decidido aplazar la implementación de contramedidas, para mantener abierta la vía diplomática. No obstante, aclaró que el bloque no dudará en utilizar todos los instrumentos disponibles si no se alcanza un acuerdo satisfactorio.
“El instrumento anticoerción fue creado para situaciones extraordinarias. Aún no hemos llegado a ese punto, pero estamos preparados”, declaró Von der Leyen, en referencia a un mecanismo que permite aplicar restricciones más allá de los aranceles tradicionales, incluyendo el comercio de servicios y las inversiones.
Las declaraciones del presidente Macron en días anteriores también apuntaron en la misma dirección: “Debemos intensificar la preparación de contramedidas creíbles”. Francia ha pedido a la Comisión que acelere sus planes para responder a las políticas unilaterales de Trump, subrayando la necesidad de defender “categóricamente los intereses europeos”.
En el sector agroalimentario, los nuevos aranceles representan un fuerte golpe para las exportaciones de productos europeos como quesos, embutidos, vinos, aceites y maquinaria agrícola. Alemania, Francia, Italia y España serían los más afectados, ya que concentran gran parte de estas exportaciones hacia el mercado estadounidense.
Las asociaciones de productores y exportadores del sector agroindustrial europeo ya han comenzado a solicitar medidas compensatorias y apoyo financiero ante la amenaza arancelaria. Desde Berlín, también se ha insistido en la necesidad de proteger la competitividad del agro europeo, un sector que genera millones de empleos y sostiene el equilibrio económico de zonas rurales.
Con el 1 de agosto cada vez más cerca, la Unión Europea afronta una encrucijada. Por un lado, quiere evitar una guerra comercial abierta con Estados Unidos. Por el otro, no puede aceptar un trato desequilibrado que perjudique sus sectores productivos más vulnerables.
Alemania ha dejado en claro que no descarta el uso de represalias si la vía diplomática fracasa. “Unidad en Europa y un diálogo sensato con el presidente norteamericano”, fue el mensaje final del canciller Merz.
Los próximos días serán cruciales para definir si se consolida un nuevo acuerdo transatlántico o si estalla una nueva batalla arancelaria que afectará el comercio, la producción y el empleo tanto en Europa como en Estados Unidos.