Por Agroempresario.com
A menos de 200 kilómetros de Buenos Aires (CABA) se encuentra Salto, un pintoresco pueblo que combina historia, tranquilidad y paisajes naturales, convirtiéndose en un destino ideal para una escapada de fin de semana o un feriado largo. Alejado del bullicio urbano, Salto ofrece un entorno apacible donde el ritmo de vida y la naturaleza se encuentran en perfecta armonía.
Fundado en 1866, Salto creció gracias al ferrocarril y a la actividad agropecuaria. Con aproximadamente 30.000 habitantes, conserva un ritmo de vida tranquilo, con bajos niveles de inseguridad y un entorno que permite disfrutar de la naturaleza sin prisa. La producción agrícola es protagonista en la región, destacándose la siembra de soja, trigo y maíz, así como la cría de ganado, elementos que reflejan la identidad rural de la localidad.
El río Salto atraviesa la ciudad y se convierte en el eje de las actividades recreativas y turísticas. Sus praderas verdes, caminos rurales y senderos permiten a los visitantes explorar a pie o en bicicleta, conectándose con la naturaleza y disfrutando de la tranquilidad que caracteriza a esta región del norte bonaerense.
El principal atractivo del pueblo son las cascadas del río Salto, donde el sonido del agua y el paisaje circundante crean un escenario ideal para el senderismo, la observación de fauna y la fotografía. Los visitantes también pueden conocer sitios históricos como las ruinas del molino quemado, construido en el siglo XIX por inmigrantes italianos y destruido por un incendio en 1875, y el viejo puente de fierro.
La figura de Pancho Sierra, curandero local, aún recibe ofrendas cerca del cementerio, reflejando la riqueza cultural y las tradiciones de la comunidad. En pleno centro, el Museo Rincón de Historia ofrece un recorrido por el pasado de la ciudad y sus alrededores, mientras que varias estancias se reconvirtieron en espacios de turismo rural, brindando experiencias auténticas de campo y actividades al aire libre.
Para visitar Salto desde CABA, se recomienda salir por el Acceso Oeste, continuar por la Ruta Nacional 7, empalmar con la Ruta Provincial 47 a la altura de Luján, conducir hasta San Andrés de Giles, girar hacia la Ruta Provincial 191 y seguir hasta llegar a Salto. Este recorrido, que toma aproximadamente dos horas, permite disfrutar del paisaje pampeano y del entorno rural durante el viaje.
En resumen, Salto es un destino que combina naturaleza, historia y tranquilidad, ofreciendo a los visitantes la posibilidad de desconectar de la ciudad, explorar cascadas, recorrer senderos y sumergirse en la vida rural bonaerense. Su proximidad a Buenos Aires, sumada a la riqueza natural y cultural, lo convierte en una opción ideal para escapadas de fin de semana y experiencias únicas en contacto con la naturaleza.