Por Agroempresario.com
La nueva reorientación de compras de soja de China hacia Sudamérica está generando un escenario de oportunidades y desafíos para Argentina y Brasil. La ausencia de adquisiciones del país asiático a Estados Unidos por primera vez en más de una década ha consolidado a Sudamérica como proveedor estratégico, impulsando exportaciones récord de poroto de soja y resaltando la necesidad de mejorar la infraestructura logística.
En julio de 2025, Argentina exportó más de 1,3 millones de toneladas de soja, casi cuatro veces más que en el mismo mes del año anterior. Agosto se perfila como el segundo mejor mes de la historia para este producto, con 568.000 toneladas enviadas y 1,3 millones adicionales programadas para embarque, la mayoría destinadas a China.
China concentra cerca del 90% de las exportaciones argentinas de soja, con ventas que superan los 846 millones de dólares en lo que va del año. Este repunte refleja la centralidad de Argentina en el comercio internacional de granos y su oportunidad para reforzar su posición en las cadenas globales de suministro, aunque también evidencia los desafíos logísticos que el país enfrenta.
Este aumento en la demanda responde a la estrategia china de diversificación frente a la soja estadounidense, destacando a Argentina como un socio confiable y consolidando su rol en el mercado mundial.
Si bien Argentina se beneficia de este escenario, Brasil continúa siendo el principal proveedor de soja a China. Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, los puertos brasileños de Santos y del Arco Norte registran volúmenes récord de exportación, enfrentando problemas similares a los argentinos: congestión en rutas, limitaciones ferroviarias y presión sobre los corredores viales.
La competitividad de ambos países dependerá no solo de la producción agrícola, sino de la capacidad logística para sostener altos niveles de exportación sin afectar los costos ni los tiempos de entrega.
La fuerte demanda hacia China pone bajo presión a los principales puertos argentinos, especialmente Rosario y Bahía Blanca. Estos complejos operan cerca de sus máximos históricos, exigiendo una coordinación eficiente para evitar retrasos en la carga y descarga de granos.
El transporte terrestre también enfrenta un desafío creciente. Miles de camiones movilizados desde las zonas productoras hasta los puertos generan congestión, elevan los costos logísticos y evidencian la necesidad de inversiones en infraestructura vial y acopio.
Para mantener la posición de Argentina como proveedor estratégico de soja a China, es necesario avanzar en varios frentes:
Estas medidas no solo impactan en la competitividad inmediata, sino que preparan al país para sostener un papel protagónico en el comercio internacional de granos a mediano y largo plazo.
La coyuntura internacional representa una ventana de oportunidad histórica. El incremento de la demanda china fortalece la posición de Argentina en el comercio mundial de granos, pero también revela las limitaciones logísticas actuales.
El desafío será transformar este contexto favorable en un proceso sostenible, donde la inversión en infraestructura logística y mejoras en puertos, transporte y acopio acompañen el crecimiento de las exportaciones. De esta manera, la ventaja coyuntural puede convertirse en un salto estructural para toda la cadena agroindustrial argentina.