Por Agroempresario.com
El Canal de Panamá, por donde transita alrededor del 3 % del comercio mundial, enfrenta un escenario de menor actividad en 2026. La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) anticipó una caída de entre 1.100 y 1.200 tránsitos de buques, lo que reducirá sus ingresos anuales a unos 5.207 millones de dólares, es decir, un 7,4 % menos que en el actual año fiscal.
Este ajuste obliga a replantear estrategias en las cadenas globales de suministro, ya que el canal es una pieza central de la logística internacional al conectar el Océano Atlántico con el Océano Pacífico a través de una ruta de 82 kilómetros.
La reducción proyectada de tránsitos tendrá consecuencias directas para navieras, exportadores e importadores, que deberán reorganizar itinerarios, tiempos de entrega y costos operativos.
La situación se da en un contexto de volatilidad global. En los últimos años, la crisis climática, la falta de agua en las esclusas y las tensiones del comercio internacional ya habían generado disrupciones. Ahora, con la proyección de menores ingresos, la ACP busca reforzar su competitividad con inversiones estratégicas que aseguren la continuidad de operaciones y el liderazgo regional.
El ministro para Asuntos del Canal, José Ramón Icaza, informó que los gastos operativos de 2026 ascenderán a 1.615 millones de dólares. Este presupuesto se destinará a tres ejes clave:
El Canal de Panamá sigue siendo esencial para el transporte marítimo global. La reducción de ingresos no implica pérdida de relevancia, sino un llamado a profundizar inversiones en resiliencia y eficiencia.
Expertos en logística coinciden en que el canal debe fortalecer su infraestructura hídrica, acelerar la modernización de sus esclusas y garantizar un servicio previsible para las navieras. En un mundo marcado por la crisis climática y la inestabilidad del comercio, mantener la confiabilidad de esta vía es vital para la economía global.
Aunque existen rutas alternativas como el Canal de Suez o los corredores terrestres interoceánicos, ninguna combina la ubicación estratégica y la experiencia operativa del canal panameño. Sin embargo, para mantener esa ventaja, Panamá necesita anticiparse a los cambios en la demanda mundial de transporte, donde las exigencias de sostenibilidad y eficiencia logística son cada vez mayores.
El corredor logístico proyectado, sumado a las nuevas terminales portuarias, permitirá integrar operaciones marítimas con plataformas multimodales, generando mayor valor agregado y potenciando la posición del país en el mapa del comercio internacional.
El futuro de la logística global dependerá de la capacidad del Canal de Panamá para adaptarse a un entorno dinámico. Su rol de articulador de flujos comerciales seguirá siendo decisivo, pero exigirá una agenda de inversiones constantes en infraestructura, innovación y gestión ambiental.
El desafío no solo será mantener la continuidad de operaciones, sino también asegurar que la vía se convierta en un modelo de sostenibilidad hídrica y resiliencia climática para otras infraestructuras críticas en el mundo.