Por Agroempresario.com
Durante meses, Europa fue vista como la gran alternativa frente a los mercados de Estados Unidos. La narrativa del “comprar Europa” ganó fuerza en los titulares financieros y en los portafolios de muchos inversores. Sin embargo, los últimos reportes de ganancias corporativas comienzan a mostrar una realidad distinta: el Viejo Continente mantiene índices bursátiles elevados, pero sin respaldo en los resultados de sus compañías.
Este desajuste preocupa a los analistas, que advierten que algunos fondos con alta exposición europea podrían enfrentar correcciones en el corto plazo. El entusiasmo inicial se desvanece y, con él, la idea de que Europa pueda sostenerse como refugio atractivo para la inversión global.
Hace apenas unos meses, medios como el Financial Times celebraban la rotación de flujos desde Wall Street hacia los mercados europeos. La expectativa estaba en que las acciones de pequeña y mediana capitalización en Europa superaran a sus pares estadounidenses, impulsadas por una recuperación económica sólida.
Pero esa “recuperación del crecimiento” nunca se consolidó. Los balances empresariales en Europa mostraron resultados flojos, muy por debajo de lo proyectado. En contraste, en Estados Unidos las empresas reportaron un incremento interanual de más del 9% en ganancias en el segundo trimestre, con sectores como el de comunicación y tecnología a la cabeza, liderados por gigantes como Alphabet, Meta y Netflix.
El contraste es evidente. Mientras que en Estados Unidos los sectores de servicios de comunicación y tecnología registraron crecimientos superiores al 40%, en Europa la suma de empresas tecnológicas y de telecomunicaciones apenas alcanzó un 1% de mejora.
El S&P 500, a través del ETF SPDR S&P 500 (SPY), continúa mostrando solidez frente al Vanguard European Stock Index Fund (VGK), que refleja la sobrecompra de activos europeos. Este desfase indica que el mercado todavía no ajusta la falta de respaldo en ganancias, lo que genera señales de alerta para los inversionistas con fuerte exposición a Europa.
Más allá de los índices generales, la atención está puesta en algunos fondos cerrados (CEF) que cargan con posiciones importantes en activos europeos. Aunque ofrecen dividendos atractivos, los riesgos se incrementan ante la posibilidad de correcciones.
Este fondo, que paga un dividendo del 11,8%, cuenta con más del 55% de su cartera en acciones estadounidenses de infraestructura como Norfolk Southern Corp. y NextEra Energy. Sin embargo, mantiene un 22% de exposición en Europa continental y otro 2,6% en el Reino Unido.
El problema radica en que ASGI aprovechó el entusiasmo por Europa y perdió el descuento histórico sobre su valor liquidativo (NAV). Hoy cotiza en niveles que podrían caer en caso de ajuste europeo.
Con una rentabilidad del 11,5%, este fondo de bonos corporativos mantiene estable su dividendo desde 2021. Aunque el 77% de su cartera está en Estados Unidos, también incluye participaciones en Francia (3,2%), España (3%) y Alemania (2,4%).
Estas posiciones, junto a su prima actual del 5,6% sobre el NAV, lo convierten en un fondo vulnerable a caídas si se materializa una corrección fuerte en Europa.
El atractivo de los dividendos de dos dígitos hace que fondos como ASGI y PFN sigan siendo considerados por los inversores. Sin embargo, la alta exposición a activos europeos los vuelve sensibles en un contexto donde los mercados del Viejo Continente están sobrevalorados respecto a sus ganancias reales.
Esto no significa que sean fondos descartables, sino que no es el momento oportuno para entrar. En cambio, los analistas recomiendan mirar hacia sectores y regiones que muestran crecimiento sólido, como la tecnología y la energía en Estados Unidos.
La discusión de fondo es si Europa puede sostener un papel central en las carteras globales. Por ahora, la debilidad de sus empresas y la incertidumbre macroeconómica limitan su atractivo. Mientras tanto, Estados Unidos vuelve a consolidarse como el mercado más dinámico, gracias a su capacidad de generar ganancias en sectores estratégicos.
Para los inversores, la recomendación es clara: mantener cautela con fondos expuestos a Europa y priorizar mercados que acompañen sus índices con resultados corporativos robustos.