Por Agroempresario.com
La apicultura argentina, un sector con fuerte presencia en el comercio internacional, enfrenta un desafío sanitario crítico: evitar la entrada y dispersión del Pequeño Escarabajo de las Colmenas (PEC), plaga presente en países vecinos como Brasil, Bolivia y Paraguay. Para ello, el Senasa mantiene activa la alerta sanitaria y refuerza los controles tanto en fronteras como en traslados internos de colmenas y productos apícolas, combinando logística y sanidad en una estrategia integral.
Los puestos fronterizos son puntos críticos para prevenir el ingreso del PEC. Allí, agentes especializados inspeccionan viajeros y cargas para impedir que entren abejas, miel, propóleo u otros materiales apícolas sin la certificación sanitaria correspondiente. En caso de detectar elementos restringidos, el protocolo indica decomiso inmediato, registro en acta y destrucción en presencia del responsable. Estas acciones buscan no solo bloquear la plaga, sino también garantizar trazabilidad y transparencia frente al sector productivo y autoridades sanitarias.
El control de la apicultura argentina no termina en la frontera. Todo traslado interno de colmenas, núcleos, reinas y material apícola vivo debe estar respaldado por el Documento de Tránsito electrónico (DT-e), que certifica origen y destino del movimiento. Este mecanismo permite a las autoridades identificar rápidamente los puntos involucrados en caso de sospecha de PEC, evitando la dispersión de la plaga en cuestión de días. La trazabilidad interna se convierte así en un componente clave de la logística sanitaria, integrando transporte, manejo de colmenas y control de riesgos.
Más allá del transporte, la prevención incluye medidas productivas en el campo: mantener colmenas fuertes y bien nutridas, ubicarlas en zonas soleadas, controlar otras plagas y evitar espacios vacíos dentro de las colmenas que puedan servir de refugio al PEC. Estas acciones, aunque parezcan rutinarias, forman parte de una estrategia logística integral que protege la producción apícola y su capacidad exportadora.
La amenaza del PEC tiene dimensión transfronteriza, por lo que la coordinación con países vecinos es clave. Argentina complementa sus medidas con alertas, capacitaciones y recomendaciones a productores, garantizando que el país continúe siendo libre de la plaga. La prevención sanitaria no solo protege la producción, sino también el comercio exterior: Argentina ocupa un lugar destacado como exportador de miel, con mercados exigentes como la Unión Europea, Estados Unidos y Asia. Cualquier foco de PEC podría generar restricciones, afectando la competitividad logística y comercial del sector.
La velocidad de reacción es un factor crítico. Ante la sospecha de PEC, el Senasa recomienda recolectar ejemplares en frasco con alcohol y notificar inmediatamente al organismo, evitando mover colmenas hasta confirmar el diagnóstico. La notificación puede realizarse de manera digital, telefónica o presencial, asegurando un sistema multicanal que reduce los tiempos de respuesta y permite actuar rápidamente en el terreno.
El Pequeño Escarabajo de las Colmenas representa una amenaza no solo productiva, sino también económica. La introducción de la plaga podría reducir la capacidad de producción de miel y comprometer la condición sanitaria que permite a Argentina acceder a los mercados internacionales. Por ello, cada eslabón de la logística —desde fronteras hasta traslados internos y prácticas en apiarios— se convierte en un mecanismo de protección de la competitividad y la sustentabilidad del sector.
La experiencia demuestra que la logística no se limita a mover productos: es un instrumento de prevención y resguardo estratégico. El control de los traslados, la trazabilidad, los protocolos de decomiso y las prácticas de manejo en campo forman un sistema coordinado que protege la cadena productiva apícola argentina. Esta logística invisible es decisiva para garantizar que el sector pueda cumplir con los estándares internacionales de calidad y mantener su posición en el comercio global de miel.
El compromiso del Senasa, junto con la colaboración de productores, apicultores y autoridades regionales, busca asegurar que Argentina permanezca libre del PEC. La logística sanitaria se consolida como una herramienta clave para resguardar la producción, optimizar la exportación y proteger la economía regional vinculada a la apicultura. Este enfoque integral demuestra cómo la planificación logística y la prevención sanitaria son indispensables para mantener la competitividad de un sector estratégico en la economía argentina.
En síntesis, la lucha contra el PEC ejemplifica cómo la logística, la sanidad y el comercio internacional están interconectados. Cada paso del proceso —control fronterizo, trazabilidad interna y manejo de colmenas— contribuye a resguardar un sector que genera empleo, divisas y posiciona a Argentina en mercados de alto valor. La estrategia implementada garantiza que la producción apícola continúe siendo una fortaleza del país, capaz de competir globalmente y sostener la reputación sanitaria que distingue a la miel argentina.