Por Agroempresario.com
Durante el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com y celebrado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero, Maximiliano Moreno, director de la Fundación para las Negociaciones Agrícolas Internacionales, brindó una conferencia clave para comprender la transformación del sistema multilateral de comercio.
Con una mirada lúcida sobre los cambios geopolíticos globales, Moreno advirtió que “Estados Unidos ya no quiere cumplir las reglas que él mismo escribió”, en referencia al giro proteccionista de la potencia norteamericana, que cuestiona hoy las normas del comercio que durante décadas impulsó y sostuvo.
La exposición de Moreno combinó un repaso histórico del sistema internacional con una aguda lectura del presente, planteando cuatro posibles escenarios futuros para el comercio global y advirtiendo sobre la necesidad de que Argentina diseñe estrategias flexibles frente a un mundo en reconfiguración.
La Fundación para las Negociaciones Agrícolas Internacionales, dependiente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, tiene dos objetivos centrales:
En su disertación, Maximiliano Moreno remarcó la necesidad de “generar un marco referencial para evaluar los escenarios futuros en un mundo en transformación”.
Moreno repasó la historia del orden mundial posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando las principales potencias promovieron instituciones multilaterales para reducir la conflictividad y ordenar el comercio internacional. Este entramado incluyó al Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, el GATT y posteriormente la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Estados Unidos, explicó, fue el principal arquitecto de estas reglas multilaterales que permitieron décadas de crecimiento global. Sin embargo, en los últimos años ese mismo país ha comenzado a cuestionar y romper esas reglas, marcando un cambio profundo de paradigma.
Uno de los momentos más destacados de la presentación fue cuando Moreno explicó el anuncio realizado el 2 de abril de este año por el presidente de Estados Unidos, donde se establecieron nuevos aranceles comerciales hacia socios estratégicos.
“Por primera vez, el líder de la principal potencia mundial le dice al mundo que ya no está cómodo con las reglas que ayudó a construir”, afirmó el especialista.
Estados Unidos argumenta que sufre un “trato comercial injusto” que ha provocado un déficit de 1,2 billones de dólares. Lo llamativo, según Moreno, es que en lugar de exigir el cumplimiento de las normas, otras potencias como la Unión Europea, China y Japón optan por negociaciones bilaterales.
“El mundo ha dejado de exigir reglas. Se prefiere una negociación pragmática, aun a costa de debilitar el sistema multilateral”, resaltó.
Para ilustrar este nuevo orden, Moreno compartió una imagen potente: el presidente Donald Trump en el Salón Oval, con los líderes europeos sentados frente a su escritorio. “Esa foto grafica el cambio: Estados Unidos vuelve a ocupar el centro del escenario, y el resto del mundo baila al ritmo que impone”, sentenció.
Este gesto simbólico muestra cómo el liderazgo estadounidense ya no se basa en el consenso multilateral, sino en imposición de fuerza económica y relaciones de poder más directas.
Moreno expuso cuatro posibles caminos para el comercio internacional frente a la crisis del multilateralismo:
Desaparición o irrelevancia de la OMC. Aunque lo considera poco probable, Moreno advierte sobre el débil enforcement actual y la falta de consecuencias ante el incumplimiento. “No es solo que no se respetan las reglas, sino que nadie paga el costo por romperlas.”
Volver al sistema anterior, con cumplimiento pleno de las reglas. Moreno lo considera inviable: “Algo se rompió y difícilmente se repare solo.”
Una renegociación total de las normas del comercio internacional. Este escenario está en carpeta, pero requerirá años de diplomacia. La próxima Conferencia Ministerial de la OMC en marzo podría ser un hito inicial.
El sistema se sostiene a través de acuerdos bilaterales y sectoriales, sin apego estricto a las reglas formales. Se privilegian soluciones transaccionales para mantener el flujo de comercio.
En uno de los tramos más importantes de su análisis, Moreno advirtió que los próximos 90 días serán clave para el orden global. Si Estados Unidos y China logran un nuevo acuerdo comercial, se consolidará el escenario transaccional.
Pero si China responde con más confrontación, el mundo podría ingresar en una nueva etapa de tensión comercial prolongada, que afectaría a países como Argentina con fuerte dependencia del comercio agroindustrial.
Una oportunidad para Argentina: pensar estratégicamente en un nuevo orden
En este marco de inestabilidad, Moreno instó a repensar la inserción internacional de Argentina desde una lógica adaptativa y proactiva. “La bioeconomía argentina puede ofrecer soluciones sostenibles y competitivas en un mundo que busca diversificar sus cadenas de valor”, sostuvo Moreno.
Para aprovechar este escenario global en transformación, Moreno planteó la necesidad de que Argentina adopte una estrategia de inserción internacional mucho más activa y sofisticada. En primer lugar, subrayó la importancia de fortalecer la diplomacia económica, entendida como una herramienta clave para construir relaciones comerciales sólidas, anticiparse a conflictos y posicionar al país en foros estratégicos de decisión.
También destacó que es esencial desarrollar una inteligencia comercial estratégica, que permita comprender con profundidad los movimientos geopolíticos, detectar oportunidades emergentes y diseñar políticas de inserción más efectivas. En este punto, remarcó que Argentina no puede improvisar, sino que debe anticiparse a los escenarios posibles y prepararse para operar en un entorno cada vez más fragmentado y competitivo.
La bioeconomía surge como uno de los ejes centrales de esta estrategia. Moreno explicó que se trata de una ventaja comparativa que Argentina ya posee y puede potenciar, ya que el país cuenta con recursos naturales, talento científico y una red productiva capaz de responder a las nuevas demandas globales de sustentabilidad, innovación y valor agregado.
En lugar de esperar consensos globales, el especialista plantea que Argentina debe moverse con agilidad, apostando por acuerdos que generen valor agregado en origen y posicionen al país como proveedor confiable en la transición hacia nuevas formas de comercio internacional.