Por Agroempresario.com
El trigo ha sido protagonista en la historia de la humanidad desde hace más de 10.000 años. Este cereal no solo es un alimento básico a nivel global, sino también una de las materias primas agrícolas más comercializadas en el mundo. Desde su domesticación en el creciente fértil hasta su papel clave en el comercio internacional actual, el trigo representa un pilar fundamental para la seguridad alimentaria, las economías rurales y las relaciones comerciales entre naciones.
En esta nota, abordamos los aspectos más importantes para comprender el mercado de trigo a nivel global: su historia, clasificación, usos, regiones productoras, consumo, exportaciones, importaciones y el rol estratégico que ocupa Argentina dentro del sistema internacional.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) elaboró un informe clave para entender el mercado mundial del trigo. En él, los autores Matías Contardi y Emilce Terré repasan la historia del cereal y su evolución hasta convertirse en uno de los cultivos más importantes del mundo.
Según registros históricos, el trigo fue domesticado hace más de 10 milenios en la región del sudeste de Turquía y Mesopotamia, durante la Revolución Neolítica. Este paso fue determinante para el sedentarismo humano. En la antigüedad, culturas como la hindú, la egipcia y la griega atribuían el origen del trigo a divinidades como Brahma, Isis y Deméter.
El trigo llegó a América con la colonización europea. En Argentina, según el registro histórico de Hugo Miatello, Sebastián Gaboto sembró trigo en la región del Río de la Plata en 1526, obteniendo una sorprendente cosecha a partir de solo 52 granos sembrados.
Hoy en día, el trigo es el cereal más cultivado del mundo, con más de 220 millones de hectáreas sembradas por campaña y presencia en 79 de los 145 países relevados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
A diferencia de otros commodities como la soja, el trigo es altamente heterogéneo. Esto significa que su valor comercial depende de múltiples factores como la dureza del grano, el color, el contenido de proteína, el ciclo de cultivo y su finalidad.
El trigo es el cereal más consumido por la humanidad. Se estima que de las 788 millones de toneladas consumidas anualmente, el 80% se destina a molienda o uso alimentario directo, y el 20% restante a la alimentación animal.
Sus usos principales incluyen:
China lidera el consumo mundial con 150 millones de toneladas anuales, seguida por India y la Unión Europea. Estos tres actores concentran un tercio del consumo global. Rusia, Estados Unidos, Pakistán y Egipto completan el top seis.
En términos regionales:
Por persona, países del norte de África como Marruecos, Argelia y Túnez consumen entre 200 y 230 kilos anuales. Azerbaiyán, con 285 kilos por habitante, lidera el ranking mundial de consumo per cápita.
El trigo necesita un clima templado, por lo cual su producción está repartida principalmente entre el hemisferio norte y sur, pero lejos de zonas tropicales.
En los últimos cinco años se han sembrado 221 millones de hectáreas en más de 80 países. Para alcanzar el 90% de la producción global, hay que sumar los principales 15 productores.
Este hemisferio aporta el 91,6% de la producción global, con gran influencia en los precios internacionales del trigo.
Aporta el 8,4% de la producción, con Argentina y Australia como principales exponentes. En Argentina, la cosecha inicia en noviembre y finaliza en enero. Este calendario es una ventaja competitiva, ya que produce cuando el hemisferio norte no está en cosecha.
Aunque se cultiva en gran parte del planeta, más de 110 países consumen más trigo del que producen. 45 de ellos no producen nada, y otros 44 apenas alcanzan el millón de toneladas.
Esto genera un intenso comercio internacional donde países superavitarios exportan su excedente y los deficitarios deben importar para abastecer a su población.
Este grupo representa el 83% de las exportaciones globales. Si sumamos a India, Turquía y Kazajistán, se alcanza el 90%.
Los países asiáticos, especialmente el Sudeste Asiático (Indonesia, Vietnam, Tailandia), son grandes importadores ya que prácticamente no producen trigo. África importa tres veces más de lo que produce. El norte africano (Marruecos, Túnez, Argelia) concentra buena parte de esa demanda.
En Europa del Este, muchos países dependen de las exportaciones de Ucrania, especialmente desde el inicio del conflicto bélico con Rusia.
Argentina es un proveedor clave en el hemisferio sur y una referencia en el mercado de trigo sudamericano. Exporta principalmente a países de Asia, como Indonesia, y también a África, donde Egipto y Argelia son sus principales compradores.
Gracias a su calendario de cosecha fuera de temporada respecto al hemisferio norte, el trigo argentino entra al mercado en momentos de menor oferta global, permitiendo precios competitivos.
Además, la reciente baja de retenciones implementada por el gobierno argentino busca potenciar las exportaciones del cereal. Según estimaciones, podría generar casi 29.000 millones de dólares en 10 años