La siembra de maíz y girasol continuó su avance en gran parte del país a pesar de las recientes lluvias, que ocasionaron demoras puntuales, informó este jueves el Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA). El reporte detalla que la implantación de maíz con destino a grano alcanzó el 35% del área proyectada, mientras que la de girasol cubrió el 63% de las 2,7 millones de hectáreas estimadas, reflejando un progreso intersemanal del 11,8%.
En el centro del área agrícola nacional, los planteos tempranos de maíz se encuentran prácticamente finalizados, aunque persisten trabajos en el centro y sur de la provincia de Buenos Aires, donde el exceso de humedad por las tormentas del fin de semana ralentizó las labores. Aun así, los aportes hídricos resultaron beneficiosos para los cultivos más avanzados, acompañando el desarrollo de los lotes implantados en etapas tempranas.

El informe de la BCBA resalta que la mayoría de los lotes de maíz presentan condición entre normal y buena, con los cultivos del Centro-Norte de Santa Fe comenzando a mostrar los primeros estadios de panojamiento (VT), mientras que la mayor parte del área transita entre V4 y V8, etapas vegetativas fundamentales para asegurar el rendimiento final.
En cuanto al girasol, la humedad aportada por las lluvias resultó favorable para el 12,4% del área que se encuentra entre botón floral y floración, mientras que el 81,4% del área implantada presenta condición hídrica “adecuada a óptima” y el 96,9% mantiene un estado “normal a excelente”. Esto confirma que, pese a la demora en sectores del centro y oeste bonaerense por falta de piso, los cultivos siguen desarrollándose de manera satisfactoria.
El reporte también advierte sobre heladas recientes en el sur del área agrícola, que podrían impactar en los rendimientos del trigo y la cebada. La cosecha de trigo registró un progreso intersemanal de 3,1%, alcanzando el 8,4% del área apta, con rendimientos superiores a los proyectados en el norte del país, que marcan un promedio nacional de 20,3 quintales por hectárea.
Sin embargo, tras las lluvias, 23,4% del trigo se encuentra bajo excesos hídricos temporales, y el frente frío que afectó el sur agrícola atraviesa actualmente etapas fenológicas sensibles, lo que podría comprometer la formación de granos y componentes del rendimiento. Pese a esto, la BCBA mantiene la proyección de producción en 22 millones de toneladas para la campaña de trigo.

Situación similar se observa en la cebada, donde las heladas tardías en el sur y oeste bonaerense podrían afectar el desarrollo de los cultivos, aunque la elevada humedad podría atenuar los efectos negativos. La producción proyectada se mantiene en 5,3 millones de toneladas, a la espera de la evolución de los cultivos para evaluar con precisión el impacto real.
El avance de la siembra de maíz y girasol confirma la resiliencia de la campaña agrícola frente a precipitaciones y eventos climáticos adversos. La combinación de lluvias oportunas y monitoreo de la humedad del suelo permite mantener condiciones favorables para el desarrollo de los cultivos, aunque la atención se centra ahora en los sectores más afectados por exceso de agua y bajas temperaturas.
Los técnicos de la BCBA recomiendan continuar con un seguimiento cercano de la humedad y la fenología de los cultivos para ajustar la planificación de riego, fertilización y labores de manejo, especialmente en maíz y girasol, donde el éxito de la campaña depende de la correcta sincronización de estos factores.

En cuanto a los cultivos de invierno, la observación del impacto de las heladas será clave para confirmar los rendimientos finales y ajustar las proyecciones comerciales de trigo y cebada. La información obtenida permitirá a los productores anticipar decisiones estratégicas y minimizar pérdidas potenciales, optimizando la rentabilidad de la campaña 2025/2026.
El Panorama Agrícola Semanal de la BCBA concluye que, pese a las dificultades climáticas, el estado general de los cultivos de maíz, girasol, trigo y cebada se mantiene dentro de parámetros normales a buenos, garantizando condiciones adecuadas para la continuidad de la producción y la planificación futura de las labores agrícolas.