Por Agroempresario.com
En el ciclo agrícola 2025/26, el aceite de soja producido en Estados Unidos cambiará su perfil tradicional y se convertirá en un commodity eminentemente energético, según las últimas proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Este fenómeno se debe al fuerte crecimiento de la demanda por parte de la industria del biodiésel, que se perfila como el principal consumidor del aceite de soja estadounidense, acaparando el 53% de la producción total.
Según el informe mensual más reciente del USDA, el consumo de aceite de soja para la producción de biodiésel se elevó a 15.500 millones de libras, lo que representa un incremento del 11,5% respecto al pronóstico anterior y un 26,5% más que la campaña comercial 2024/25. Esta suba significativa responde a cambios en la política energética y ambiental de Estados Unidos, impulsada por la administración de Donald Trump, que amplió el corte obligatorio de biodiésel en el gasoil y reforzó incentivos fiscales para biocombustibles.
El impacto de estas medidas es un cambio estructural en el mercado del aceite de soja: su precio y demanda empiezan a responder cada vez más a variables propias del sector energético, desplazando en parte su tradicional rol agroindustrial. Además, se establecieron restricciones para evitar la importación de materias primas que compitan con la soja estadounidense, fortaleciendo la demanda interna del producto.
Como consecuencia de esta creciente transformación, la producción de harina de soja en EE.UU. también mostró ajustes al alza en el último reporte del USDA, pasando de 53,2 a 54,3 millones de toneladas, con exportaciones proyectadas en 16,9 millones de toneladas para 2025/26, superando las 15,7 millones del ciclo anterior. Esta mayor disponibilidad de harina representa una oportunidad para el sector exportador y el mercado global de proteínas vegetales.
Paralelamente, la industria de biocombustibles avanza con la adopción del biodiésel hidrotratado o HVO (Hydrotreated Vegetable Oil), conocido como biodiésel renovable. Este producto tiene una composición casi idéntica al gasoil fósil y es apto para climas muy fríos, superando las limitaciones del biodiésel convencional.
El auge del aceite de soja con destino energético en EE.UU. es una señal clara de la transformación del mercado agrícola hacia un enfoque más sostenible y alineado con las políticas ambientales globales, lo que tendrá repercusiones en las cadenas productivas y comerciales a nivel mundial.