Por Agroempresario.com
El pasado 25 de agosto, en el Hilton Hotel de Puerto Madero, se desarrolló el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com, un encuentro que reunió a referentes de distintos sectores para debatir sobre el futuro productivo del país y la región.
En ese marco, el diputado nacional Fabio Quetglas fue uno de los protagonistas con una exposición que invitó a repensar el concepto de integración productiva y cooperación regional. Con un tono crítico y reflexivo, Quetglas advirtió que no alcanza con reclamar la necesidad de integración productiva como un eslogan vacío, sino que requiere una agenda concreta, diversa y compleja, que articule infraestructura, fiscalidad, calidad institucional y capital humano.
Al referirse al título de su conferenci, “Integración productiva y cooperación regional”, señaló que el concepto puede interpretarse de distintas formas y que muchas veces se lo utiliza de manera simplificada.
“La integración productiva puede ser la integración de los procesos productivos en una cadena de valor, pero también puede leerse territorialmente, en términos de cohesión social, o incluso como integración con el futuro a través de la agenda ambiental”, explicó.
De este modo, el diputado invitó a pensar la integración no sólo como un desafío económico, sino también social, institucional y cultural.
En su análisis, Quetglas puso sobre la mesa ejemplos claros de las dificultades que enfrenta la Argentina para lograr una verdadera integración productiva. Señaló que muchas veces, los sectores productivos instalados impiden el desarrollo de nuevas actividades en los territorios, generando una especie de cooptación económica.
“Conozco regiones del país donde ciertas producciones tradicionales se consideran dueñas del territorio y se oponen a la diversificación. Ese es un obstáculo enorme para la integración productiva”, afirmó.
Otro problema que mencionó es la simplificación argumental, es decir, la idea de que con una sola medida se resuelven problemas estructurales: “Decimos que todo se arregla con la democracia, con privatizar, con controlar el déficit. Pero los problemas complejos requieren soluciones complejas, no consignas”.
Para Quetglas, la integración productiva virtuosa solo puede lograrse si existe una agenda clara que contemple distintos aspectos:
“Si no tenemos una agenda articulada en estos ejes, la integración productiva se transforma en un discurso vacío”, enfatizó.
El diputado también vinculó la discusión con la cooperación regional, destacando que ningún país puede avanzar de manera aislada en un mundo globalizado. La integración productiva regional permite compartir infraestructura, innovación y mercados, potenciando el desarrollo de cada país.
Asimismo, remarcó la necesidad de una mirada federal dentro de la Argentina: “No podemos hablar de integración productiva si existen regiones desconectadas, sin infraestructura básica ni oportunidades para sus habitantes”.
En línea con la temática central del Congreso, Quetglas destacó que la bioeconomía representa una gran oportunidad para la Argentina, pero advirtió que debe encararse con responsabilidad y planificación.
“La agenda ambiental y la transición energética forman parte de la integración productiva del futuro. No se trata solo de producir más, sino de hacerlo de manera sostenible, con impacto positivo en los territorios y en la cohesión social”, señaló.