Por Agroempresario.com
Costa Rica atraviesa momentos de alta tensión diplomática y económica. El gobierno del presidente Rodrigo Chaves solicitó a Estados Unidos una "pausa" en la aplicación del nuevo arancel del 15% sobre sus exportaciones, con el fin de proteger la competitividad de su aparato productivo. El Ministerio de Comercio Exterior (Comex) confirmó que las negociaciones con Washington están en curso, mientras crecen las alertas dentro del sector exportador costarricense.
El nuevo arancel forma parte de un paquete anunciado por el expresidente Donald Trump, que busca reconfigurar las relaciones comerciales con países con los que Estados Unidos mantiene una balanza comercial negativa. En el caso de Costa Rica, el arancel se aplicará desde el 7 de agosto, afectando de forma directa a su principal mercado: el 47% de las exportaciones costarricenses tienen como destino Estados Unidos.
La Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco), liderada por Víctor Pérez, alertó sobre los riesgos que implica la medida arancelaria. Con una economía que depende en gran parte de sus exportaciones, el nuevo gravamen podría afectar la inversión extranjera, la estabilidad de las empresas y miles de puestos de trabajo.
"El escenario que enfrentamos ante este aumento del arancel, sumado a otros retos estructurales como el tipo de cambio, barreras fitosanitarias y deficiencias en infraestructura, puede comprometer la permanencia de empresas exportadoras y la generación de empleo", expresó Pérez.
Según datos de Cadexco, el sector exportador genera aproximadamente 710.000 empleos directos, lo que representa un tercio del empleo formal en Costa Rica.
El gobierno de Costa Rica, a través de Comex, reafirmó su compromiso con la defensa de los intereses nacionales y pidió formalmente suspender la implementación del arancel mientras continúan las negociaciones. También se conformó una mesa de trabajo interinstitucional para coordinar acciones y buscar soluciones.
Cadexco exigió al Poder Ejecutivo intensificar los contactos directos con la Casa Blanca y propuso reformas estructurales como la implementación del modelo laboral 4x3 (cuatro días de trabajo por tres de descanso), mejoras en educación técnica, fortalecimiento de zonas francas y atracción de inversión internacional.
Estados Unidos es el socio comercial más importante para Costa Rica y también su mayor fuente de inversión extranjera directa, con un 70% del total. Desde 2007, ambos países están vinculados por el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos (CAFTA-DR). Sin embargo, la reciente decisión arancelaria genera dudas sobre la estabilidad y continuidad de este acuerdo.
"Esperamos que la Casa Blanca comprenda la importancia de nuestra relación bilateral y pueda reconsiderar esta medida que atenta contra la estabilidad económica de una región clave para la seguridad hemisférica", señalaron voceros del Comex.
En paralelo a las tensiones comerciales, Costa Rica también profundiza su colaboración con Estados Unidos en materia migratoria. Según documentos obtenidos por la agencia Reuters, el Departamento de Estado estadounidense destinará hasta 7,85 millones de dólares para financiar la deportación de inmigrantes desde territorio costarricense.
Los fondos, que provendrán del fondo de apoyo económico para aliados, serán canalizados al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y permitirán brindar capacitación y asistencia técnica a las autoridades locales. El objetivo es reforzar la gestión migratoria, agilizar las deportaciones y fortalecer los controles fronterizos.
Este acuerdo tiene sus antecedentes en 2025, cuando el gobierno costarricense accedió a albergar temporalmente a 200 inmigrantes irregulares provenientes de África, Asia y Europa. Aunque el plan contemplaba su retorno a los países de origen, muchos de ellos continúan en Costa Rica.
La convergencia de temas comerciales y migratorios configura un escenario desafiante para la diplomacia costarricense. El arancel del 15% impuesto por Washington representa una amenaza directa a la estabilidad económica del país centroamericano, mientras la colaboración migratoria refuerza la interdependencia bilateral.
Costa Rica busca evitar que su modelo exportador y de atracción de inversión se vea afectado de forma irreversible. La decisión de Estados Unidos será clave para definir el futuro de una relación comercial que ha sido ejemplo de integración en el hemisferio.