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El presidente Javier Milei afirmó que el Gobierno nacional cumplirá con los vencimientos de deuda en dólares de enero y de los próximos meses, al asegurar que existen herramientas financieras suficientes para afrontar esos compromisos. Las declaraciones se dieron en una entrevista televisiva emitida el domingo por la noche, en un contexto marcado por el aumento de los depósitos en moneda extranjera del Tesoro y por los recientes anuncios del Banco Central de la República Argentina (BCRA) sobre el esquema cambiario. La información fue difundida por Infobae.
“Vamos a pagar la deuda; solo de oferta de repo tenemos USD 7.000 millones, así que estamos tranquilos”, sostuvo el mandatario, al referirse a los vencimientos previstos para el 9 de enero, que rondan los USD 4.200 millones. El mensaje buscó llevar calma a los mercados luego de que, en las últimas semanas, el Tesoro incrementara sus depósitos en dólares en el BCRA hasta cerca de USD 2.000 millones, como parte de una estrategia para reforzar la posición financiera de corto plazo.
Las palabras de Milei se produjeron días después de que el ministro de Economía, Luis Caputo, detallara el menú de instrumentos disponibles para cubrir esos pagos. Entre ellos mencionó acuerdos de repo con bancos internacionales, swaps de monedas y la posibilidad de refinanciar parte de los vencimientos en la misma fecha, en función de las condiciones de mercado.
El Presidente también se refirió al anuncio realizado por el BCRA a comienzos de la semana pasada, que marcó el inicio de una nueva fase del programa económico. A partir del 1° de enero de 2026, las bandas cambiarias comenzarán a ajustarse en función de la inflación, con un rezago de dos meses, y la autoridad monetaria podrá comprar reservas de acuerdo con la evolución de la demanda de dinero.
En ese punto, Milei defendió el rol del régimen cambiario y rechazó las críticas que advierten sobre un eventual traslado a precios. “Las bandas están para neutralizar la volatilidad”, afirmó, al señalar que el tipo de cambio es un precio más de la economía y que debería estar determinado por la cantidad de dinero en circulación. Según explicó, el movimiento de las bandas en función del IPC no implica necesariamente una tendencia alcista del dólar, una postura que coincide con lo expresado por el presidente del BCRA, Santiago Bausili.
Desde el Central sostienen que el esquema apunta a dar mayor previsibilidad, evitando saltos bruscos en el mercado cambiario y acompañando la desaceleración inflacionaria. Tras el anuncio, el riesgo país descendió por debajo de los 500 puntos básicos, un nivel que el Gobierno considera clave para mejorar el acceso al financiamiento externo.
Milei también hizo referencia a episodios recientes de tensión financiera para reforzar su argumento. Señaló que, tras las elecciones de la Ciudad de Buenos Aires, el sistema enfrentó una corrida equivalente a USD 41.000 millones, con una fuerte dolarización de los depósitos. “No existe registro histórico de semejante shock y, pese a ello, muy pocas veces el tipo de cambio tocó la banda”, sostuvo, al interpretar ese resultado como una señal de que el esquema funcionó.
Otro de los ejes centrales de la entrevista fue la evolución de la inflación, uno de los indicadores más sensibles para la gestión. Milei reiteró que el Gobierno dejó de emitir dinero a mediados de 2024 y que los niveles actuales de inflación responden a rezagos de la política monetaria y a distorsiones heredadas, como controles de precios y de capitales.
En ese marco, anticipó que a mediados de 2026 la inflación comenzará a registrar valores cercanos a cero, con referencias puntuales a los meses de junio y agosto. Para fundamentar esa proyección, volvió a citar el llamado efecto Hume-Cantillon, una teoría económica que describe cómo los cambios en la cantidad de dinero impactan de manera secuencial sobre los precios.
“El dólar no es lo que hace subir los precios; es un indicador temprano”, explicó el Presidente, al insistir en que el fenómeno inflacionario se origina en un exceso de oferta monetaria. Según su análisis, primero se ajustan los precios minoristas, luego los mayoristas y los salarios, y recién después se refleja en el tipo de cambio.
Milei aprovechó la entrevista para reforzar uno de los mensajes recurrentes del equipo económico: que la actual administración es la que más deuda pagó y más dólares compró en los últimos años. Afirmó que, al inicio de la gestión, la deuda consolidada entre el Tesoro y el BCRA rondaba los USD 500.000 millones, mientras que actualmente se ubica en torno a los USD 450.000 millones.
No obstante, reconoció que ese número podría modificarse en los próximos meses debido a nuevos préstamos con bancos internacionales y a futuras colocaciones de bonos en dólares, que permitirían fortalecer las reservas. Desde el Gobierno sostienen que esos movimientos buscan recomponer el balance del BCRA sin recurrir a emisión monetaria.
Más allá de las variables financieras, el Presidente también se refirió a la dinámica del consumo y a los indicadores sociales. Aseguró que “está cambiando la forma en la cual consumen las personas” y cuestionó los análisis que, según dijo, se basan en indicadores que ya no reflejan el comportamiento actual del mercado.
En esa línea, destacó una mejora del salario real, en especial en el sector informal, y una baja del desempleo al 6,6% en el tercer trimestre de 2025, frente al 6,9% del período previo. Milei vinculó estos datos con la necesidad de avanzar en un proyecto de modernización laboral, que, según sostuvo, busca ampliar las oportunidades de empleo y mejorar las remuneraciones.
También afirmó que la pobreza se redujo en 30 puntos, un dato que calificó como “histórico”, aunque sin detallar en ese tramo las metodologías utilizadas para la medición.
Por último, Milei se refirió a la reciente designación de Andrés Vásquez al frente de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Lo definió como un especialista en la estructura impositiva argentina y defendió su nombramiento en medio de cuestionamientos políticos. En ese sentido, sostuvo que la existencia de causas judiciales abiertas no equivale a una condena y llamó a respetar los tiempos de la Justicia.
Con un discurso centrado en la solvencia financiera, la disciplina monetaria y la previsibilidad cambiaria, el Presidente buscó enviar una señal de continuidad del programa económico y de compromiso con el pago de la deuda. Los próximos meses, y en particular el cumplimiento de los vencimientos de enero, serán una prueba clave para validar ese mensaje ante los mercados y la opinión pública.
