Por Agroempresario.com
La estabilidad cambiaria se convirtió en la prioridad absoluta del Gobierno en las semanas previas a las elecciones. En un escenario marcado por la volatilidad financiera y la presión de los mercados, el Ministerio de Economía apeló a un recurso que había evitado hasta el momento: la venta de dólares del Tesoro.
Según estimaciones privadas, en las últimas dos semanas se habrían perdido más de USD 130 millones de las cuentas del Tesoro en el Banco Central (BCRA). Este “goteo” de divisas respondió, en parte, a operaciones directas de venta que buscaron contener la tensión cambiaria y evitar saltos bruscos en la cotización oficial del dólar.
Los dólares en cuestión corresponden a los depósitos del Tesoro en el BCRA, que forman parte de las reservas brutas, aunque no de las netas, ya que están sujetas a encajes y obligaciones cruzadas.
Fuentes del Ministerio de Economía, sin dar precisiones públicas, dejaron trascender que estas operaciones no utilizaron fondos enviados por el Fondo Monetario Internacional (FMI). El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, aclaró en redes sociales que los recursos en cuestión provenían de Letras Intransferibles, recompradas en los meses anteriores.
El patrón fue identificado por la consultora 1816, que registró que en cuatro ruedas de agosto el descenso en dólares coincidió con un aumento en pesos de la cuenta del Tesoro en el BCRA. Esto reforzó la hipótesis de ventas en el mercado oficial.
Entre junio y julio, el Tesoro había reforzado sus tenencias con compras “en bloque” a privados, por un total de USD 1.464 millones, a un precio promedio de $1.260,13, según el informe presentado por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en la Cámara de Diputados.
Esas operaciones sirvieron como colchón para cumplir con las metas de reservas comprometidas con el FMI. Empresas y provincias que accedían a financiamiento en dólares funcionaron como la “pata vendedora” en aquel momento.
El ciclo cambió en agosto, cuando las ventas comenzaron a reducir esas tendencias. Entre el 11 y el 27 de agosto, el Tesoro perdió USD 354 millones, lo que alimentó la percepción de que el Gobierno se volcó al mercado para frenar la presión cambiaria.
Para los analistas, el objetivo es claro: evitar un salto del dólar oficial en plena campaña. “El Gobierno está comprometido a que el dólar no supere el techo de la banda y tiene de sobra para evitarlo”, afirmó el consultor Ricardo Arriazu, quien además aseguró que el BCRA cuenta con reservas líquidas por USD 25.000 millones, frente a vencimientos de apenas USD 1.800 millones hasta fin de año.
El informe de la consultora 1816 concluyó en el mismo sentido: “Las ventas del Tesoro no son más que otro hito que refleja que la prioridad absoluta del Gobierno es llegar a la elección con un tipo de cambio tranquilo”.
Hasta hace pocas semanas, la estrategia oficial para controlar el mercado no incluía ventas directas de dólares, sino un combo de medidas monetarias y financieras:
La utilización de dólares del Tesoro aparece como un recurso adicional en esa caja de herramientas. Según analistas de mercado, muestra que la administración de Luis Caputo no descarta ningún instrumento para asegurar estabilidad en los próximos meses.
Parte de las divisas del Tesoro también podría destinarse a asistir a provincias que enfrentan vencimientos de deuda en dólares. En septiembre, varias jurisdicciones deben cumplir con compromisos importantes:
Estos pagos representan una demanda adicional de divisas que presiona sobre el mercado oficial y explica en parte el movimiento de las cuentas del Tesoro en el BCRA.
Si bien el Gobierno parece tener “poder de fuego” suficiente para sostener la estabilidad cambiaria, el uso de divisas tiene costos:
Los especialistas destacan que el desafío será sostener este equilibrio hasta las elecciones de octubre sin agotar recursos ni generar un desequilibrio mayor a futuro.
La señal es clara: la Casa Rosada considera que la estabilidad cambiaria es condición indispensable para sostener su proyecto político y evitar que la volatilidad financiera contamine la campaña.
El Gobierno confía en que la combinación de reservas disponibles, ventas selectivas y control monetario bastará para mantener a raya al dólar. La incógnita es qué ocurrirá después de las elecciones, cuando el margen político para seguir aplicando medidas excepcionales se reduzca.