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Empresarios porcinos argentinos apuestan por la exportación y reclaman alivio fiscal para competir en Asia

El sector porcino acelera inversiones para ganar mercados internacionales, pero advierte que sin una reforma impositiva y la apertura de China, el crecimiento podría frenar

Empresarios porcinos argentinos apuestan por la exportación y reclaman alivio fiscal para competir en Asia
sábado 01 de noviembre de 2025

El sector porcino argentino atraviesa una etapa de expansión marcada por un incremento sostenido del consumo interno y una ola de inversiones orientadas a la exportación. Sin embargo, los empresarios advierten que el avance hacia nuevos mercados —en especial China— depende de la reforma impositiva y laboral que el Gobierno prometió impulsar tras las elecciones, según informó Forbes.

Mientras el consumo de carne vacuna cayó en la última década de 56 a 49,5 kilos por persona por año y el de carne aviar se mantiene estable en torno a los 45 kilos, el de carne porcina crece entre 4% y 5% anual. En 2016 los argentinos consumían 12,3 kilos de carne de cerdo por persona; hoy la cifra ronda los 18 kilos.

Este crecimiento refleja un cambio en los hábitos alimentarios, pero también una oportunidad de diversificación productiva con potencial exportador. De hecho, los productores porcinos buscan aprovechar la fuerte demanda internacional, sobre todo en Asia, donde países como China, Filipinas y Japón pagan precios más altos por determinados cortes.

Reforma pendiente y presión fiscal

El presidente de Cabaña Argentina y titular de la Federación Porcina Argentina, Daniel Fenoglio, sostuvo que el sector mantiene “mucha expectativa” sobre la prometida reforma impositiva, en especial por el desequilibrio que genera el actual esquema del IVA. Las industrias aplican un 10,5% en las ventas, mientras que los insumos tributan el 21%, lo que deja saldos a favor difíciles de recuperar.

“El IVA técnico existe, pero en las inversiones se transforma en un sobrecosto directo. Invertir $1000 y te termina saliendo un 20% más”, explicó Fenoglio. Según indicó el empresario, esta situación encarece la producción y complica los proyectos de modernización industrial en un momento clave para aumentar la capacidad exportadora.

Además, el dirigente destacó la necesidad de avanzar con la reforma laboral, otro punto de la agenda pendiente. “Las reformas estructurales son fundamentales para bajar costos y ganar competitividad”, señaló.

Empresarios porcinos argentinos apuestan por la exportación y reclaman alivio fiscal para competir en Asia

Según informó Forbes, una de las principales alertas del sector es el desbalance entre los beneficios arancelarios que se otorgan a las importaciones y la presión fiscal que pesa sobre la producción local. “El margen exportador existe, pero los costos internos lo están comiendo”, advirtió la publicación.

Una oportunidad global

El contexto internacional ofrece un panorama favorable para la carne porcina argentina. En varios países europeos, tradicionalmente exportadores del sector, las restricciones ambientales impiden abrir nuevos frigoríficos, lo que abre espacio para que la Argentina gane mercado.

Desde el año 2020, el país logró abrir destinos en África, Latinoamérica y Asia, entre ellos Costa de Marfil, Georgia, Uruguay y Angola. Sin embargo, el gran objetivo sigue siendo China, el mayor importador mundial de carne de cerdo.

En 2020, Beijing habilitó el ingreso de cortes frescos argentinos, pero mantiene cerrada la importación de subproductos —como patitas, manos o cabezas— que tienen alto valor en el mercado asiático. En países africanos, esos cortes se venden a US$ 600 la tonelada, mientras que en China se pagarían hasta US$ 3000.

De acuerdo con Fenoglio, hay conversaciones avanzadas para ampliar la habilitación sanitaria, aunque las gestiones quedaron en pausa tras el swap con Estados Unidos y las tensiones geopolíticas con Beijing. “Falta una visita oficial de alto nivel a China para cerrar el acuerdo, pero por ahora está en stand by”, explicó el empresario.

El año récord de exportaciones porcinas fue 2020, con 42.000 toneladas, pero el volumen se redujo en los años posteriores. Hasta septiembre de 2025 se exportaron unas 8.000 toneladas, aunque el sector espera cerrar el año con 15.000 toneladas, impulsado por las ventas de pata, paleta, bondiola, carré y solomillo.

Inversiones en faena y energía renovable

En medio de ese escenario, las empresas locales siguen apostando por infraestructura y tecnología. Hace dos semanas, Cabaña Argentina inauguró en General Las Heras (Buenos Aires) la planta frigorífica Carnes Porcinas Seleccionadas S.A. (CPS), una inversión de US$ 35 millones destinada a potenciar las exportaciones.

La planta generará 240 nuevos empleos y cuenta con un sistema de noqueo automático que garantiza el bienestar animal, un diseño industrial adaptado a normas internacionales y un robot inteligente de almacenaje que mejora la eficiencia logística y de conservación.

CPS forma parte de un ecosistema que incluye el criadero Pacuca S.A., especializado en cortes frescos y embutidos, y la firma Pacuca Bioenergía S.A., que transforma efluentes porcinos en energía renovable vendida al Sistema Argentino de Interconexión (SADI).

Ubicada en Roque Pérez, la planta de bioenergía genera electricidad para unas 5.000 personas y reutiliza los residuos sólidos como biofertilizante. “En el mundo casi no hay plantas de biogás con porcinos”, destacó Fenoglio, quien recordó que la compañía invirtió US$ 6 millones en el marco del programa Renov.Ar durante el gobierno de Cambiemos.

Empresarios porcinos argentinos apuestan por la exportación y reclaman alivio fiscal para competir en Asia

De acuerdo con datos de la empresa, en 2024 la reducción de gases de efecto invernadero alcanzó 12.232 toneladas de CO₂ equivalente, el equivalente a las emisiones anuales de 2.851 autos.

Proyecciones hacia 2032

El Plan Estratégico Porcino (PEP), elaborado por la Federación Porcina Argentina, proyecta que para 2032 la producción nacional alcanzará 1,7 millones de toneladas, frente a las 726.000 actuales, con un crecimiento promedio del 9% anual.

El consumo interno se duplicaría hasta 1,4 millones de toneladas, mientras que las exportaciones podrían trepar de 9.500 a 300.000 toneladas, lo que representaría un incremento acumulado del 41% anual.

Sin embargo, para alcanzar esas metas el sector reclama estabilidad macroeconómica y previsibilidad tributaria. Los empresarios coinciden en que sin una reforma fiscal integral y sin un programa sostenido de inserción internacional, la oportunidad de consolidar a la Argentina como nuevo actor global de la carne porcina podría diluirse.



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