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Martín Ardohain: “La política no puede seguir lejos del campo”

El Diputado Nacional y productor agropecuario Martín Ardohain llamó a unir fuerzas entre política y producción para construir un país con leyes, previsibilidad y valor en origen

Martín Ardohain: “La política no puede seguir lejos del campo”
miércoles 05 de noviembre de 2025

Por Agroempresario.com

Durante su exposición en el III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía”, el diputado nacional Martín Ardohain planteó una reflexión que resonó entre los asistentes: la necesidad urgente de que el sector productivo vuelva a involucrarse en la política. “La política no puede seguir lejos del campo”, afirmó, al señalar la desconexión que existe entre quienes legislan y quienes producen, una brecha que –según dijo– limita la posibilidad de crecimiento del país.

El evento, organizado por Agroempresario.com en el Hilton Hotel de Puerto Madero, reunió a referentes del sector público y privado de todo el país para debatir sobre los desafíos de la bioeconomía y la agregación de valor en origen. En ese marco, Ardohain destacó la importancia de recuperar la confianza y la participación activa del sector productivo en los espacios de decisión política.

Hay políticos que no saben lo que es un quintal o un litro de leche”, expresó, marcando una distancia que, a su juicio, se traduce en políticas públicas ajenas a la realidad del productor. “Pero también tenemos que preguntarnos qué sabemos nosotros de política”, continuó, invitando a los empresarios rurales y agroindustriales a involucrarse más allá de la queja.

La necesidad de involucramiento del sector productivo

Ardohain, productor agropecuario de cuarta generación en La Pampa, habló desde la experiencia de quien vive el día a día de la producción. Explicó que el agro argentino ha demostrado una enorme capacidad de adaptación ante escenarios cambiantes, con presión impositiva, inflación y retenciones, pero advirtió que “si no damos la batalla política, otros deciden por nosotros”.

Recordó que en 2008, durante el conflicto por las retenciones móviles, muchos productores descubrieron por primera vez el peso de la representación política. “No sabíamos quiénes eran nuestros diputados o ministros, y pretendíamos que nos representaran”, señaló. “El productor argentino es excelente trabajando tranqueras adentro, pero en política, cero”.

Su mensaje apuntó a recuperar esa conciencia participativa que, según reconoció, se fue diluyendo con los años. “No alcanza con votar o ser fiscal en una elección, hay que involucrarse en serio, apoyar a los concejales locales, participar en las instituciones y construir desde abajo”, afirmó. “La transformación empieza en el pueblo, en el municipio, en el concejo deliberante”.

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Un cambio cultural: del reclamo a la acción

El diputado pampeano planteó que la política y la producción deben dejar de verse como mundos opuestos. “Nos quejamos de que los políticos no nos entienden, pero muchas veces nosotros tampoco entendemos cómo funciona la política”, reflexionó. “Hay que tender puentes, no levantar muros”.

Para Ardohain, el cambio requiere de un esfuerzo colectivo. “El productor tiene que dejar de mirar de lejos y comprometerse. Si no ocupamos los espacios, los ocupa otro que no conoce el campo y legisla en contra de la producción”, sostuvo. Su llamado fue a la acción, no desde la confrontación, sino desde la construcción de una agenda común.

Destacó que en países como Brasil, el vínculo entre política y agro ha sido clave para el desarrollo. “Brasil en treinta años triplicó su producción porque trabajó con políticas a largo plazo y con legisladores que entendían el sector. Nosotros, en cambio, seguimos igual que hace veinte años”, lamentó. La comparación buscó marcar una diferencia estructural: la falta de continuidad institucional y de planificación estratégica en Argentina.

Unificar el mensaje para fortalecer la representación

Uno de los ejes más fuertes del discurso fue el reclamo por la unidad del mensaje del sector. Ardohain consideró que “la atomización del agro argentino es su fortaleza, pero también su debilidad”. Esa dispersión –dijo– dificulta la interlocución con el poder político: “Si a los legisladores les llegan tres mensajes distintos sobre el mismo tema, es imposible que actúen con claridad”.

Puso como ejemplo los debates sobre semillas, importaciones o regulaciones sanitarias, donde la multiplicidad de voces muchas veces genera confusión. “Tenemos que hablar con una sola voz, con una estrategia común. La política escucha a quien se organiza y se expresa con coherencia”, enfatizó.

