Por Agroempresario.com
Las evaluaciones de sostenibilidad se han convertido en un pilar estratégico para el desarrollo de una agricultura más eficiente, competitiva y responsable con el medio ambiente. Estas herramientas no solo permiten optimizar los procesos productivos, sino también acceder a certificaciones internacionales que fortalecen la posición de los productos argentinos en el mercado global.
La sostenibilidad agropecuaria ya no es un valor agregado opcional, sino una condición para competir. Los mercados exigen cada vez más transparencia, trazabilidad y estándares ambientales, sociales y económicos. En este escenario, medir con precisión los indicadores de sostenibilidad es clave para garantizar que las prácticas productivas cumplan con esos requisitos.
En el marco del 33° Congreso Aapresid, desarrollado en el Predio Ferial de La Rural, especialistas del INTA abordaron los últimos avances en evaluaciones de sostenibilidad. La digitalización, la agricultura de precisión y la trazabilidad son hoy las herramientas más efectivas para medir de forma exacta los impactos ambientales, sociales y económicos de los sistemas productivos.
Estas innovaciones permiten utilizar los recursos naturales de manera más eficiente, reducir desperdicios y minimizar impactos negativos. Sin embargo, la masiva generación de datos plantea desafíos, como la necesidad de sistemas robustos de gestión y análisis para transformar la información en decisiones estratégicas.
Carolina Sasal, coordinadora del Programa Nacional de Recursos Naturales y Gestión Ambiental del INTA, explicó:
“Medir las producciones con indicadores precisos permite evaluar y mejorar la eficiencia de los procesos productivos”.
Según la especialista, esta metodología no solo facilita el seguimiento de metas internas, sino que también asegura que los productos agrícolas cumplan con las expectativas de los compradores internacionales.
Las evaluaciones de sostenibilidad no deben limitarse a lo ambiental: un enfoque integral incluye dimensiones económicas, sociales y de gobernanza. Este modelo permite que los indicadores se adapten a las particularidades de cada región, cultivo y sistema productivo.
Entre 2024 y 2025, el INTA analizó más de 22 métodos aplicados en distintas provincias del país. Los resultados y metodologías se encuentran disponibles en el repositorio digital del INTA y en los mapas interactivos de INTA digital GEO, lo que facilita el acceso de productores, técnicos y tomadores de decisiones.
Los indicadores de sostenibilidad son, en palabras de Sasal, “herramientas que nos permiten comprender la situación actual y guiar las acciones hacia un futuro más equilibrado y perdurable”. Con ellos, los productores pueden implementar mejoras concretas que eleven la competitividad y reduzcan riesgos ambientales y sociales.
El INTA ha liderado el desarrollo de herramientas específicas para evaluar la sostenibilidad en sistemas agropecuarios. Entre las más destacadas se encuentran:
Agroecoindex: indicador integral para evaluar el desempeño ambiental de los sistemas productivos.
Monitoreo de planes prediales de Manejo de Bosques con Ganadería Integrada (MBGI): permite medir la interacción sostenible entre producción y conservación de ecosistemas.
Calculadoras de huellas ambientales: estiman el impacto en términos de huella de carbono, huella hídrica y huella de biodiversidad.
Silvina Cabrini, investigadora del INTA en Pergamino, destacó:
“El INTA ha sido fundamental en el diseño de herramientas para evaluar la sostenibilidad de los sistemas productivos. Gracias a nuestra experiencia, podemos ofrecer soluciones adaptadas a las particularidades de cada territorio”.
Las evaluaciones de sostenibilidad no son solo una exigencia del mercado, sino una inversión estratégica para garantizar la competitividad y la permanencia de la producción agropecuaria en un contexto de creciente presión ambiental y social.
Integrar estas herramientas en la gestión diaria de los establecimientos no solo fortalece la rentabilidad, sino que también contribuye a preservar los recursos naturales y a construir una imagen sólida de la producción argentina en el mundo.