Por Agroempresario.com
En la provincia de Buenos Aires, Ramallo emerge como una joya escondida junto al río Paraná, ideal para una escapada corta y llena de experiencias al aire libre. A poco más de 200 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, este pueblo costero combina tranquilidad, naturaleza y una oferta gastronómica destaca por sus pescados frescos, convirtiéndose en un destino preferido para quienes buscan desconectarse del ritmo urbano.
El principal atractivo de Ramallo es, sin duda, su proximidad al río Paraná. Esta ubicación estratégica permite a visitantes y locales disfrutar de deportes náuticos como la vela, el kayak, la pesca y el windsurf, mientras disfrutan de paisajes naturales únicos. La costanera de Ramallo, un paseo obligado, ofrece un entorno perfecto para contemplar atardeceres y relajarse con la brisa del río.
La gastronomía local se destaca por la frescura de sus productos. Restaurantes y parrillas de Ramallo preparan especialidades con pescados autóctonos como el dorado, boga y surubí, ofreciendo a los turistas una experiencia culinaria auténtica y ligada a la cultura ribereña. Además, para los interesados en la historia y la cultura local, el Museo Municipal Hércules Rabagliati alberga más de 7.000 piezas que relatan la vida y tradiciones de la región, desde antiguas fotografías hasta objetos cotidianos.
Llegar a Ramallo es sencillo y cómodo. Por carretera, la Ruta Nacional 9 conecta directamente Buenos Aires con este pueblo. Para quienes prefieren el transporte público, la empresa Nueva Chevallier ofrece servicios de colectivos de larga distancia, y también existe la opción del tren hacia Rosario, descendiendo en la estación Ramallo para acceder al centro.
Ramallo no solo es un destino para amantes de la naturaleza y la gastronomía, sino también un refugio de calma y autenticidad que invita a disfrutar de cada instante en contacto con el río y su entorno. Sin grandes multitudes ni turismo masivo, esta escapada permite renovar energías en un entorno único.