Por Agroempresario.com
En Argentina, el pistacho se ha convertido en el fruto seco de moda, impulsado por su color vibrante y el furor del chocolate Dubai. Sin embargo, aunque su precio interno se ha disparado hasta alcanzar cifras de hasta $90.000 el kilo sin cáscara, este fruto seco no ostenta el título del más caro a nivel internacional. Ese privilegio corresponde a la nuez de macadamia, un producto de altísima calidad cuyo costo duplica al del pistacho en los mercados globales.
Mientras el pistacho crece en popularidad en cafés, panaderías y heladerías argentinas, su precio continúa subiendo, impulsado por una demanda insatisfecha. En el país, el kilo con cáscara ronda entre $30.000 y $40.000, pero esta cifra queda corta frente a la nuez de macadamia, originaria del noreste de Australia, que alcanza un valor superior en el mercado internacional.
La nuez de macadamia es uno de los frutos secos más difíciles y costosos de producir. Su árbol requiere entre 7 y 10 años para empezar a dar frutos comercializables y necesita un clima subtropical específico, lo que limita su cultivo a regiones como Australia, Hawái, Sudáfrica y Kenia. Además, su cáscara extremadamente dura exige tecnología especializada para su procesamiento, lo que incrementa aún más los costos.
Este cuidado en la producción y procesamiento se refleja en un producto gourmet de sabor suave, textura mantecosa y un alto contenido de grasas saludables, ideales para dietas premium y productos de alta gastronomía.
Según datos de tridge.com, en abril de 2025 el precio promedio de la nuez de macadamia cruda en Australia fue de US$28,45 por kilogramo. En cambio, el pistacho se ubicó en un promedio de US$11,81 por kilogramo crudo, menos de la mitad del valor de la macadamia.
Este diferencial marca a la macadamia como un “lujo silencioso” en el universo de los frutos secos, con un costo que refleja la paciencia y el cuidado que requiere su producción, mucho más allá del protagonismo mediático que ostenta el pistacho.