Por Agroempresario.com
El mercado energético argentino atraviesa un proceso de transformación profunda, impulsado por la agenda de desregulación del gobierno nacional y las oportunidades que ofrecen sectores estratégicos como la minería y las energías renovables. En este escenario, Martín Mandarano, CEO de YPF Luz, delineó en una entrevista con Forbes las metas de crecimiento de la compañía hacia 2030: duplicar el EBITDA, alcanzar los 1.000 millones de dólares y casi triplicar su potencia instalada hasta llegar a los 2,6 GW.
Con proyectos en marcha, participación en licitaciones estratégicas y el análisis de activos en privatización, la compañía eléctrica busca posicionarse como líder en el abastecimiento energético para industrias clave como el cobre y el litio, al tiempo que combina su crecimiento orgánico con posibles adquisiciones.
YPF Luz tiene actualmente en construcción dos desarrollos renovables que marcan el rumbo de su estrategia: el parque solar El Quemado en Mendoza y el parque eólico PECASA en Olavarría.
El Quemado, con una potencia proyectada de 305 MW, es el primer proyecto aprobado bajo el RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones). Mandarano explicó que ya se encuentran en montaje los primeros 200 MW, mientras que los restantes 105 MW ingresarán en los próximos meses. “Estimamos que podremos entrar en operación antes de fin de año con 40 MW, e ir avanzando de manera progresiva hasta alcanzar la potencia total a mediados del año que viene”, señaló.
En tanto, el proyecto eólico PECASA está orientado a la autogeneración y diseñado específicamente para abastecer a una cementera. Sus aerogeneradores —los más grandes instalados hasta ahora en Argentina— ya suman ocho montados, a la espera de uno más y de la subestación eléctrica.
Con estos desarrollos, YPF Luz alcanzará el objetivo de 1 GW de potencia renovable instalada, un hito que marcará el inicio de su expansión hacia nuevos horizontes.
Mandarano plantea un crecimiento ambicioso para la próxima década: “Hoy tenemos una compañía con un EBITDA de 400 millones de dólares y queremos llegar a 1.000 millones. En potencia instalada, pasaremos de 1 GW a 2,6 GW, lo que implica casi triplicar nuestra capacidad”.
El plan combina crecimiento orgánico, mediante nuevos proyectos en generación renovable y térmica, con crecimiento inorgánico, a través de posibles fusiones y adquisiciones (M&A). El objetivo es abastecer tanto a la minería como al sector Oil & Gas, que demandará cada vez más energía incremental.
Entre los proyectos estratégicos destaca la propuesta para Los Azules, uno de los yacimientos de cobre más importantes en la provincia de San Juan, donde YPF Luz busca encargarse de la infraestructura eléctrica. También se evalúa la construcción de una línea de 350 kilómetros en la Puna para abastecer operaciones de litio, un sector en plena expansión.
El crecimiento futuro de la compañía se apoya en tres ejes:
“Tenemos que coordinar dónde está la demanda, dónde está el recurso y la infraestructura disponible. El desafío es diseñar una oferta que haga a nuestros clientes más competitivos”, explicó Mandarano.
El nuevo contexto regulatorio abrió oportunidades concretas para la autogestión de las compañías generadoras. Según Mandarano, durante 2025 se avanzó en habilitar la compra de gas natural propio, su importación y la contratación directa con distribuidoras.
“Una de nuestras características en estos 12 años fue estar siempre flexibles para capturar oportunidades. Fuimos los primeros en importar gas desde Bolivia, y lo mismo hicimos con el mercado local y combustibles líquidos. Eso implica desafíos de logística, capital y gestión de riesgos, pero nos da independencia”, detalló.
El proceso de privatización encarado por el Gobierno abre otro frente de interés para YPF Luz. La compañía analiza en detalle los pliegos para la adquisición de hidroeléctricas que se subastarán en octubre. “Si está dentro de nuestra estrategia y resulta atractivo, lo vamos a mirar”, aseguró el CEO.
En paralelo, evalúan oportunidades en centrales térmicas, aunque la decisión dependerá de las condiciones económicas y de financiamiento. La prioridad, según Mandarano, es mantener un enfoque estratégico en torno a tres pilares:
Respecto a las licitaciones de líneas de alta tensión, YPF Luz no planea convertirse en transportista, pero sí en habilitador de generación. La nueva normativa permite acceder a derechos de capacidad sobre líneas en función de la inversión, lo que representa una oportunidad inédita para vincular generación y demanda.
Para Mandarano, el futuro de YPF Luz estará marcado no solo por la expansión de la capacidad instalada, sino también por la innovación tecnológica. “La hidro, la térmica y el transporte son parte del segundo pilar estratégico. Pero el tercer pilar es la innovación: inteligencia artificial, digitalización y todo lo que permita potenciar nuestro crecimiento”.
La combinación de estas herramientas con el desarrollo de renovables y térmicas apunta a construir una compañía más robusta y competitiva en un mercado que será “altamente competitivo y desafiante”.
Mandarano reconoce que los próximos años estarán marcados por “mucha actividad y adrenalina”, en paralelo con la desregulación y la apertura de nuevas licitaciones. El desafío será equilibrar la búsqueda de oportunidades de expansión con la defensa de la competitividad en un mercado eléctrico que ya muestra una creciente rivalidad.
YPF Luz se prepara así para una década clave, en la que deberá acompañar con energía segura y sustentable el crecimiento de sectores estratégicos como la minería y el Oil & Gas, al tiempo que busca diversificar su cartera de clientes y consolidarse como uno de los jugadores más importantes del sistema eléctrico argentino.