Por Agroempresario.com
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este jueves que no le preocupa un posible acercamiento comercial entre China y los países de América Latina, incluyendo a Brasil, México y Argentina, en medio de la tensión arancelaria que su administración mantiene desde su regreso al poder en enero. Las declaraciones se realizaron desde el Despacho Oval y buscan enfatizar la fortaleza económica de Estados Unidos frente a otras economías globales.
“No estoy nada preocupado. Pueden hacer lo que quieran”, afirmó Trump al ser consultado sobre la expansión de los vínculos comerciales entre Beijing y economías latinoamericanas que buscan diversificar mercados ante los aranceles estadounidenses. Según el mandatario, “a ninguno de ellos le va muy bien. Con lo que estamos haciendo en términos económicos, estamos superando a todos, incluida China. En este momento estamos mejor que cualquier otro país del mundo”, subrayando la posición estadounidense en la economía global.
El endurecimiento de la guerra comercial ha llevado a imponer aranceles que van desde el 10% para países con superávit comercial frente a Estados Unidos, hasta un 50% en el caso de Brasil, cuya tarifa más alta se relaciona con acciones legales contra el expresidente Jair Bolsonaro. Trump calificó a Brasil como “un socio comercial horrible en cuanto a aranceles” y criticó la legislación local y el tratamiento hacia Estados Unidos como socio. Sobre el caso Bolsonaro, comentó: “Creo que lo que han hecho es, en realidad, una ejecución política que están intentando hacer con Bolsonaro. Pienso que es terrible. Pero además nos han tratado muy mal como socios comerciales durante muchos años (...) Así que ahora se les están aplicando aranceles del 50%, y no están contentos, pero es lo que es”.
El nuevo marco arancelario establece que países con déficit comercial con Estados Unidos, como Costa Rica, Ecuador, Venezuela y Bolivia, pagarán un mínimo del 15%. En tanto, naciones con saldo positivo, como Chile, Colombia y Argentina, enfrentarán tarifas del 10%. Estas medidas afectan particularmente al sector agrícola, obligando a economías exportadoras como Brasil, Colombia, Ecuador y Perú a buscar nuevos mercados para sus productos.
En este contexto, China aparece como un destino estratégico para América Latina. La demanda de alimentos y commodities en Asia brinda oportunidades para diversificar exportaciones y reducir la dependencia de Estados Unidos, especialmente ante la imposición de tarifas elevadas.
En respuesta a la situación, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció una ofensiva comercial global con el objetivo de abrir nuevos mercados y sustituir exportaciones actualmente destinadas a Estados Unidos. Lula da Silva ha iniciado negociaciones con India, China y Sudáfrica, y proyecta ampliar los contactos a países europeos como Francia y Alemania, fortaleciendo la presencia de Brasil en el comercio internacional y buscando mitigar el impacto de los aranceles estadounidenses.
Analistas destacan que la postura de Trump, minimizando el acercamiento con China, refleja una estrategia para mostrar confianza en la economía estadounidense, mientras las naciones de América Latina buscan reconfigurar sus vínculos comerciales y garantizar estabilidad en sus exportaciones estratégicas. La diversificación de mercados y el fortalecimiento de relaciones con China se presentan como un paso necesario para asegurar la competitividad de la región frente a los cambios en las políticas arancelarias de Estados Unidos.