Por Agroempresario.com
Durante la XXXIII edición del Congreso Aapresid, que se realiza hasta el viernes en La Rural de Palermo, especialistas en agricultura y ambiente resaltaron la importancia de integrar la biodiversidad con la rentabilidad en los sistemas productivos sustentables. El panel "Sistemas Productivos Sustentables: desafíos y oportunidades a futuro" reunió a expertos que alertaron sobre la pérdida de biodiversidad y su impacto en la capacidad del planeta para sostener la vida humana.
Lucas Garibaldi, investigador del INRAD, afirmó que en los últimos 50 años, Argentina y el mundo han sufrido una notable reducción en la biodiversidad, afectando los ecosistemas y los servicios que estos ofrecen para la producción agrícola y ganadera. "La transición hacia paisajes multifuncionales es esencial. Esto implica un uso menos intensivo de insumos, pero más intensivo en conocimiento, promoviendo corredores biológicos y respetando la heterogeneidad del terreno", explicó Garibaldi.
El investigador destacó que la ganadería integrada en sistemas productivos puede ser un gran aliado para promover la biodiversidad. La ganadería fomenta coberturas permanentes con pasturas y una mayor diversidad ambiental, elementos clave para la sustentabilidad. "La ganadería es una aliada indiscutible de los sistemas sustentables porque contribuye a la diversidad y estabilidad del ecosistema", subrayó.
En otro panel, Daniel Miralles (FAUBA), junto a Carina Álvarez, Juan Pablo Hernández y Fernando Solari, expusieron sobre los beneficios de los cultivos energéticos como colza (canola), camelina y carinata. Estos cultivos, además de producir aceite para consumo humano, son importantes para la producción de biocombustibles.
Miralles señaló que estos cultivos requieren condiciones específicas, como suelos sin anegamientos y tolerancia limitada a heladas. "En Argentina pueden cultivarse como invernales en el sur, facultativos en la zona núcleo y de ciclo corto en el norte", detalló. Además, los definió como ideales para cubrir barbechos descubiertos, intensificando la producción sin perder rentabilidad, funcionando como "cultivos de cobertura con renta".
Un punto relevante es que estos cultivos cuentan con certificación para el uso eficiente de nitrógeno, lo que reduce la huella de carbono agrícola, aportando a la sostenibilidad ambiental. Sin embargo, Miralles destacó que aún existen desafíos para mejorar el rendimiento y las técnicas de fertilización, abriendo una puerta para la innovación y la investigación.
Los expertos coincidieron en que avanzar hacia sistemas productivos más sustentables y biodiversos requiere la colaboración entre universidades, empresas, INTA y asesores privados. La generación de conocimiento conjunto es clave para reducir la incertidumbre y facilitar la adopción de prácticas innovadoras por parte de los productores.