El lunes 3 de noviembre, la Argentina debía afrontar el último vencimiento de 2025 con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por USD 825 millones en concepto de intereses. Aunque el Gobierno afirmó que el compromiso fue cumplido “como todos los anteriores”, fuentes consultadas por Infobae confirmaron que el pago fue realizado directamente por el Banco Central (BCRA), sin que el Tesoro Nacional haya aportado previamente los fondos necesarios. La operación, que se compensaría “a posteriori”, generó dudas sobre su respaldo contable y el real estado de las reservas internacionales.
De acuerdo con una fuente involucrada en la negociación, “el giro al FMI lo hizo el Banco Central” y no el Tesoro, que es el responsable formal de la deuda con el organismo. Esa maniobra, explicaron, se justificó en la necesidad de cumplir en tiempo y forma con el organismo multilateral, pero dejó abierta la incógnita sobre cómo se registrará el movimiento dentro del balance del BCRA.
Al cierre del viernes 31 de octubre, los depósitos en moneda nacional del Gobierno cayeron a $5,2 billones, mientras que los depósitos en moneda extranjera se elevaron al equivalente de $132.675 millones, según el último informe diario del Banco Central. Este dato, junto con el estrecho margen fiscal del Tesoro, refuerza la hipótesis de que el Central habría utilizado sus propias reservas para concretar el giro.
La situación se produce en un contexto de fuerte tensión cambiaria y fragilidad de las cuentas públicas. En las semanas previas a las elecciones de medio término, el Ministerio de Economía intervino activamente en el mercado cambiario para contener la cotización del dólar mayorista, utilizando divisas que habían sido adquiridas durante la vigencia de la medida transitoria de retenciones cero al campo, un esquema que implicó un alto costo fiscal.
Entre el 10 de septiembre y la primera semana de octubre, el Tesoro perdió USD 653 millones, según datos oficiales. Posteriormente, fue el Tesoro de los Estados Unidos quien comenzó a vender dólares en el mercado local para evitar que el tipo de cambio oficial superara la banda superior.
Pese a ello, el BCRA tampoco exhibe una posición cómoda. El lunes 3 de noviembre, las reservas internacionales cerraron en USD 40.786 millones, luego de haber caído a USD 39.382 millones el viernes anterior, una baja atribuida parcialmente al “ordenamiento de encajes” bancarios habitual a fin de mes.
Sin embargo, el director de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, advirtió que la merma de USD 1.100 millones en las reservas del Central entre el jueves y el viernes previos podría indicar que el pago al FMI se habría anticipado. “El vencimiento era el sábado 1°, trasladable al día hábil siguiente, por lo que el giro podría haberse hecho antes del fin de semana”, explicó Caprarulo a Infobae.

Desde el equipo económico aseguran que el BCRA será compensado por el Tesoro, aunque no brindaron detalles sobre el mecanismo. Según expertos consultados por el mismo medio, el procedimiento correcto implicaría la emisión de una letra intransferible a favor del Banco Central, como respaldo contable del pago realizado. Esa documentación debería publicarse en el Boletín Oficial en los próximos días.
Hasta el momento, el Ministerio de Economía no ofreció explicaciones oficiales sobre la operatoria. Solo deslizó que el pago “se iba a cumplir como todos los anteriores”, sin confirmar si el Tesoro aportó los Derechos Especiales de Giro (DEGs) correspondientes ni cómo se efectuará la compensación futura.
El vencimiento del 3 de noviembre marca el cierre de un año de alta exigencia financiera para el Gobierno. En 2026, los compromisos con el FMI ascienden a USD 4.494 millones, de los cuales USD 3.349 millones corresponden a intereses y USD 1.145 millones a amortizaciones de capital.
Los primeros pagos se concentran en el primer semestre: USD 840 millones en febrero, USD 812 millones en mayo, USD 851 millones en agosto y USD 846 millones en noviembre, todos por intereses. En tanto, las amortizaciones se dividirán entre septiembre (USD 801 millones) y diciembre (USD 343 millones).
Para afrontar esos compromisos, el equipo económico planea recuperar el acceso al mercado internacional de capitales. La mejora del riesgo país, que tras las elecciones legislativas cayó a alrededor de 600 puntos básicos, alimenta las expectativas oficiales, aunque los analistas advierten que ese indicador debería ubicarse en torno a 400 puntos básicos para facilitar la emisión de deuda a tasas sostenibles.

En caso de que las condiciones internacionales no acompañen, el Gobierno evalúa activar un tramo del swap con Estados Unidos por USD 20.000 millones, mecanismo que permitiría reforzar las reservas y cubrir parcialmente los vencimientos con el FMI. Aún no se conocen los detalles de la tasa de interés aplicable a ese acuerdo, que se mantiene en reserva, al igual que las condiciones del swap vigente con China.
Mientras tanto, el BCRA continúa enfrentando un delicado equilibrio: mantener el tipo de cambio bajo control, sostener el nivel de reservas y evitar una mayor emisión monetaria que presione sobre la inflación. El episodio del pago al FMI expuso la interdependencia entre el Tesoro y el Banco Central, una relación que en los últimos meses se tornó cada vez más estrecha y frágil.
El desenlace de esta situación dependerá no solo de la compensación contable que el Tesoro efectúe al BCRA, sino también de la comunicación oficial que se haga sobre la operación. Hasta entonces, el mercado sigue de cerca cada movimiento en las reservas, mientras el Gobierno busca equilibrar sus compromisos externos con la estabilidad cambiaria interna.