Por Agroempresario.com
Un nuevo jugador inesperado en el tablero global de los aceites vegetales ha comenzado a marcar el ritmo de las operaciones comerciales. China, que tradicionalmente es un gran importador de soja, ha salido a vender aceite de soja con importantes descuentos al mercado indio, principal cliente de Argentina en este segmento. La operación, inédita por su volumen y origen, amenaza con alterar los flujos comerciales establecidos y pone presión sobre los exportadores sudamericanos.
El cambio en el rol de China obedece a una coyuntura muy particular: la acumulación de stocks excedentes de aceite de soja, producto de un volumen récord de importación de poroto durante mayo. Este exceso llevó a las molturadoras chinas a salir a colocar el excedente en el mercado externo. En este marco, India adquirió unas 150.000 toneladas de aceite de soja en condiciones excepcionales, lo que puso en alerta a los proveedores tradicionales de la región.
Según informó Reuters, el precio ofrecido por los vendedores chinos estuvo entre 15 y 20 dólares por tonelada por debajo del precio habitual de los proveedores sudamericanos. Esta diferencia de precio fue suficiente para atraer a los importadores indios, que optaron por asegurar envíos para el periodo septiembre-diciembre.
Además del precio, China se benefició de una ventaja logística significativa. Mientras que los envíos desde Argentina o Brasil tardan entre cinco y seis semanas en llegar a los puertos indios, los cargamentos desde China demoran menos de 20 días. Este diferencial en el tiempo de entrega reduce el costo total de importación y favorece al país asiático en las negociaciones.
El precio acordado rondó los 1.140 dólares por tonelada CIF (costo, seguro y flete), contra los 1.160 dólares que suelen pedir los proveedores de Sudamérica. Esta brecha, aunque menor, es suficiente para desplazar a los exportadores habituales en un mercado tan competitivo como el de aceites comestibles.
India representa más del 60% de las importaciones mundiales de aceites vegetales. Su demanda interna es enorme y depende casi exclusivamente de importaciones privadas. Los principales productos que consume son el aceite de palma (proveniente de Indonesia y Malasia) y los aceites de soja y girasol que llegan desde Argentina, Brasil, Ucrania y Rusia.
La aparición de China como oferente altera el mapa de proveedores. Por el momento se trata de una operación puntual, pero sienta un precedente. Si las condiciones de sobreoferta persisten, podría repetirse, desplazando parcial o totalmente a los exportadores tradicionales.
Durante los últimos meses, el aceite de palma, históricamente el más barato, cotizó por encima del aceite de soja y el aceite de girasol. Esta situación comenzó a revertirse, y el mercado volvió a valorar más el aceite de soja. Sin embargo, en el caso chino, el exceso de oferta ha provocado que el aceite de soja se venda a menor precio que el de palma, generando un fenómeno inverso al del resto del mundo.
Este desajuste ofrece una oportunidad para compradores como India, que atraviesan una inflación alimentaria persistente, con aumentos anuales del 20% al 30% en los precios de los aceites comestibles, con excepción del de maní.
Para enfrentar esta situación, el gobierno indio ha anunciado una nueva normativa: la Orden de Regulación de Productos, Producción y Disponibilidad de Aceites Vegetales (VOPPA), que entrará en vigor en 2025. Esta ley sustituirá el régimen actual, vigente desde 2011, y obligará a los actores del sector a reportar digitalmente la producción, ventas, precios y existencias. El objetivo es mejorar la transparencia y permitir un seguimiento en tiempo real del mercado.
Además, se han reducido aranceles de importación sobre los aceites crudos y se han iniciado inspecciones para garantizar que las reducciones lleguen al consumidor final.
La autosuficiencia india en oleaginosas sigue siendo un desafío estructural. Los rendimientos de cultivos como soja, girasol y mostaza son bajos en comparación con los estándares internacionales. Para mejorar esta situación, el gobierno está impulsando programas como el Pradhan Mantri Dhan-Dhaanya Krishi Yojana y la Misión Nacional de Aceites Comestibles y Semillas Oleaginosas, que promueven el uso de variedades genéticas mejoradas y la adopción de tecnología agrícola moderna.
Para los productores sudamericanos, y especialmente para Argentina, este cambio de escenario es preocupante. Las operaciones chinas podrían replicarse si el excedente persiste, erosionando la competitividad regional. Las exportadoras argentinas deberán prestar atención a esta nueva dinámica y anticiparse con ajustes de precios, mejora logística o diversificación de destinos.
El presidente de la Indian Vegetable Oil Producers' Association (IVPA), Sudhakar Desai, comentó que las importaciones indias de aceite comestible han disminuido un 8% en el primer semestre de 2025, aunque advirtió que podrían recuperarse si los precios internacionales continúan descendiendo. Desai subrayó que la volatilidad de precios, las tensiones geopolíticas y los cambios en la oferta global hacen imprescindible tomar decisiones basadas en datos y análisis.