Por Agroempresario.com
La historia de Tapi, la paytech argentina fundada por Tomás Mindlin, Kevin Litvin y Nicolás Andriano en 2022, es un ejemplo de cómo la innovación y la visión estratégica pueden transformar la industria financiera en Latinoamérica. En apenas dos años, la compañía levantó US$ 31 millones en inversión y adquirió las operaciones de pago de facturas y manejo de efectivo de Arcus, filial de Mastercard en México. La empresa, que nació como una billetera digital, se reinventó para convertirse en un socio tecnológico clave de fintechs y bancos en la región.
En 2019, el ecosistema fintech en Argentina y América Latina estaba en pleno auge. Las billeteras digitales prometían inclusión financiera y recibían inversiones millonarias, pero la infraestructura de pagos era obsoleta y limitada para escalar. Mindlin, hijo del empresario argentino Marcelo Mindlin, observó la expansión de plataformas como Revolut mientras vivía en Londres y regresó a Argentina decidido a replicar ese modelo.
Junto a Kevin Litvin, amigo de la infancia, y posteriormente Nicolás Andriano, experto en tecnología y producto, Mindlin lanzó Tap Billetera. Durante un año y medio, la app creció hasta 700.000 usuarios, procesando un volumen considerable de pagos. Sin embargo, pronto se encontraron con un problema crítico: los sistemas de sus proveedores no soportaban la escala que requería un ecosistema digital moderno. “Teníamos que dedicar todo el tiempo a rearmar la tecnología de los propios proveedores”, recuerda Litvin.
Ante este desafío, los fundadores decidieron pivotar del modelo B2C al B2B. “No tenía sentido seguir peleando por el usuario final. ¿Por qué no seguir ayudando al proceso de inclusión financiera desde el lado de los proveedores tecnológicos para fintechs y bancos?”, explica Mindlin. Esta decisión transformó la empresa y abrió oportunidades a nivel regional, ya que la brecha de infraestructura no era exclusiva de Argentina.
Tapi centró su estrategia en ser un proveedor de infraestructura de pagos para fintechs y bancos que quisieran operar en múltiples países con una sola conexión. Su primer año se dedicó a montar la red en Argentina, México, Chile, Colombia y Perú, incluso antes de tener su primer cliente. “Estábamos operando en cinco países antes de tener un cliente”, admite Mindlin, refiriéndose a empresas como MercadoLibre, Nubank y Ualá, que dominan la región.
En 2022, la startup cerró una ronda semilla de US$ 9 millones, liderada por Andreessen Horowitz. En 2024, realizó una Serie A de US$ 22 millones, liderada por Kaszek y seguida por Andreessen Horowitz. Este capital permitió consolidar operaciones y preparar la expansión en México, donde el mercado es tres veces más grande que Argentina y la mayoría de los pagos aún se realizan en efectivo.
En julio de 2024, Tapi anunció la compra de dos unidades de negocio de Arcus, filial de Mastercard en México: pagos de servicios, recargas móviles, gift cards y cash in/out. Esta adquisición, la primera de la compañía, permitió duplicar transacciones, ingresos, empleados y clientes, alcanzando más de 80 clientes activos en el país.
Mindlin explica la sinergia: “Ellos tenían buena capilaridad local y nosotros teníamos tecnología ágil. La combinación fue perfecta”. La operación consolidó la posición de Tapi en México, donde ahora compite directamente con grandes jugadores y se prepara para ampliar la red de puntos físicos para depósitos y retiros de efectivo.
A diferencia de muchas startups, Tapi ya es rentable. Mindlin afirma: “Somos eficientes, no tenemos planes inmediatos de buscar más capital. Este año proyectamos transaccionar más de US$ 2.500 millones anualizados”. La empresa cuenta con 75 empleados, que aumentarán con el equipo de Arcus, y mantiene una cultura basada en confianza, foco y humildad, fomentando trabajo remoto y asincronía, así como orientación estricta a resultados.
Los fundadores, todos de 32 años, destacan que liderar con el ejemplo y contratar talento alineado con los valores de la empresa ha sido clave. Los errores, como la decisión inicial de pivotar a B2B o abrir operaciones en México sin preparación completa, se transformaron en aprendizajes valiosos. “Nuestro primer cliente en México fue Revolut, la misma empresa que inspiró la idea original”, rememora Litvin.
Tapi proyecta consolidarse como el partner tecnológico de elección para bancos, fintechs y empresas que requieren recaudar pagos. La estrategia se basa en tres pilares:
La inteligencia artificial se posiciona como un motor clave. Andriano indica que permitirá optimizar operaciones internas y mejorar la experiencia de usuario mediante pagos conversacionales con bots, conectando sistemas de IA mediante nuevos protocolos como NCP. La meta es digitalizar cada vez más transacciones con la agilidad y resiliencia demostrada desde los inicios.
Tapi se consolida como un ejemplo de innovación regional. Al abordar la infraestructura de pagos desde la base tecnológica, facilita la expansión de fintechs y bancos, impulsando la inclusión financiera y reduciendo barreras operativas en múltiples mercados. Su crecimiento rápido y rentable demuestra que el modelo B2B puede ser altamente escalable y sostenible.
El caso de Tapi también resalta la importancia de adaptación y visión estratégica en el ecosistema emprendedor. Mientras muchas startups se concentran en el usuario final, Mindlin, Litvin y Andriano encontraron un nicho crítico: resolver la infraestructura que permite a otros crecer. La adquisición de Arcus y la expansión regional consolidan esta estrategia, posicionando a Tapi como un referente en pagos avanzados.
Los fundadores proyectan convertirse en la plataforma de infraestructura de pagos líder de Latinoamérica. La empresa continuará expandiendo su red, integrando más servicios B2B y aumentando la capilaridad física en México y otros países. Además, la adopción de IA permitirá ofrecer experiencias conversacionales de pago y mejorar la eficiencia operativa, consolidando su posición frente a competidores locales e internacionales.
Para los inversores y el mercado, Tapi representa un caso de éxito donde la innovación tecnológica se combina con visión estratégica y ejecución disciplinada. La empresa no solo crece, sino que redefine cómo se procesan los pagos en la región, marcando un nuevo estándar para fintechs y bancos en Latinoamérica.