Por Agroempresario.com
La carne de cerdo en Argentina vive una auténtica revolución. De ser un producto marginal, asociado a festividades y preparaciones específicas, pasó a convertirse en una pieza clave de la dieta diaria de los argentinos. Según un informe reciente del Gobierno nacional, entre enero y agosto de 2025 se registraron cifras récord tanto en faena como en producción porcina.
La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, junto al Senasa y el INDEC, confirmaron que se faenaron 5.521.175 cabezas y se produjeron 526.463 toneladas de carne porcina, lo que representa un récord absoluto en ambos rubros. Esta cifra consolida una tendencia creciente, con una tasa de expansión del 6% anual durante la última década.
El consumo per cápita de carne porcina alcanzó los 17,95 kilogramos por habitante por año, frente a los 10 kilos de hace una década. Esto representa un aumento del 80% y marca un máximo histórico en el país.
Aunque la carne vacuna sigue siendo la protagonista, con unos 50 kg anuales por habitante, seguida por el pollo con 45 kg, el cerdo ya representa más del 15% de la demanda de carnes rojas en Argentina, uno de los países con mayor consumo de proteínas animales en el mundo.
La expansión no es solo interna. La carne porcina argentina ya cuenta con más de 54 mercados internacionales abiertos, con productos y subproductos de cerdo. En 2025, se sumaron Paraguay, Uruguay y Filipinas, fortaleciendo el perfil exportador del sector.
Este fenómeno es el resultado de años de trabajo en sanidad, genética, eficiencia productiva y campañas de promoción, lo que ubica al cerdo argentino como un producto competitivo y con alto valor agregado tanto a nivel nacional como internacional.