Por Agroempresario.com
Fernando Martínez de Hoz, cofundador y actual CEO de ZoomAgri, fue uno de los referentes invitados al III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, organizado por Agroempresario.com y realizado el pasado 25 de agosto en el Hilton Hotel de Puerto Madero. En su presentación, compartió el recorrido de la empresa que fundó junto a sus socios en 2017 y que hoy ya tiene presencia en 25 países.
Su testimonio se centró en mostrar cómo, desde Argentina, una startup puede transformarse en un actor global del agtech, desarrollando tecnologías de reconocimiento varietal y determinación de calidad de granos basadas en inteligencia artificial e imágenes de alta resolución.
Martínez de Hoz relató que trabajó durante más de 13 años en el trading de granos, tanto en Argentina como en Asia, liderando operaciones de originación, exportación y negocios en destino. Esa trayectoria le permitió comprender en profundidad cómo se definen los precios, cómo se estructura la logística internacional y qué rol cumple la calidad en toda la cadena.
Esa experiencia fue clave para detectar un espacio de mejora: mientras existían innovaciones agrícolas para aumentar la productividad por hectárea, muy poco se estaba invirtiendo en la etapa poscosecha y en el proceso de determinación de calidad, que es decisivo para la eficiencia industrial y para la valorización de los commodities.
Con esa visión, junto a sus socios Matías (Mati) Michelini, ingeniero electrónico del ITBA, y un colega holandés con el que compartía proyectos en la empresa Hydra, decidieron fundar ZoomAgri. El objetivo inicial fue claro: combinar procesamiento de imágenes e inteligencia artificial para resolver los desafíos de clasificación de granos de forma más rápida, precisa y escalable.
El CEO explicó que la determinación de calidad no solo define premios y descuentos en el comercio internacional, sino que también determina el grado de eficiencia en la industria: desde la maltería hasta el molino, pasando por los puertos y las cooperativas.
ZoomAgri nació con la premisa de aportar soluciones de hardware y software que, instaladas en los puntos de recibo de granos, permitan evaluar calidad en tiempo real, con bajo costo, alta repetibilidad y precisión de laboratorio.
Para entrenar los algoritmos, el equipo comenzó construyendo bases de datos físicas con miles de muestras de granos: variedades de cada cultivo y defectos específicos (granos quebrados, brotados, verdes, dañados, etc.). Todo ello se digitalizó y se convirtió en el insumo para que los modelos de inteligencia artificial aprendieran a reconocer lo que, a simple vista, resulta imposible.
Uno de los primeros hitos llegó con el reconocimiento de variedades de cebada. Mediante imágenes de altísima resolución y aprendizaje automático, lograron identificar la variedad de un grano individual con precisión.
Martínez de Hoz lo describió como descubrir la “huella dactilar de la cebada”. Ese avance permitió que malterías y cerveceras en países como Argentina, Francia, Alemania, Australia y Canadá, así como en lugares menos tradicionales como Uganda, Sudáfrica, Etiopía o Kazajistán, pudieran garantizar la pureza varietal y mejorar la eficiencia de sus procesos.
“Con esta tecnología, las malterías no solo aseguran lo que están recibiendo, sino que evitan mezclas no deseadas y maximizan su rendimiento. Fue un paso decisivo para demostrar que la innovación desde Argentina puede tener impacto global”, afirmó el CEO.
Tras el éxito en cebada, ZoomAgri adaptó su tecnología al trigo. El primer gran caso fue en Argentina, con el lanzamiento del trigo HB4, tolerante a sequía y con beneficios agronómicos, pero aún no aprobado en muchos mercados internacionales.
La tecnología de ZoomAgri se instaló en casi todos los puertos argentinos, garantizando que los embarques destinados a países donde no está autorizado no tuvieran trazas del evento transgénico. Ese control fue clave para evitar disputas comerciales.
Posteriormente, en Italia, ZoomAgri trabajó con Barilla, la histórica marca de pastas. Allí la herramienta permitió identificar una variedad específica de trigo candeal que la empresa necesitaba para un producto premium, pero que tenía baja adopción en el campo. Con la tecnología de reconocimiento varietal, Barilla pudo asegurar su cadena de suministro y pagar precios diferenciales a productores.
Hoy, en Brasil, 15 molinos trigueros utilizan Zoom Agri para segmentar compras por grupos de variedades (blanqueadores, mejoradores, etc.), lo que optimiza procesos industriales y genera mayor eficiencia.
El avance más reciente de la compañía fue lograr que, a partir de una foto, se pueda identificar la variedad de soja a nivel de grano individual. Tras años de investigación, el INASE aprobó la tecnología en pruebas a ciegas, consolidando un desarrollo 100% argentino con alcance global.
Para Martínez de Hoz, este logro marca “un salto muy importante, que valida el trabajo público-privado y que muestra cómo desde Argentina se puede generar conocimiento aplicado a nivel mundial”.
Además de la clasificación varietal, Zoom Agri avanza en la calidad física de los granos. Sus escáneres de doble lado permiten medir calibre, defectos y pureza en un solo análisis.
El próximo lanzamiento, según adelantó el CEO, será un equipo automatizado capaz de procesar muestras completas mediante cámaras que capturan 32 imágenes por segundo. “Es un salto de eficiencia y precisión que creemos marcará un antes y un después en el recibo de granos”, señaló.
En solo siete años, ZoomAgri pasó de una idea a un negocio global. Hoy tiene oficinas en Argentina, Brasil (Londrina, Paraná), Australia (Sídney), España (Madrid) y trabaja con clientes en 25 países.
La compañía recorrió el camino típico de las startups tecnológicas, levantando hasta la fecha 11 millones de dólares en capital, con inversores de Australia, Brasil, Argentina y Europa.
“Lo más valioso es que estamos generando innovación desde Argentina para el mundo, aportando valor al mercado y demostrando que el talento local tiene capacidad de liderar proyectos globales”, remarcó Martínez de Hoz.
En el cierre de su presentación, el CEO reflexionó sobre el rol del agro argentino en la bioeconomía global:
“Tenemos talento, condiciones y mercado para pensar compañías globales desde acá. ZoomAgri es solo un ejemplo de lo que se puede lograr. Lo importante es animarse a innovar, a combinar conocimiento agronómico con tecnología y a confiar en que la calidad que desarrollamos en Argentina puede competir en cualquier parte del mundo”.