Por Agroempresario.com
En el marco del III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, realizado en el Hilton Hotel de Puerto Madero, Luis María Mestres, Secretario de Desarrollo Foresto Industrial de la provincia de Corrientes, afirmó: “Con más de 500.000 hectáreas forestadas, somos la primera provincia forestal del país. El 70% corresponde a pino y el 30% a eucalipto. Esto nos convierte en el epicentro de un proceso de industrialización con agregado de valor en origen”.
El funcionario recordó que la provincia “nació como ganadera y citrícola, pero desde la década del 60, con regímenes de promoción y políticas de jerarquización, logramos transformarnos en potencia forestal”.
Mestres subrayó que en 2007 la reforma de la Constitución Provincial dio origen al Pacto Correntino para el Crecimiento y Desarrollo Social: “Ese pacto fue la base para incluir a la foresto-industria como política de Estado. Desde entonces avanzamos en inventarios, censos industriales, estadísticas de exportaciones y un Plan Estratégico Foresto Industrial que elaboramos junto al sector privado, la academia y los organismos de investigación”.
Según el secretario, “cuando hay consenso, la planificación estratégica permite que todos los actores trabajen con un mismo horizonte de desarrollo federal”.
El crecimiento exige logística. “Si toda la producción actual se industrializara en Corrientes, se moverían 1.800 camiones diarios. Por eso invertimos en caminos rurales, electrificación y puertos”, explicó Mestres.
Un ejemplo es el Puerto Ituzaingó, inaugurado recientemente cerca de la represa Yacyretá: “Este puerto nos permite manejar 4.000 contenedores por mes. Con la futura conexión ferroviaria, la foresto-industria correntina será aún más competitiva”.
También destacó el Fondo de Desarrollo Rural, que en ocho años invirtió más de 100 millones de dólares: “El impuesto inmobiliario rural vuelve en infraestructura y sanidad. Es una herramienta que mejora la competitividad del sector”.
El capital humano es otro eje central. “Corrientes no nació como provincia forestal, por eso trabajamos en educación. Las escuelas técnicas incorporaron tecnicaturas forestales y la
Universidad Nacional del Nordeste abrió la carrera de Técnico Superior en Foresto-Industria”, dijo Mestres.
En paralelo, la provincia financió un laboratorio de calidad de madera en el INTA Bellavista. “Esto nos permite avanzar en mejoramiento genético y asegurar fibras de calidad para la industria”, remarcó.
En cuanto a la sustentabilidad, destacó: “Más del 50% de nuestras hectáreas están certificadas bajo estándares internacionales como FSC y PEFC. Esto demuestra que producimos madera de forma responsable y ambientalmente certificada”.
La atracción de capitales extranjeros fue clave. “En los últimos ocho años recibimos más de 350 millones de dólares de inversiones industriales. Destaco el aserradero Timber con capitales austríacos-belgas y la inminente instalación de Louisiana Pacific, especialista en tableros OSB”, precisó Mestres.
Los resultados ya se reflejan en la balanza comercial: “Por primera vez, en 2024, el sector forestal desplazó al arroz como principal rubro de exportación de la provincia, con 121 millones de dólares. Eso fue un 38% más que en 2023”.
Otro aspecto clave es la generación de energía. “Hoy el 20% de lo que consume la provincia proviene de biomasa forestal gracias a tres plantas en funcionamiento. Esto complementa la energía hidroeléctrica de Yacyretá y los proyectos solares que están en expansión”, explicó el secretario.
De cara al futuro, Mestres fue contundente: “Tenemos 500.000 hectáreas forestadas, pero podemos duplicar o triplicar esa superficie sin competir con otras producciones. Si logramos 1 millón de hectáreas, el impacto productivo y de empleo será enorme”.
Para cerrar, dejó un mensaje claro: “Cuando un gobierno trabaja con el sector privado y con la comunidad científica, no es tan difícil lograr los objetivos. No significa que ya lo conseguimos todo, pero sabemos hacia dónde queremos ir. Y eso es clave para atraer inversiones, generar empleo y consolidar a Corrientes como líder forestal argentino”.
El ingeniero Daniel Maradei, especialista en genética forestal, remarcó que la actividad es ejemplo de economía circular: lo que antes era residuo en los aserraderos (aserrín, corteza, chips) hoy se convierte en biomasa energética o materia prima para paneles de alta calidad.
Maradei destacó el enorme valor agregado en origen: un metro cúbico de madera en pie puede valer 16 dólares, pero tras distintos procesos industriales puede superar los 400 dólares en forma de tableros, molduras o muebles.
“Transportar rollos en bruto es ineficiente: se traslada madera, agua, corteza y aire. Por eso el agregado de valor debe hacerse en el lugar de la producción”, enfatizó.
Por su parte, el ingeniero Carlos Insúa, docente de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ) y coordinador de la Comisión Forestal del Consejo Profesional de Ingeniería Agronómica, advirtió sobre el estancamiento nacional en la superficie forestada.
“Hace casi 20 años que la Argentina no aumenta sus plantaciones forestales. Mientras Chile, Brasil y Uruguay consolidaron industrias exportadoras, nuestro país mantiene apenas 1,3 millones de hectáreas, muchas de ellas sin destino industrial”, señaló.
Insúa subrayó que el déficit en celulosa y papel supera los 600 millones de dólares anuales, mientras que Uruguay exporta más de 2.500 millones de dólares en celulosa, con apenas una fracción de la superficie argentina.
Los tres especialistas coincidieron en que la Argentina posee ventajas comparativas únicas en suelos, productividad y genética, pero requiere:
Aprovechamiento del mercado de bonos de carbono y de la energía renovable.