La soja experimentó este jueves un comportamiento dispar en los mercados internacional y local: en Chicago, el contrato con entrega a noviembre superó los US$400 por tonelada, mientras que en el mercado disponible de Rosario retrocedió $5.000 (1,04%), ubicándose en $475.000 por tonelada. Este movimiento se produjo tras el acuerdo entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping, durante la cumbre en Corea del Sur, mediante el cual China se comprometió a adquirir soja estadounidense, generando expectativas positivas para el mercado norteamericano y alertas para los exportadores de Sudamérica, según informó TN.
En Chicago, la oleaginosa subió US$3,67 (1%), cerrando a US$400,60 por tonelada, impulsada por la confirmación de la compra de tres cargamentos de soja estadounidense, equivalentes a 180.000 toneladas, por parte de importadores chinos. Según el informe diario de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), “la rueda finaliza con la oleaginosa perforando la barrera de los US$400 por tonelada. El resultado de las negociaciones entre Trump y Xi Jinping motivó al mercado a fortalecer sus compras de futuros más cercanos”.

En contraste, en el mercado físico local, la soja retrocedió en Rosario. Eugenio Irazuegui, responsable de Research de la corredora Zeni, explicó a TN: “En el mercado físico local, se observaron bajas en las ofertas de compra para la soja disponible, que se negoció a $475.000. En el término (A3 Mercados), las posiciones a cosecha (mayo) cayeron unos 50 centavos”.
Irazuegui advirtió que, de consolidarse el acuerdo entre China y Estados Unidos, es previsible un redireccionamiento de las compras chinas hacia la soja estadounidense, en detrimento de los orígenes sudamericanos, lo que podría afectar las primas de Argentina y Brasil que se negocian sobre la cotización de Chicago.
El pacto establece que China comprará al menos 12 millones de toneladas de soja estadounidense durante 2025, con saldos anuales mínimos de 25 millones de toneladas en 2026, 2027 y 2028. Estas compras impulsaron los futuros de la soja en el mercado internacional, reafirmando la relevancia de la relación comercial entre Estados Unidos y China para los precios globales de la oleaginosa.
En Argentina, la caída en Rosario refleja la influencia de los movimientos internacionales. La punta vendedora del dólar en el Banco Nación, referencia para liquidar divisas de la exportación, se ubicó en $1429, afectando también la rentabilidad de los productores locales.
El descenso de los precios en Rosario se relaciona con la expectativa de que China priorice la soja estadounidense, disminuyendo temporalmente la demanda por soja argentina y brasileña. Irazuegui señaló a TN que “la tendencia sugiere que los productores locales ajustarán su estrategia comercial frente a los nuevos flujos de exportación que se abrirán hacia Estados Unidos”.
El efecto del mercado no se limitó a la soja. Durante la rueda de Chicago, los cereales mostraron bajas: el trigo con vencimiento a diciembre cayó US$2,94, cerrando a US$192,63 por tonelada, mientras que el maíz disminuyó US$1,77, situándose en US$169,09 por tonelada.
Según la BCR, “el maíz termina la rueda con sutiles bajas en su precio. Tras alcanzar un piso en US$169 por tonelada, las negociaciones de futuros del cereal grueso se vieron atravesadas por tomas de ganancias, lo que empujó un 0,86% por debajo su cotización en la plaza norteamericana. El mercado no encontró mayores fundamentos para un cambio de tendencia”.

En cuanto al trigo, el informe indicó que “el futuro cerró la jornada en rojo para su posición más cercana, con una caída intradiaria de 1,50%. Tras alcanzar en la rueda previa un máximo no visto desde mediados de septiembre, el mercado se inclinó por la toma de ganancias, empujando hacia abajo la cotización del contrato”.
El acuerdo comercial entre EE.UU. y China refleja la importancia estratégica de la soja en las relaciones internacionales. China, principal importador mundial de soja, había priorizado históricamente el abastecimiento desde Brasil y Argentina, pero las negociaciones recientes apuntan a diversificar su origen y reforzar lazos con productores norteamericanos.
Analistas locales destacan que esta reconfiguración podría impactar negativamente en la competitividad de la soja argentina, que se enfrenta a menores primas de exportación, variaciones cambiarias y costos logísticos elevados. No obstante, también genera oportunidades para que los exportadores ajusten su estrategia de comercialización, alineándose con los cambios de la demanda internacional.
Los especialistas recomiendan que los productores argentinos y brasileños monitoreen de cerca la evolución de las compras chinas y ajusten la planificación de ventas. La combinación de cotizaciones internacionales, tipo de cambio y acuerdos comerciales determinará la rentabilidad en los próximos meses.
En tanto, el mercado local continuará reflejando la dinámica internacional: cada avance en la relación EE.UU.-China tiene repercusiones inmediatas en Rosario y otros centros de comercialización de granos de Argentina. El seguimiento de estos movimientos será clave para anticipar ajustes en los precios y estrategias de venta.