Por Agroempresario.com
En vísperas de las elecciones legislativas de octubre, la economía argentina transita un período de alta vulnerabilidad fiscal, monetaria y política, descrito por Bradesco BBI como un verdadero “valle de la muerte”. El banco brasileño señala que la combinación de pérdida de credibilidad institucional, deterioro de las cuentas públicas y presión cambiaria amenaza la estabilidad del programa económico impulsado por el gobierno de Javier Milei.
El informe subraya que las recientes filtraciones de audios que comprometen a figuras cercanas al oficialismo golpearon la imagen presidencial. La cobertura mediática reflejó la polarización: mientras Clarín y La Nación remarcaron la pérdida de confianza, Página/12 puso el foco en fallas institucionales. El efecto fue inmediato: un electorado más indeciso y un clima social que convierte los comicios en un virtual plebiscito sobre la gestión Milei.
El frente legislativo agrava las tensiones. En los últimos meses, la oposición logró mayorías de dos tercios en el Congreso para aprobar aumentos en jubilaciones y programas sociales, medidas que implican un gasto adicional de entre 0,2% del PBI en 2025 y hasta 0,8% en 2026. Aunque Milei anunció que vetará esas leyes, el Congreso podría revertir los vetos, debilitando la sostenibilidad del acuerdo con el FMI y comprometiendo el equilibrio fiscal.
El informe de Bradesco también alerta por el deterioro monetario: la demanda de pesos cae mientras avanza la dolarización de carteras. Las tasas de caución llegaron a moverse entre 2% y picos de 120%-150% anual, reflejando la desconfianza. El Ministerio de Economía convalidó tasas cercanas al 65% anual (4,3% mensual), niveles incompatibles con la recuperación del crédito y la actividad productiva.
El banco interpreta este movimiento como un cambio de régimen: la economía pasó de señales incipientes de crecimiento a la posibilidad de una nueva contracción.
Frente a este escenario, Bradesco mantiene su recomendación “Underweight” (infraponderar) sobre activos argentinos. Aunque reconoce que gran parte del pesimismo ya está incorporado en los precios, aconseja concentrarse en empresas menos expuestas a la volatilidad macroeconómica y cambiaria, como Pampa Energía, YPF, TGS, IRSA y Grupo Financiero Galicia.
A la par, Bank of America (BofA) emitió su propio diagnóstico: el peso argentino es una de las monedas más vulnerables de América Latina, presionado por la incertidumbre política y la debilidad fiscal. “El peso carece de los fundamentos que sostienen al real brasileño o al peso mexicano”, advierte el reporte.
La entidad destaca que, mientras México y Brasil reciben fuertes flujos de inversión extranjera gracias a la confianza en sus marcos institucionales, Argentina enfrenta una fragilidad marcada por la política interna. Para BofA, el factor clave será la consistencia de la política fiscal: si el gobierno sostiene el equilibrio primario y avanza en reformas estructurales, el peso podría estabilizarse; de lo contrario, volverán las depreciaciones.
El consenso de los bancos internacionales es claro: Argentina se encuentra en un tramo crítico donde las definiciones políticas condicionarán la dinámica económica. La estabilidad del peso, la sostenibilidad del programa fiscal y la confianza de los mercados están atadas al resultado electoral de octubre y a la capacidad del Ejecutivo de sostener credibilidad.
Bradesco resume la coyuntura con una frase contundente: la Argentina atraviesa un “valle de la muerte fiscal y cambiario”, cuyo desenlace dependerá tanto de la política interna como del compromiso con los mercados y el FMI.