Por Agroempresario.com
El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció este jueves un cambio clave en su estructura que podría tener un impacto directo en la política económica de Argentina: el economista chileno Rodrigo Valdés, duramente criticado por el presidente Javier Milei durante las negociaciones de 2024, dejará de ser el titular del Departamento del Hemisferio Occidental y pasará a liderar el Departamento de Asuntos Fiscales (FAD), desde donde se evalúan los programas económicos que mantiene el organismo con países deudores, entre ellos, Argentina.
Valdés asumirá su nuevo cargo en octubre, reemplazando al portugués Vitor Gaspar, quien condujo esa oficina durante varios años. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, destacó que será la primera vez en seis décadas que un economista de un mercado emergente encabezará ese departamento.
“Me complace anunciar que Rodrigo Valdés asumirá el cargo de Director del Departamento de Asuntos Fiscales”, dijo Georgieva en un comunicado. “Este nombramiento llega en un momento de gran incertidumbre económica mundial que exige liderazgo excepcional y cooperación interdepartamental”.
Hasta ahora, Valdés estaba a cargo del Departamento del Hemisferio Occidental, desde donde se manejaban las relaciones con América Latina, incluida la supervisión del acuerdo vigente entre Argentina y el FMI. En ese rol, fue el principal interlocutor con el equipo económico argentino durante los primeros meses de gobierno de Milei. Sin embargo, el vínculo se deterioró rápidamente. El presidente argentino lo acusó públicamente de tener una “agenda política” y de haber sido cómplice del exministro de Economía, Sergio Massa, durante la administración anterior.
“Rodrigo Valdés tiene mala intención manifiesta. No quiere que le vaya bien a la Argentina. Él tiene otra agenda”, expresó Milei en una entrevista en 2024. “Nosotros sobrecumplimos todas las metas, pero él prefería apoyar el desastre de Massa”.
La tensión escaló al punto que el FMI decidió apartar a Valdés de la mesa de negociaciones con Argentina. En su lugar, el organismo designó un trío de técnicos liderado por Luis Cubeddu, Ashvin Ahuja y Bikas Joshi, que tomaron el control de la relación bilateral a partir del segundo semestre de ese año.
El Departamento de Asuntos Fiscales del FMI es una unidad técnica clave en el análisis de políticas públicas. Entre sus funciones, se encuentran el asesoramiento macrofiscal, la política tributaria, la evaluación del gasto público, la gestión financiera y el diseño de marcos de sostenibilidad de deuda.
También juega un rol importante en la elaboración del Monitor Fiscal, uno de los informes semestrales más relevantes del FMI, que evalúa el estado de las cuentas públicas de los países miembros. Argentina, como principal deudor del Fondo a nivel global, es uno de los casos bajo revisión constante por parte de este departamento.
Según explicó a Agroempresario.com un exfuncionario del organismo con conocimiento del funcionamiento interno, “el FAD tiene voz en todas las revisiones de programas. No define políticas, pero sus opiniones técnicas pueden influir en las decisiones del Directorio”.
En este contexto, el ascenso de Valdés al frente del FAD no lo aleja completamente de los temas argentinos. Por el contrario, ahora tendrá un rol técnico pero decisivo en la evaluación de la sustentabilidad fiscal del programa que el país negocia con el Fondo, especialmente en lo que refiere a ajustes estructurales, metas de déficit cero y política tributaria.
La designación generó reacciones encontradas dentro del gobierno argentino. Si bien el equipo económico evita realizar comentarios públicos sobre nombramientos en el organismo, fuentes cercanas al Palacio de Hacienda reconocen que existe cierta preocupación por la influencia que Valdés podría mantener, incluso desde un área aparentemente más técnica.
Por su parte, Milei, que ha demostrado un estilo confrontativo frente a organismos multilaterales, ya había anticipado su desconfianza hacia el chileno: “No es mi jefe, mi jefe es el pueblo argentino. Si el FMI pone a un miembro del Foro de San Pablo a supervisar nuestras cuentas, es su problema. Nosotros seguimos cumpliendo con lo pactado”, afirmó.
Esta declaración fue leída por analistas como un intento del mandatario de marcar distancia frente a decisiones del organismo que no controla, en un contexto de negociaciones sensibles. Aunque el FMI ha elogiado los esfuerzos del gobierno libertario en materia fiscal, también ha señalado la necesidad de cuidar el impacto social del ajuste.
Hasta octubre, Valdés continuará desempeñando sus tareas en el Departamento del Hemisferio Occidental, donde ya fue reemplazado de facto en la relación con Argentina. Su designación formal al frente del área fiscal se hará efectiva ese mes, tras una transición administrativa y técnica.
Desde el FMI, se busca transmitir normalidad institucional. “El nombramiento de Valdés no altera la hoja de ruta con Argentina. El staff técnico actual sigue al frente del monitoreo del programa”, señalaron desde Washington.
Sin embargo, su llegada al área fiscal coincide con un momento clave: Argentina debe renegociar tramos futuros del acuerdo, definir nuevas metas fiscales y avanzar en la discusión sobre la deuda, todo mientras se mantiene un contexto social delicado por los efectos del ajuste.
La figura de Valdés, por tanto, podría volver a escena, esta vez como evaluador del cumplimiento técnico de las metas fiscales impuestas por el organismo.