En esa línea, valoró el trabajo de organizaciones del agro que vienen articulando propuestas en conjunto con legisladores nacionales y provinciales. “Hay equipos que están muy comprometidos, trabajando cerca del Congreso para llevar un mensaje técnico, serio y unificado. Eso es lo que necesitamos”, remarcó.

La política como herramienta para dar previsibilidad

Ardohain subrayó que el principal desafío institucional de Argentina es la falta de previsibilidad. “Las reglas cambian todo el tiempo. Así no se puede invertir, ni planificar, ni proyectar”, señaló. En ese sentido, planteó que el Congreso tiene un rol fundamental: “La previsibilidad se construye con leyes, no con decretos o vetos”.

Para el legislador, las leyes son la base de un país serio. “Si queremos que vengan inversiones, si queremos generar trabajo y valor agregado, necesitamos reglas claras y duraderas. El Congreso debe recuperar su protagonismo”, dijo, insistiendo en que el desarrollo del sector agroindustrial depende tanto de la capacidad de innovar como de la estabilidad institucional.

El mensaje fue contundente: “No podemos seguir dejando la política en manos de quienes no entienden la producción. Tenemos que ocupar esos espacios, aportar nuestra visión y comprometernos con el diseño de leyes que impulsen al país productivo”.

Un compromiso personal con la representación

Ardohain compartió su propia experiencia como productor y diputado. “Me resultaría mucho más cómodo quedarme en mi campo en Doblas, pero si no estoy acá, va a haber otro que probablemente no conozca el sistema productivo y tome decisiones por nosotros”, afirmó.

Reconoció que el Congreso Nacional cuenta con apenas una veintena de legisladores vinculados directamente a la producción y la industria. “De 257 diputados, somos muy pocos los que conocemos la realidad del campo desde adentro. Eso tiene que cambiar”, dijo.

Su compromiso personal, según expresó, es representar esa voz que muchas veces no llega al Congreso: la del productor que enfrenta la sequía, el viento, la inflación o la falta de infraestructura. “El productor argentino no pide privilegios, pide previsibilidad y reconocimiento al esfuerzo”, aseguró.

De la bioeconomía a la gobernanza territorial

El III Congreso Federal “Argentina Agrega Valor en Origen / Cumbre Mundial de la Bioeconomía” fue el marco ideal para este llamado. La jornada reunió a funcionarios, empresarios, científicos y referentes del agro para debatir cómo potenciar el desarrollo territorial a través del conocimiento, la innovación y la sustentabilidad.

En ese contexto, Ardohain vinculó el concepto de bioeconomía con la necesidad de fortalecer las instituciones políticas. “Hablar de bioeconomía es hablar de desarrollo con inteligencia, de transformar recursos naturales en oportunidades sostenibles”, señaló. “Pero sin leyes claras y sin política seria, ninguna bioeconomía es posible”.

Su intervención fue recibida con aplausos, reflejando la coincidencia general sobre la urgencia de reconstruir el vínculo entre Estado y sector privado. “No se trata de pelear con la política, sino de hacer política desde la producción”, resumió.

Un país con leyes, previsibilidad y diálogo

Hacia el cierre de su exposición, Ardohain insistió en la necesidad de “pasar del enojo a la participación”. Dijo que el desafío no es solo producir más, sino construir un país donde las reglas sean claras y las instituciones funcionen. “La previsibilidad es la base de la confianza, y la confianza es la base de las inversiones”, sostuvo.

Pidió fortalecer el diálogo entre los distintos actores del sistema productivo, las provincias y la Nación. “Tenemos un gobierno que parece entendernos después de veinte años de distancia, pero esto debe ser política de Estado, no coyuntura”, advirtió.

El legislador cerró su intervención con un mensaje de optimismo: “Tenemos todo para crecer: talento, innovación, recursos y gente comprometida. Solo necesitamos unirnos y hacer política con el mismo compromiso con que producimos”.

Un mensaje que trasciende la coyuntura

El discurso de Martín Ardohain fue uno de los momentos más resonantes del Congreso. Su mensaje no se limitó a la crítica, sino que propuso una hoja de ruta concreta para reconstruir el vínculo entre el campo y la política.

En tiempos donde la competitividad global exige coherencia institucional y visión estratégica, su planteo invita a repensar el papel del sector productivo en la construcción del país. “No podemos delegar más. La política necesita de la producción, y la producción necesita de la política”, concluyó.

El desafío, como planteó Ardohain, es colectivo: recuperar la confianza, construir consensos y hacer de la política una herramienta al servicio del desarrollo agroindustrial y la soberanía productiva argentina.

 



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