El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró este lunes que el acuerdo comercial con Estados Unidos podría concretarse “en cuestión de días”, luego de mantener una reunión con su par Donald Trump durante la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en Malasia. El entendimiento busca poner fin a meses de tensiones diplomáticas y aliviar los aranceles punitivos del 50% que Washington impuso sobre las exportaciones brasileñas.
“Estoy convencido de que en unos días tendremos una solución definitiva. Ya saben, entre Estados Unidos y Brasil, para que la vida pueda continuar bien y felizmente”, declaró Lula a los periodistas tras el encuentro. Según publicó Infobae, el mandatario destacó que el diálogo con Trump fue “sorprendentemente bueno” y que ambos gobiernos acordaron iniciar negociaciones inmediatas para resolver los puntos de conflicto.
El encuentro entre los dos jefes de Estado se desarrolló el domingo en un clima calificado como “distendido y muy alegre” por el canciller brasileño Mauro Vieira, quien acompañó a Lula junto con Márcio Elias Rosa, del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios, y el diplomático Audo Faleiro, integrante del equipo del asesor presidencial Celso Amorim.
Por parte de Estados Unidos participaron el secretario de Estado Marco Rubio, el secretario del Tesoro Scott Bessent y el representante de Comercio Jamieson Greer. Fuentes oficiales indicaron que la reunión tuvo una duración de aproximadamente 50 minutos y concluyó con señales alentadoras de ambas delegaciones.
“He tenido una reunión excelente con el Presidente Trump en la tarde de este domingo en Malasia. Hemos hablado de forma franca y constructiva de la agenda comercial y económica bilateral”, publicó Lula en su cuenta oficial de la red social X. Agregó que “nuestros equipos se van a reunir de inmediato para avanzar en la búsqueda de soluciones para los aranceles y las sanciones contra las autoridades brasileñas”.
Trump, por su parte, se mostró optimista antes del inicio de la reunión: “Es un gran honor estar con el presidente de Brasil, un gran país. Creo que podremos lograr muy buenos acuerdos para ambos países. Siempre hemos tenido una buena relación y creo que continuará así”, manifestó el mandatario estadounidense ante la prensa.
El foco principal de las negociaciones es la eliminación de los aranceles punitivos aplicados por Estados Unidos a una serie de exportaciones brasileñas, entre ellas productos siderúrgicos, agrícolas y de manufactura. Estos gravámenes fueron establecidos en el marco de un conflicto diplomático que escaló tras las críticas de Trump al sistema judicial brasileño y su apoyo al ex presidente Jair Bolsonaro.
Además de los aranceles, Washington impuso sanciones a funcionarios brasileños, incluido un juez de la Corte Suprema, bajo la Ley Magnitsky, que permite penalizar a individuos acusados de corrupción o violaciones de derechos humanos. Lula solicitó durante la reunión la suspensión de esa medida y defendió la independencia de la Justicia brasileña.
Según el canciller Vieira, Lula “reiteró la petición de que se suspendan los aranceles impuestos a las exportaciones brasileñas durante el período de negociación”. El funcionario calificó el balance del encuentro como “óptimo” y aseguró que “Trump dio instrucciones a su equipo para iniciar hoy mismo una negociación, porque espera que esto se resuelva muy rápidamente”.
Las relaciones entre Brasilia y Washington habían atravesado un período de alta fricción desde el regreso de Lula al poder en 2023. El gobierno estadounidense había expresado preocupación por la política comercial de Brasil, mientras que el mandatario brasileño acusó a Estados Unidos de “castigar injustamente a un país que busca reconstruir su industria”.
En las últimas semanas, Lula intensificó los contactos diplomáticos para recomponer el vínculo bilateral y explorar acuerdos que permitan diversificar el comercio exterior brasileño. En ese contexto, el encuentro con Trump fue interpretado por analistas como una oportunidad clave para reencauzar la relación estratégica entre las dos economías más grandes del continente.
Fuentes diplomáticas en Brasilia señalaron que el objetivo inmediato es reducir los aranceles sobre acero, aluminio y productos agroindustriales, además de establecer un marco de cooperación tecnológica y energética.
El posible acuerdo llega en un momento en que ambos mandatarios buscan consolidar liderazgo político tanto en sus países como en el escenario internacional. Lula, que impulsa una política exterior pragmática y centrada en el crecimiento económico, ve en Estados Unidos un socio necesario para atraer inversiones y ampliar mercados. Trump, en tanto, pretende mostrar logros diplomáticos concretos que refuercen su imagen de negociador exitoso en la antesala de un nuevo año electoral.
El acercamiento entre ambos líderes también podría tener consecuencias geopolíticas en América Latina, donde Washington intenta contrarrestar la creciente influencia de China en el comercio y la infraestructura regional. Brasil, por su parte, mantiene fuertes lazos con Pekín, principal destino de sus exportaciones agrícolas y mineras, pero busca equilibrar su relación comercial para evitar una dependencia excesiva.
De concretarse, el acuerdo comercial entre Brasil y Estados Unidos representaría un hito en las relaciones bilaterales y abriría nuevas oportunidades para el intercambio de bienes, inversiones y tecnología. Los equipos técnicos de ambos gobiernos comenzarán reuniones formales esta semana con el objetivo de definir un calendario de trabajo y un marco normativo para la reducción de aranceles.
“El entendimiento político entre Lula y Trump es un paso importante, pero el proceso técnico será complejo y demandará tiempo”, advirtió una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño. No obstante, en el entorno presidencial prevalece el optimismo, ya que ambas partes manifestaron voluntad de alcanzar resultados concretos “en pocos días”.
En Brasilia, los empresarios del sector exportador celebraron la noticia. La Confederación Nacional de la Industria (CNI) destacó que “la reapertura del diálogo con Estados Unidos es una excelente señal para el comercio brasileño y para la recuperación de la confianza internacional”.
Con esta nueva etapa diplomática, Lula busca proyectar a Brasil como un actor relevante en la economía global y reafirmar su compromiso con el multilateralismo y el libre comercio, aunque sin renunciar a su agenda de desarrollo interno.