Por Agroempresario.com
El gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, lanzó duras críticas al acuerdo político entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA), cuestionando que “ir al resguardo de los vencedores es muy sencillo, es tomar atajos e ir a la cómoda”. En una entrevista televisiva, el mandatario llamó a crear un espacio “republicano y federal” que supere la polarización y deje atrás lo que definió como la “Argentina pendular”.
Torres, integrante del frente de gobernadores Provincias Unidas, advirtió que el principal problema del país son “los fanatismos y los dogmas” que han dividido a la política entre visiones extremas y han impedido discutir y consensuar políticas de Estado duraderas. “Esa agenda de desarrollo tenemos que discutirla una vez y para siempre”, remarcó.
Para el gobernador, la alternancia abrupta entre modelos de gestión opuestos —que definió como un “samba liberal libertario” frente a un “samba keynesiano”— ha generado inestabilidad económica y social. “El riesgo de volver al kirchnerismo existe porque no hay otra opción sólida”, sostuvo, aludiendo a la falta de un espacio intermedio con propuestas claras.
En su análisis, Torres señaló que gran parte de la ciudadanía mantiene la expectativa de que Javier Milei logre resultados positivos, porque no quiere volver “al pasado”. Sin embargo, cuestionó la alianza del PRO con LLA, oficializada en la Ciudad de Buenos Aires, que busca proyectarse hasta las elecciones presidenciales de 2027. “Es un error ir con La Libertad Avanza. Si el PRO acompañó y dio gobernabilidad, sosteniendo la identidad, debería seguir haciéndolo”, opinó.
El mandatario se mostró crítico con las estrategias que priorizan los resultados electorales inmediatos sobre la coherencia política: “Cada dos años se especula con el oportunismo de la coyuntura y se miran las encuestas. Ir al resguardo de los vencedores es fácil, pero no construye políticas a largo plazo”.
Torres destacó que perder una elección no debería ser motivo de crisis interna si se mantiene una línea clara de acción. “Hay que desdramatizar el hecho de perder. El PRO se acostumbró a ganar elecciones, pero lo importante es mantener la coherencia para poder pensar en políticas de Estado”, afirmó.
En este sentido, valoró el gesto de María Eugenia Vidal, quien rechazó integrar las listas junto a LLA: “En una política viciada de acomodaticios, que una dirigente natural del espacio diga ‘no juego porque no estoy de acuerdo’ es valiosísimo”.
El gobernador de Chubut cuestionó que, en la actual campaña, se prioricen temas disruptivos que no siempre coinciden con las necesidades reales del país. “¿Quién está hablando de los dólares que generará Vaca Muerta en dos años? Va a exportar más que la pampa húmeda, pero no hay debate sobre cómo evitar trabas y potenciar ese desarrollo”, señaló.
Torres también mencionó la necesidad urgente de una reforma laboral para mejorar la competitividad, un punto que, según él, debería discutirse en el Consejo de Mayo pero que no ha tenido avances. Ese consejo está integrado por referentes como Federico Sturzenegger, Alfredo Cornejo, Carolina Losada, Cristian Ritondo, Gerardo Martínez y Martín Rappallini.
Al describir su visión económica, Torres afirmó que el equilibrio fiscal es un tema básico: “Para nosotros es como discutir si el inodoro debe estar en el baño: es una cuestión de sentido común, no de ideología”. Propuso reducir el gasto público con políticas sectoriales que fomenten las exportaciones y eliminar los cuellos de botella que frenan el desarrollo productivo.
La “revolución de competitividad”, explicó, no se logra solo con un tipo de cambio alto, sino con medidas estructurales que impulsen la inversión, la infraestructura y la apertura de nuevos mercados.
En su repaso sobre la estrategia electoral, Torres insistió en que la alianza PRO–LLA responde más a cálculos coyunturales que a una visión de largo plazo. “No podemos querer refundar todo cada dos años”, dijo, cuestionando la tendencia a modificar alianzas y programas según las encuestas.
Asimismo, subrayó que el electorado demanda propuestas claras y consistentes, no acuerdos temporales para “sumar un escaño más o uno menos”. “Si hay diferencias profundas, no tiene sentido amontonarse solo por conveniencia electoral”, sentenció.
Torres describió el momento que atraviesa el PRO como un “proceso de depuración” tras las elecciones. Señaló que es lógico que algunos dirigentes se sumen al Gobierno nacional, pero que muchos otros —diputados y senadores— comparten su visión de construir una alternativa republicana y federal que defienda el trabajo y la producción.
“En nuestro interbloque van a estar quienes entienden que el camino es ofrecer una opción distinta a los extremos y que la Argentina necesita previsibilidad”, concluyó.
Aunque el acuerdo entre el PRO y LLA tiene como horizonte las presidenciales de 2027, las declaraciones de Torres ponen en evidencia que no todos en el espacio están alineados con esa estrategia. Su planteo apunta a una recomposición del centro político, capaz de elaborar consensos amplios y de romper con la dinámica pendular que, según él, ha frenado el desarrollo del país durante décadas.
Para el gobernador de Chubut, la construcción de ese espacio requiere paciencia, coherencia y una agenda económica que combine equilibrio fiscal, reforma laboral y políticas productivas que permitan a la Argentina competir en el mundo.