Por Agroempresario.com
Un estudio reciente encendió las alarmas entre productores de soja de todo el país. Investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) detectaron que Septoria glycines, hongo responsable de la enfermedad “Mancha Marrón”, desarrolló resistencia total a las estrobilurinas, un grupo clave de fungicidas. La situación, que afecta particularmente a la zona núcleo sojera de la Argentina, demanda un cambio urgente en las estrategias de manejo sanitario del cultivo.
El hallazgo fue realizado por la Cátedra de Fitopatología de la FAUBA a partir de un muestreo plurianual en campos sembrados con soja entre 2017 y 2025. Las muestras provinieron de localidades estratégicas de la región agrícola central, donde los productores habían reportado fallas en el control de enfermedades foliares a pesar del uso de productos químicos.
“Recolectamos hojas con síntomas, principalmente de lotes donde los fungicidas no estaban funcionando bien. Aislamos el hongo en laboratorio y lo sometimos a pruebas con los productos más comunes. Luego, hicimos análisis genéticos y detectamos una mutación que le otorga resistencia a las estrobilurinas”, explicó Marcelo Carmona, fitopatólogo y docente de la FAUBA que lideró la investigación, junto a Francisco Sautua y María Cecilia Pérez-Piza.
La “Mancha Marrón” no aparece sola: generalmente se presenta junto al “Tizón Púrpura”, causado por el hongo Cercospora kikuchii. “Estos dos patógenos son los más importantes en soja a nivel foliar. En años con mucha lluvia pueden generar hasta un 30% de pérdida de rendimiento. En condiciones normales, los daños oscilan entre el 10% y el 15%”, detalló Carmona.
El especialista recordó que ya se había detectado resistencia a estrobilurinas en Cercospora kikuchii, lo que deja a los productores con menos herramientas químicas eficaces. “Ahora, perder también la efectividad contra Septoria glycines es una señal de alarma. No quiere decir que todos los lotes tengan resistencia, pero sí que debemos cambiar la forma de aplicar los fungicidas”, advirtió.
Desde la FAUBA, los investigadores insisten en la necesidad de un enfoque integral. Carmona sugirió implementar un programa de manejo integrado que contemple:
“El uso racional de los fungicidas es fundamental. Aplicarlos sin diagnóstico o repetir los mismos principios activos solo favorece la aparición de resistencias”, remarcó Carmona.
El avance de la resistencia fúngica no es un problema aislado. Según Carmona, la misma situación con Septoria glycines se está dando en Estados Unidos, mientras que en Brasil se confirmó la resistencia de Cercospora kikuchii al mismo grupo de fungicidas.
Además, advirtió que esta problemática no se limita al agro: “También ocurre con medicamentos en medicina humana. El mal uso de productos, tanto en salud como en agricultura, acelera los procesos de resistencia. Es un llamado de atención global”, sostuvo.