Por Agroempresario.com
El reino animal sorprende constantemente con sus adaptaciones y capacidades, y en esta oportunidad destaca por sus sonidos. Desde las profundidades oceánicas hasta las selvas tropicales, existen animales que emiten sonidos tan poderosos que desafían los límites auditivos humanos y superan incluso los ruidos artificiales más extremos. Según un estudio recogido por HowStuffWorks, la lista de los 10 animales con los sonidos más potentes revela curiosidades y récords sorprendentes.
El sonido se define por dos parámetros fundamentales: la frecuencia y la intensidad. La frecuencia determina el tono o altura del sonido y se mide en hercios (Hz), mientras que la intensidad mide el volumen o fuerza del sonido, expresada en decibelios (dB). El oído humano puede percibir frecuencias entre 20 Hz y 20 kHz, aunque esta capacidad varía con la edad.
En cuanto a la intensidad, el umbral de dolor para el oído humano está cerca de los 120 decibelios —equivalente al ruido fuerte de un concierto de rock—, y exposiciones prolongadas a más de 85 decibelios pueden causar daños auditivos permanentes. A partir de 160 decibelios, existe riesgo de ruptura del tímpano, según el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación de Estados Unidos.
El cachalote es el campeón absoluto en potencia sonora del mundo animal, generando chasquidos submarinos de hasta 230 decibelios, según James Stewart, ex empleado del Acuario del Pacífico. Si se tradujera este sonido al aire, equivaldría a unos 170 decibelios, más fuerte que casi cualquier ruido terrestre conocido. Sus emisiones se producen en frecuencias fuera del rango audible humano, protegiendo así nuestro oído.
Este diminuto camarón pistolero utiliza el cierre rápido de su pinza para crear una burbuja de alta presión que al explotar emite un sonido que puede aturdir o matar presas pequeñas. Los niveles de sonido alcanzan más de 160 decibelios, capaces de romper tímpanos humanos si se produjeran en el aire.
El camarón pistola tigre genera un chorro de agua con su pinza que forma una burbuja explosiva, liberando una onda de choque de más de 200 decibelios. Esta onda puede eliminar a otros camarones en un radio de hasta dos metros. Además, esta burbuja alcanza temperaturas similares a las del sol, causando un destello de luz.
El animal más grande del planeta no solo destaca por su tamaño, sino también por su capacidad vocal. La ballena azul emite llamadas que alcanzan entre 188 y 191 decibelios, capaces de viajar hasta 1.600 kilómetros bajo el agua, facilitando la comunicación a largas distancias.
Segunda en tamaño solo superada por la ballena azul, la ballena de aleta emite sonidos de hasta 189 decibelios en frecuencias tan bajas que son inaudibles para el oído humano. Estas vocalizaciones permiten la comunicación a través de grandes extensiones oceánicas.
Adaptada a las aguas frías del Ártico y subártico, la ballena boreal produce canciones complejas que pueden durar hasta 20 frases repetidas, alcanzando picos de hasta 189 decibelios.
Originario del Caribe, este murciélago utiliza la ecolocalización para cazar peces y genera emisiones ultrasónicas de hasta 140 decibelios, comparables al ruido de un motor a reacción, aunque fuera del rango audible humano.
En las selvas de América Central y del Sur, el mono aullador destaca por sus potentes rugidos que alcanzan los 140 decibelios. Jacob Dunn, investigador principal de un estudio publicado por HowStuffWorks, explicó que las cuerdas vocales del mono aullador son tres veces más largas que las humanas, aunque su tamaño corporal es mucho menor, permitiendo sonidos de gran volumen.
Este murciélago, similar a su pariente mayor, alcanza hasta 137 decibelios con sus llamadas ultrasónicas, también fuera del rango de audición humana.
Conocida también como cacatúa moluqueña, esta ave emite chillidos de hasta 135 decibelios, lo que facilita la comunicación en los bosques densos de Indonesia, donde habita.
Aunque algunos sonidos emitidos por estos animales superan ampliamente los límites auditivos humanos, no suelen causar daño directo. Esto se debe principalmente a dos razones. Primero, muchos de estos animales habitan bajo el agua, donde el sonido se propaga de forma distinta y sus frecuencias quedan fuera del rango audible humano. Segundo, la intensidad del sonido disminuye considerablemente al pasar del agua al aire.
En tierra firme, los sonidos más potentes del reino animal también suelen estar en frecuencias ultrasónicas que el oído humano no percibe. Esto actúa como un escudo natural para nuestra audición.
Para dimensionar la potencia de estos sonidos, es útil compararlos con fuentes artificiales. El lanzamiento de un cohete Saturno V alcanza los 204 decibelios, un disparo de arma de fuego llega a los 140 decibelios, y un concierto de rock puede alcanzar los 120 decibelios. Sin embargo, varios animales superan estas cifras sin representar un peligro audible para el ser humano.