Por Agroempresario.com
La Argentina se prepara para un nuevo hito en su matriz energética con la creación de YPF Nuclear, la flamante subsidiaria de la petrolera estatal que tendrá como eje central el desarrollo de minería de uranio en la provincia de Chubut. En una reunión clave realizada esta semana en la Torre de YPF en Puerto Madero, participaron el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el presidente de Nucleoeléctrica, Demian Reidel, y el titular de YPF, Horacio Marín, para comenzar a delinear esta nueva etapa en la industria energética del país.
La iniciativa forma parte del Plan Nuclear Argentino y busca posicionar al país como proveedor estratégico de energía nuclear y uranio enriquecido, un recurso clave en la transición energética global. Este paso representa una jugada audaz para sumar valor agregado a los recursos naturales, recuperar soberanía energética y atraer inversiones en un contexto global marcado por la búsqueda de alternativas limpias a los combustibles fósiles.
Desde la petrolera estatal confirmaron que YPF Nuclear no solo se ocupará de la exploración y explotación de uranio, sino que buscará desarrollar un polo industrial nuclear en Chubut, ligado también a la producción de reactores modulares y generación eléctrica. Este movimiento se alinea con la visión de largo plazo de YPF para diversificar su negocio y cumplir con los objetivos de su Agenda 2030, donde las energías renovables y de bajas emisiones tienen un rol protagónico.
En palabras de Reidel, quien viene impulsando con fuerza el nuevo plan nuclear:
“YPF avanza en el diseño institucional de YPF Nuclear, su nueva subsidiaria que liderará la minería de uranio en Argentina, comenzando en Chubut. Es una pieza clave del Plan Nuclear Argentino, que avanza con decisión para que el país exporte el mineral que alimentará la energía del futuro”.
El trasfondo de este proyecto incluye una compleja negociación entre el Gobierno nacional y la provincia de Chubut, que busca recuperar la administración de más de 18 yacimientos actualmente en manos de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Estos proyectos se extienden sobre unas 25.000 hectáreas y representan una de las mayores reservas de uranio del país.
Entre los territorios mineros en disputa se encuentran Los Adobes, Cerro Solo, Laguna Colorada, La Primera, El Ganso, Sierra Cuadrada, Arroyo Perdido, El Molino, La Meseta, El Picahueso, entre otros. El gobernador Ignacio Torres busca que la reversión de estos activos forme parte de una compensación por los recortes de transferencias nacionales.
Chubut tiene un papel estratégico, no solo por su riqueza mineral, sino también por su potencial para albergar infraestructura energética, plantas de procesamiento, y eventualmente, data centers que requieran energía confiable, constante y limpia, como anticipó el propio Reidel en varias exposiciones públicas.
Reidel presentó en abril las tres fases que definen el Plan Nuclear Argentino, donde la minería de uranio se convierte en uno de los pilares.
La iniciativa de YPF Nuclear no surge en un vacío. El aumento exponencial de la demanda energética producto del desarrollo de Inteligencia Artificial, blockchain, y otras tecnologías disruptivas, ha generado una presión creciente sobre los sistemas eléctricos del mundo. La energía nuclear, por su estabilidad, seguridad y bajas emisiones, vuelve a estar en el centro del debate global.
Argentina, con sus tres plantas nucleares operativas (Atucha I, Atucha II y Embalse) y la experiencia acumulada en el sector, tiene una ventaja competitiva que ahora se busca potenciar a través de la minería de uranio. La apuesta de YPF y Nucleoeléctrica es clara: posicionar al país como exportador no solo de energía, sino también de tecnología nuclear y recursos críticos.
Para que el plan avance, será clave el acuerdo político entre el Gobierno nacional y Chubut. La reunión de esta semana también incluyó una discusión sobre el litigio en la Corte de Nueva York, donde la provincia busca levantar un embargo sobre las acciones de YPF derivado de la expropiación de 2012. La resolución de este conflicto financiero podría allanar el camino para destrabar inversiones y consolidar el esquema institucional de YPF Nuclear.
El gobierno de Javier Milei, que ha puesto el foco en la eficiencia estatal y la apertura al capital privado, ve con buenos ojos esta iniciativa, que permite articular sector público, inversión extranjera y recursos estratégicos. En ese sentido, la minería de uranio podría convertirse en un caso testigo de cómo combinar soberanía, desarrollo local y competitividad internacional.
La creación de YPF Nuclear marca un punto de inflexión en la historia energética argentina. Con la vista puesta en Chubut, el uranio y la energía nuclear, el país se dispone a aprovechar su potencial geológico, técnico e industrial para convertirse en un jugador clave en la transición energética global. Si las negociaciones prosperan y los proyectos se ejecutan con visión y eficiencia, Argentina podría no solo abastecer su demanda interna, sino también convertirse en un exportador estratégico de energía y tecnología nuclear en los próximos años.