Por Agroempresario.com
Patricia Chimeno, Profesora del Departamento de Agronomía de la Universidad Nacional del Sur (UNS) en Bahía Blanca, participó del III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen” y de la Cumbre Mundial de la Bioeconomía, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero, Buenos Aires. Durante su exposición, Jimeno compartió experiencias de transformación productiva y ambiental en la región de Coronel Suárez, destacando un innovador feedlot ganadero que genera biogás y biofertilizante, y promoviendo la integración de la bioeconomía con el desarrollo local.
Patricia Chimeno explicó que su trayectoria académica combina formación técnica, económica y social. “Soy ingeniera agrónoma, con maestría en Economía Agraria y doctorado en Ciencias Sociales en FLACSO. Esto me permitió comprender la triple dimensión de la producción: productiva, económica y social”, afirmó.
Desde hace más de 20 años, Chimeno desarrolla en la UNS el Espacio Curricular Agronegocios, cuyo objetivo es integrar la formación comercial y técnica de los agrónomos, preparando a los futuros profesionales para abordar los desafíos de la bioeconomía y la sostenibilidad en el agro.
La profesora seleccionó un caso emblemático de la región de Coronel Suárez: un feedlot ganadero que transforma los desechos de la actividad en biogás y biofertilizante, generando energía eléctrica y promoviendo una economía circular.
Chimeno detalló la visión de largo plazo que permitió esta transformación: “El Estado impulsó la Ley de Energías Renovables hace más de diez años, estableciendo objetivos claros para el 2025 y 2030. Este marco legal otorgó previsibilidad y permitió que empresas como la de Cecilio de Sousa ingresaran al negocio ganadero con visión sustentable”, explicó.
El proyecto comenzó con un corral tradicional adaptado con pisos de cemento y techo, integrando tecnología para optimizar la producción bajo la triple dimensión: productiva, económica y ambiental.
El feedlot cuenta con dos biodigestores de seis millones de litros cada uno, donde el estiércol se transforma en biogás y biofertilizante. El biogás alimenta un motor generador que produce energía eléctrica inyectada a la red, incrementando en un 25% la oferta energética de la región.
En cuanto al biofertilizante, la parte líquida se aplica mediante riego por pivote, complementado con un robot automatizado introducido en Argentina recientemente. La parte sólida se encuentra en fase de investigación para optimizar su uso como fertilizante agrícola, en colaboración con investigadores de la UNS .
Chimeno subrayó la importancia de cerrar el circuito de la economía circular y medir los impactos ambientales. “Se está trabajando en la medición de la huella de carbono y en la certificación de créditos de carbono. Este proceso abre oportunidades para muchas otras empresas, fortaleciendo la bioeconomía regional”, señaló.
El modelo de Cecilio de Sousa demuestra cómo la innovación y la visión de largo plazo pueden generar beneficios económicos, ambientales y sociales, dinamizando la región y generando empleo local.
Patricia Chimeno enfatizó que la bioeconomía no solo mejora la eficiencia productiva, sino que también genera efectos virtuosos en el territorio. “Estos esquemas productivos requieren políticas institucionales que acompañen la innovación, fomentando nuevos vínculos entre empresas, instituciones y productores. Esto es bioeconomía en acción”, afirmó.
La profesora invitó a los asistentes a conocer la planta y el feedlot, destacando que la experiencia práctica es fundamental para comprender el impacto positivo de la integración de la producción, la energía renovable y la sostenibilidad.
Uno de los mensajes centrales de Jimeno fue la valoración del productor rural como actor comprometido con la naturaleza y su comunidad: “En el imaginario colectivo, a veces se piensa que el campo está divorciado de la dimensión ambiental y social. Sin embargo, el productor genuinamente ama la naturaleza y su pueblo. Solo necesita incentivos y previsibilidad para implementar transformaciones sustentables”, señaló.
Con su experiencia académica y de campo, Chimeno destacó la importancia de reconocer la capacidad del agro para regenerar el ambiente y generar valor económico y social simultáneamente.
Chimeno concluyó su exposición destacando que la bioeconomía y los proyectos de transformación productiva son una oportunidad estratégica para la Argentina: “Cada innovación, cada bucle de economía circular y cada implementación tecnológica fortalece la competitividad del agro, genera empleo y promueve un desarrollo sostenible”, afirmó.
Además, señaló que la colaboración entre universidades, empresas y el Estado es clave para escalar estas experiencias a nivel nacional, fomentando la transferencia tecnológica y la adopción de prácticas sostenibles en toda la cadena agroalimentaria.